El gobierno invertirá de aquí a diciembre 30 mil millones de pesos a la tarjeta Alimentar, confirmó el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. Destinada a mejorar el acceso a la comida de casi 3 millones de chicos menores de 6 años, embarazadas y discapacitados,  desde enero por esta vía se transfirieron 60.074 millones de pesos a las familias de menores ingresos del país. Según los datos del ministerio el 45 por ciento de las compras que se hacen con la tarjeta son alimentos frescos como carne, verduras y frutas.  Esto la muestra como una herramienta útil para mejorar la calidad nutricional  de la asistencia del estado, ya que los bolsones de mercadería contienen alimentos secos o enlatados. 

El Programa contra el Hambre es la política social de mayor peso del gobierno de Alberto Fernández. Al asumir, en diciembre pasado, fue la primera medida de gobierno ante la gravedad de la emergencia social. La asistencia alimentaria cubrió a siete millones de personas en los meses iniciales del año, y a partir de marzo, con la irrupción de la pandemia, debió ser reforzada. En la actualidad la cobertura es de once millones de personas.

Ese número va fluctuando cuando se recarga la tarjeta Alimentar o cuando suben las changas, pero permanece estable en 11 millones de personas,  marcando tanto el nivel de ayuda del Estado como el nivel de deterioro social”, sostuvo el ministro.

 La cartera tiene cinco vías de asistencia alimentaria. "También compra alimentos que son distribuidos con camiones,  transfiere fondos a las provincias y municipios y  a 3 mil comedores y merenderos comunitarios. Lo positivo es que logramos una amplia cobertura; la dificultad es la calidad nutricional, porque hay mucho fideo y arroz pero poca carne, leche, frutas y verduras" dijo Arroyo y agregó que su cartera está planteando ir mejorando la dieta, un tema en el que, además de los recursos, incide la accesibilidad a los alimentos de mejor calidad y  la cultura.

Según los relevamientos oficiales, antes de la pandemia el porcentaje de la tarjeta destinado a alimentos frescos era mayor y llegó al 67 por ciento.  Con la pérdida de trabajos ocurrida a partir de marzo, las verduras, frutas y carne compradas con la tarjeta bajaron al 45 por ciento; es claro que sus beneficiarios debieron volver a comprar una mayor proporción de alimentos baratos. 

Sobre el futuro del Ingreso Familiar de Emergencia y la posibilidad de que sea continuado después del tercer pago, que se terminará de completar el 22 de septiembre, Arroyo dijo que no quería adelantarse "porque se están evaluando distintas alternativas, pero está claro que hay gente sin ingresos o bajos ingresos que tiene que ser acompañada".

En el universo global de la asistencia, el Gobierno cuadruplicó en los primeros seis meses del año el presupuesto asignado durante todo el 2019 a los sectores más vulnerables, según un informe de la Secretaría de Inclusión Social, que fue presentado el mes pasado ante el Consejo Federal Argentina contra el Hambre. También, de enero a julio pasado, unas 20.000 escuelas de todo el país recibieron ayuda para sus comedores, con una inversión superior a los 7.000 millones de pesos.

Arroyo visitó por la mañana un local del Mercado de Consumo Popular (MeCoPo), en Barracas. Se trata de una comercializadora alternativa del Frente Darío Santillán. La actividad buscó hacer conocer el programa Mercados de Cercanía, con el que el ministerio apoya con equipamiento, logística y difusión a estos almacenes en los que los vecinos pueden comprar  productos de la economía popular.

"Los mercados de cercanía dan trabajo a miles de personas y ayudan a pequeños productores a colocar sus productos a precios justos", planteó allí Eva Verde, coordinadora del programa.

La semana pasada fue relanzado, con el mismo objetivo, el Plan Federal de Ferias, que será retomado con protocolos de cuidado en las próximas semanas, al aire libre, en los municipios del área metropolitana que vayan habilitando la actividad.