La Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Salta (ADIUNSa) realizó una segunda encuesta a los docentes para saber las actuales condiciones de sus insumos tecnológicos y la conectividad que mantienen en esta segunda etapa del año. Con una mayor participación, se constató que más del 43% no cuenta con una computadora óptima para el dictado de clases y que más del 61% manifestó que invirtió para mejorar la conectividad.  

El secretario general de ADIUNSa, Diego Maita, dijo a Salta/12 que esta segunda encuesta se hizo para “saber si hubo avances o no en las condiciones materiales y de infraestructura de conectividad entre los compañeros y compañeras”. La primera encuesta se produjo en abril y la actual se realizó entre el 20 y 25 de agosto. Respondieron más de 200 docentes salteños ubicados en las distintas sedes que la Universidad tiene en Capital, Tartagal, Orán, Cafayate y Metán.

Ante la consulta de si contaban con una computadora de uso personal y que además fuera adecuada para la enseñanza virtual, más del 43% respondió que no. De ese porcentaje, se desglosó que la carencia se debía a distintas realidades. Por un lado, unos cuentan con una computadora apropiada pero es compartida en el grupo familiar, lo que dificulta el uso del equipo para las clases virtuales. Otra de las explicaciones, refirió a que tenían computadoras compartidas, pero sin la capacidad necesaria para el desarrollo de las tareas.

En otro de los casos, dijeron que tenían computadoras personales, pero no tienen webcam, micrófono o capacidad de memoria. Y en otros casos, tienen computadoras para uso personal, pero son obsoletas para llevar adelante la docencia. 

En el caso de los docentes que confirmaron tener computadora adecuada, sea de uso personal o compartida, se les preguntó si tuvieron que invertir en su actualización o reparación. El 30% dijo que no invirtió por falta de dinero o porque no lo creyó necesario. Mientras que el 70%  respondió que sí lo hizo y manifestó que la inversión fue desde la compra de un nuevo aparato hasta el servicio técnico.

Conectividad deficiente

En abril, el gremio constató que el 54% de los profesionales no tenían una buena conexión a Internet y que las sedes de Orán y Tartagal presentaban mayores conflictos de acceso a la red. Ese número no varió mucho después de cuatro meses. 

En este nuevo contexto, se evidenció que más del 94% de los docentes tienen proveedor de internet en sus hogares. De ese porcentaje, el 48,4% dijo tener un buen servicio a través de cable o fibra óptica, con capacidad igual o superior a los 10 megas. En tanto, un 35,9% dijo tener un servicio deficiente; mientras que el porcentaje restante afirmó tener un servicio aéreo, de tipo rural y con una capacidad igual o menor a 6 megas.

Desde que se adoptaron las medidas de suspensión de clases presenciales por la Covid-19, el 61% de los docentes manifestaron que tuvieron que invertir para el mejoramiento de la conexión inalámbrica. Las razones fueron múltiples, por cambios de proveedor, aumento de megas en el plan de contratación o por la compra de más volumen de tráfico de datos en su plan de telefonía celular.

Ante los resultados obtenidos, Maita dijo que el servicio deficiente que se mantiene en la conectividad “escapa desde luego a la Universidad" y "tiene que ver con algo que salió hace poco y es que el gobierno declaró públicos los servicios de comunicación”. La semana pasada, el presidente Alberto Fernández emitió un DNU por el que estableció que los servicios de Internet, telefonía celular y canal por cable eran esenciales en Argentina.

“Más de la mitad (de los docentes) tenemos servicios deficientes y en algunos casos, no tenemos la posibilidad del cable o la fibra óptima”, sostuvo el secretario general de ADIUNSa. Agregó que quienes viven en la zona metropolitana de la Capital padecen en mayor número estas problemáticas. A su vez, en los distintos departamentos del norte de la provincia sucede que “está la posibilidad de mejorar el servicio, pero no hay infraestructura”.

Sin vocación 

Maita dijo que a estas dificultades para la conectividad digital se suma la posición que adoptan las autoridades universitarias, sean decanos de las facultades o el propio Rectorado. “No hay vocación para abordar esto y no se ha dado ninguna solución” a los planteos, sostuvo.

El gremialista dijo que el cuestionario también se originó porque se evidencia “un hueco enorme” sobre estos datos. Criticó que la actual gestión de la Universidad, a cargo de Víctor Claros, “no está relevando” la situación, "si no se releva, se carece de una herramienta de diagnóstico para poder dar solución al problema”, indicó.

Afirmó que desde el gremio se está consultando a las distintas facultades sobre "qué están haciendo o qué planes están haciendo para abordar esto”. Y en relación a esto, al Claros se le solicitó que haga pública la información sobre la existencia de fondos disponibles, si los hubiere, para brindar una solución a la planta docente. 

Maita también destacó que en este segundo proceso de recolección de datos, creció el número de encuestados. Aunque sostuvo que si bien el número no representa la totalidad de la planta docente, sí existen similares situaciones. “Sigue siendo un dato que marca porcentajes similares y que aún poniendo en la individualidad son situaciones complejas”, explicó.