El caso positivo de coronavirus del tenista francés Benoit Paire expuso dos temas que alteraron la tranquilidad en las horas previas al inicio del US Open. Por un lado, la vulnerabilidad de la "Burbuja" creada en Nueva York para que se pueda disputar el Grand Slam estadounidense. Y a su vez, la distinta vara que está manejando la organización en esta ocasión en relación a lo que sucedió durante las últimas dos semanas con el argentino Guido Pella y el boliviano Hugo Dellien, que estuvieron encerrados en sus habitaciones durante más de una semana y no pudieron participar del Masters 1000 de Cincinnati, jugado en las mismas instalaciones y bajo el mismo protocolo que el certamen que arranca este lunes en el Centro Nacional de Tenis Billie Jean King de Flushing Meadows. 

El positivo de Paire se conoció este domingo, lo que automáticamente lo excluyó del torneo y motivó que el español Marcel Gronollers apareciera en el cuadro principal para jugar ante el polaco Kamil Majchzak. Sin embargo, el manejo de los contactos estrechos con el decimoséptimo favorito del torneo es muy diferente a lo que sucedió con Pella y Dellien después de que el preparador físico de ambos, Juan Manuel Galván, diera positivo en un test cuando ya estaba dentro de la Burbuja.

Noah Rubin, un jugador estadounidense que está anotado en el cuadro de dobles y es un crítico muy activo de los manejos de la ATP para los tenistas ubicados detrás del Top 100, estalló cuando conoció la noticia de que los jugadores que tuvieron contacto con Paire durante los últimos días fueron mantenidos en el torneo. El domingo, el diario deportivo francés L'Equipe había informado que cuatro jugadores galos -Richard Gasquet, Adrian Mannarino, Grégoire Barrere y Édouard Roger-Vasselin- habían sido adveridos por la organización de la situación y que debían permanecer en sus respectivas habitaciones, la misma situación en la que está el entrenador Nicolas Copin.

"Once jugadores tuvieron contacto estrecho con Paire en estos últimos días y todo hace indicar que van a jugar el torneo sin problemas", denunció Rubin a través de Behind the Racquet, el podscast que produce en simultáneo a su carrera y que difunde en las redes sociales. "A todos estos jugadores le dieron una nueva documentación para firmar. No tienen acceso a ninguna de las áreas y solamente pueden entrenar y jugar", informó el neoyorquino, campeón junior de Wimbledon en 2014. 


En su mensaje, Rubin expuso las contradicciones de la Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA) en relación a lo sucedido con Pella y Dellien. "La USTA parece que se contradice a sí misma después de ver lo que sucedió con Pella y Dellien la semana pasada en Cincinnati. Nos están diciendo que en New York hay una gran burbuja y que todos están protegidos, pero no es así. Algunas de las personas de la organización no se quedan en las instalaciones, sino que se van a sus casas y, por lo tanto, hay riesgo de que se contagien el virus", completó el tenista, que jugará el US Open en dobles en dupla con su compatriota Ernesto Escobedo. 

El belga David Goffin, en tanto, también mostró su preocupación por lo sucedido. "Es cierto que da un poco de miedo, porque no sabemos a quién puede afectar", dijo el número 10 del mundo, que aclaró que no entrenó en estos días con Paire. "Imagino que su caso va a ser analizado y todos están esperando la decisión del departamento de salud. Espero que no haya más malas noticias, pero tener un jugador positivo ya en la burbuja es preocupante", se lamentó el belga, que debutará este lunes ante el estadounidense Reilly Opelka.

Muy diferente fue la postura del austríaco Dominic Thiem, segundo favorito del certamen, que consideró que todo está bajo control. "Creo que no hay lugar más seguro en el mundo ahora mismo. Quizá si te encierras en una cueva o estás en medio del mar, no sé. En cualquier caso, esto es muy seguro, estamos en una burbuja", expresó el último finalista del Abierto de Australia. 

Lo concreto es que Pella y Dellien, que siempre dieron negativo en los cinco hispoados a los que fueron sometidos, sólo pudieron salir de sus habitaciones hace siete días, tras denunciar que estaban injustamente encerrados. Y recién este lunes pudieron entrenarse en las canchas donde se disputa el torneo, ya que la autorización que recibieron la semana pasada sólo les permitía practicar en un court privado. Bajo esas condiciones especiales, el bahiense debutará este martes en Flushing Meadows ante el local J.J. Wolf.