El Gobierno nacional firmó ayer con las siete provincias por las que fluye el río Paraná el Acuerdo Federal de la Hidrovía, el puntapié inicial para concluir con la explotación concesionada de la ruta fluvial por la que sale el 80 por ciento de las exportaciones argentinas y crear una sociedad estatal que la administre y controle. "Es el renacimiento de un federalismo concreto", dijo el gobernador Omar Perotti, por la participación concedida a las provincias. Para el Presidente Alberto Fernández es cumplir lo que dijo en campaña: "Que Argentina empiece a crecer con otra lógica y equilibrio, por eso digo que soy el más federal de los porteños". Y adelantó que el Consejo Federal de la Hidrovía tendrá su sede en Rosario.  

La cita fue a media tarde en la ribera de Puerto General San Martín donde en 1846 transcurrió la Batalla del Quebracho, la emboscada de las tropas patriotas a cargo de Lucio Mansilla contra la flota anglofrancesa que por esos días bloqueaba los puertos de la Confederación, y que marcó su capitulación ante Juan Manuel de Rosas. Allí, junto al río en bajante histórica y con una lejana humareda hacia Rosario que no permitía olvidar lo urgente, convergieron el Presidente con los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Gustavo Valdez (Corrientes), Jorge Capitanich (Chaco), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Gildo Insfran (Formosa), y Perotti, el anfitrión. También fueron de la partida los ministros de Transporte, Mario Meonis, de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y del Interior, Wado de Pedro. 

El convenio establece la prórroga de la actual concesión de la hidrovía a la empresa belga Jan De Nul (que detenta desde 1995) y la argentina Emepa. El contrato vencería en mayo de 2021, pero el gobierno dispuso extenderlo un año más mientras prepara la constitución de una sociedad estatal con 51% de participación de Nación y el 49% de las provincias del litoral. Esa sociedad será quien licite las obras, controle el mantenimiento y cobre el peaje por el tránsito fluvial a lo largo de sus 750 kilómetros de dragado actual, desde el Paraná Medio, frente al puerto de Santa Fe, hasta el Río de la Plata. Es la segunda obra de dragado más grande del mundo después de la de Dubai. Se mantiene en 34 pies (10,36 m) de profundidad hasta Puerto San Martín, y 25 pies (7,62 m) hasta Santa Fe. La intención es profundizarla hasta 42 en el sector  de mayor calado. Por ahora, allí transitan unas 4000 embarcaciones anuales entre buques de ultramar y trenes barcaceros, y se transportan más de 20 millones de toneladas entre cereales, oleaginosas, subproductos derivados, combustibles y minerales. 

El ministro de Transporte ya recibió el lobby empresario –con la Bolsa de Comercio de Rosario a la cabeza– que se opone al control estatal de la hidrovía. Por eso ayer fustigó "algunos medios que crean una realidad ficticia sobre este acuerdo federal: incorporamos a las provincias del río, y en el consejo federal estarán cada cámara empresaria, universidades, trabajadores para definir la hidrovía. No es privatizar el río. Fueron 25 años sin control", disparó Meoni. 

Fernández volvió a su concepto del "más federal de los porteños" y encuadró esta federalización de la hidrovía en su objetivo de que "Buenos Aires le devuelva al resto del país todo lo que recibió, y que Argentina crezca con otro equilibrio, que empiece a funcionar tan federal como dice que es. La posibilidad de que cada uno crezca y se desarrolle feliz en el lugar donde nació", dijo. Asimismo, anunció: "Vamos a poner la sede del Consejo Federal de la Hidrovía en Rosario, y lo que pase dejará de resolverse en una oficina perdida en el centro de Buenos Aires por decisión de un funcionario nacional. Lo que allí se decida será el consenso de las provincias".

Perotti, lejos de confrontar con el lobby empresario, lo convocó en el nuevo plan para "tener una hidrovía que permita tener menores costos y que la producción del norte y del centro del país se desarrolle mejor".