"Los intensivistas tenemos una preocupación extrema. Hay una visión esquizofrénica de la realidad: mientras algunas terapias intensivas están saturadas, en las calles los bares están abiertos", señaló en diálogo con Página|12 Arnaldo Dubin, miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI). Es que según un relevamiento realizado por la SATI en 27 centros de salud porteños, en la última semana de agosto la ocupación de Unidades de Terapia Intensiva (UTI) alcanzó el 90 por ciento. En el Gran Buenos Aires (GBA) también hay preocupación por el impacto de la flexibilización: "Si hay apertura de actividades en la ciudad los contagios se pueden expandir a la provincia, eso nos preocupa mucho", afirmó Elisa Estenssoro, Jefa de Terapia Intensiva del Hospital San Martín de La Plata y ex presidenta de la SATI.  

"De un total de 649 camas UTI se observó una tasa de ocupación del 90 por ciento, el 52 por ciento con pacientes covid-19", se puede leer en el informe de la SATI basado en un relevamiento realizado el 28 de agosto en 27 centros de salud privados y públicos de la Ciudad de Buenos Aires. "En el sector público, representado por 210 camas UTI, la tasa de ocupación fue del 89 por ciento", mientras que en el sector privado, "representado por 439 camas UTI, la tasa fue del 90 por ciento", detalla el informe. 

El 28 de agosto, el reporte oficial del Gobierno porteño informó que la ocupación de las 450 camas "graves" públicas alcanzaba el 60,6 por ciento, mientras que el último reporte, del 31 de agosto, registró un aumento para llegar al 62 por ciento. La ocupación de camas del sector privado no son informadas en el reporte oficial. "Lo nuestro es solamente un muestreo pero refleja lo que ocurre en las instituciones de primer nivel tanto públicas como privadas", explicó Dubin quien detalló que en los números oficiales "hay un problema con la denominación de las camas ¿A qué se considera UTI? ¿Una cama de guardia, de unidad coronaria o una sala de shockroom?". 

La Asamblea de Residentes y Concurrentes de CABA viene denunciando hace meses que en las cifras oficiales se registran como "graves" camas adaptadas con respiradores pero que no cuentan con las condiciones necesarias ni el personal requerido para la complejidad de la pandemia. Según el último relevamiento de la Asamblea, realizado en julio, cuando el Gobierno ya informaba 450 lugares en el sector público, las camas que contaban con el personal necesario eran 274. "El colapso deviene de la situación del personal de la salud, el número de intensivistas es extremadamente limitado. Estamos con una sobrecarga enorme de trabajo, exhaustos anímica y físicamente. Además cuando nos contagiamos no hay reemplazo", advirtió Dubin. 

Por su parte, Estenssoro añadió que la situación se agrava debido a la cantidad de tiempo que los pacientes covid pasan en las UTI: "Es una estadía muy prolongada. Los pacientes sufren una situación muy aguda en los primeros días y después entran en un período de cronicidad que puede alcanzar semanas". La Jefa de Terapia Intensiva del San Martín, que se encuentra al 90 por ciento de ocupación, explicó que "la estimación es que el 5 por ciento de los infectados va a terapia intensiva. Los altos números de contagios del AMBA hacen que cada día aumente el ingreso de pacientes y se acumulen con los que todavía no salieron".

En este sentido, Estenssoro alertó sobre las flexibilizaciones de la cuarentena: "Estamos en desacuerdo con las reaperturas, el primer día de bares abiertos se llenó de gente. El Gobierno de la Ciudad dice que estamos estables y no es cierto. Nos preocupa porque los contagios se expanden a la provincia, hay gente que trabaja allá y puede traer el virus", sostuvo.

En el mismo sentido se expresó Dubin, quien señaló que "la progresiva flexibilización pone en riesgo los logros del aislamiento. Yo no comparto las visiones edulcoradas que indican que el número de casos disminuye o que estamos en una meseta, en la última semana hemos tenido un promedio cercano a los 1300 contagios por día en la ciudad". El intensivista concluyó que "la posibilidad de que el sistema se sature existe y la única forma de evitarlo es con aislamiento".

Informe: Santiago Brunetto