Un nuevo caso de abuso policial en la Ciudad de Buenos Aires se produjo hoy en la estación Lima del subte porteño. Tres policías vestidos de civil y armados detuvieron a un joven vendedor ambulante, a pesar de que les había entregado el DNI luego de que los efectivos le exigieran su identificación.

Christian Gruenberg, responsable del Programa de Violencia Institucional de la Defensoría General de la Ciudad, advirtió que este tipo de episodios se están registrando cada vez más seguido. “El armado es el mismo, siempre: ¿cómo es que un vendedor ambulante termina contra la pared esposado? A él le tendrían que haber labrado un acta, pedirle una identificación –que de hecho, en el video se ve claramente que la policía la tiene en sus manos-, y dejarlo ir. Pero lo que hace la policía es aplicarle el delito de resistencia a la autoridad, con lo que justifican la detención. En el video claramente se ve cómo arman esa situación”, dijo Gruenberg a Página/12

Según puede verse en una serie de videos subidos YouTube, el joven es retenido por dos policías contra una pared, mientras otro intenta justificar su detención a una pasajera que le exigía que lo liberaran. 

“Escuchame, está todos los días acá, lo vemos siempre”, le dijo una señora al policía, mientras el joven le insistía a los efectivos: “Estoy vendiendo pañuelitos y me agarran así, no puede ser esto. Me están rompiendo el brazo. Déjenme trabajar”. 

A medida que pasaban los minutos, más cantidad de pasajeros se empezaron a sumar al reclamo para que soltaran al vendedor. Luego, la Policía de la Ciudad solicitó refuerzos y tres efectivos más llegaron para intentar controlar la situación. Esposaron al joven y se lo llevaron a pesar de que los pasajeros congregados gritaban a coro: “¡Soltalo, soltalo, soltalo!”

Según le explicó uno de los policías a una de las personas presentes, el vendedor había sido detenido por “uso indebido del espacio público”. “El señor entrega el documento, se quiere retirar y cuando lo agarra mi compañero, empieza a los manotazos”, se le escucha decir al efectivo. 

Gruenberg  insistió en que la "resistencia a la autoridad" es un delito que las "fuerzas de seguridad aplican en la calle como táctica de disciplinamiento contra colectivos estigmatizados: vendedores ambulantes y trabajadores sexuales, entre otros".

El director del Programa de Violencia Institucional señaló, también, que este tipo de delitos es “atípico” ya que es la misma supuesta víctima (la policía) la que imputa al acusado. Y las detenciones son en las comisarías. “Estamos trabajando mucho sobre esto porque está pasando cada vez más. En este caso vemos cómo el joven acreditó su identidad, pero la detención se lleva a cabo igual. Es un uso irracional de la fuerza y le pedimos a los que sufren estas situaciones que se pongan en contacto con nosotros a través del 0800 33 336 337”, indicó.