Desde Rosario

Lluvia de cenizas sobre Rosario, humo y un piquete en la cabecera del puente Rosario Victoria fueron las postales de la jornada: como ya había ocurrido el domingo, ayer la circulación sobre la traza hacia y desde Entre Rios quedé anulada, por la imposibilidad de circular ante la falta de visibilidad y por la protesta de sectores autoconvocados. Justamente, uno de ellos cuestionó "el régimen de propiedad de la tierra, particularmente del humedal, que con toda la función biológica que tiene no puede estar en manos privadas, sufriendo una explotación a gran escala. Esos espacios naturales tienen que ser preservados para la flora, la fauna y toda la gente que ahí vive y trabaja".

A media tarde, cientos de vehículos quedaron embotellados sobre el inicio de la ruta 174 en la mano a Entre Ríos porque Gendarmería dispuso cortar el tránsito ante la casi nula visibilidad.

Más tarde, se inició un operativo de paso asistido en la mano hacia Rosario, pero no hacia Victoria porque allí estaban apostados grupos ambientalistas y autoconvocados que reclaman una ley de humedales y mayor asistencia del Estado en el combate contra el fuego. No obstante, el tráfico acumulado en sentido a Entre Ríos comenzó a descongestionarse también pero con la única opción de retornar en el peaje.

Cerca de las 17.30 se llevaba a cabo una asamblea donde los manifestantes iban a debatir la continuidad de la protesta, que podría definir un piquete semipermanente sobre la traza. “Tenemos los incendios y el ecocidio por un lado, y la manifestación ciudadana por otro. Lo que prima es un sentimiento de bronca y desprotección”, dijo desde el puente uno de los autoconvocados en contacto con el móvil de Radio 2.

Se quejó porque “en la primera línea, combatiendo el fuego hay vecinos, gente común, y no el Estado con sus recursos y personal capacitado”, una situación que se dio durante todo el fin de semana en las islas La Deseada y Destilería, y sectores como Boca de la Milonga, donde el incendio arrasó incluso algunos ranchos.

El panorama no es nuevo: hace meses que las islas del delta del Paraná arden y el resultado no es sólo un aire cargado de componentes contaminantes que afectan a la salud de la población, sino la destrucción casi total de la flora y la fauna del humedal y el peligro que el fuego significa para aquellas personas que habitan en las islas.

En los últimos días, los habitantes de la Boca de la Milonga, zona isleña que se encuentra frente a las localidades de Granadero Baigorria y Capitán Bermúdez, debieron combatir el fuego en primera persona, ya que las llamas se acercaban a sus viviendas.

La situación despertó alarmas en muchos sectores, ya que los bomberos de la región se encontraban combatiendo otros focos de incendio y, según explicaron los vecinos, “tanto Defensa civil como Prefectura, estaban avisados de la situación pero nadie llegó para dar ayuda en esta emergencia”, por lo que debieron ser los habitantes --sin formación para combatir el fuego-- quienes pusieran el cuerpo para aminorar las llamas, que se encontraban a metros de sus hogares.

Esta situación llevó a que en la tarde del lunes vecinos autoconvocados de Rosario realizaran un corte en el puente Rosario-Victoria para exigir respuestas concretas ante la quema del humedal.

Patricio Atkinson, referente autoconvocado, explicó: “Se trata de una situación que no es nueva, pero este año se ha intensificado y vemos con mucha preocupación cómo compañeros y compañeras que están del otro lado del puente, asistiendo a isleños, están completamente desamparados”.

“Hacemos este corte para visibilizar y hacer responsable a los gobiernos municipales de Rosario y de Victoria, a los provinciales tanto de Santa Fe y Entre Ríos y al nacional por la seguridad y porque necesitamos un cese inmediato de las quemas y que se tomen represalias reales contra los responsables de este ecocidio”, agregó Atkinson.