Finalmente, se suspendió la visita del presidente Alberto Fernández a la provincia de Jujuy, que había anunciado el gobernador Gerardo Morales luego de visitarlo la semana pasada en Buenos Aires. La novedad fue informada por el propio mandatario provincial a través de su cuenta de Twitter, dijo que la visita presidencial queda suspendida hasta nuevo aviso.

Fernández había anticipado que iba a visitar las provincias más críticas, entre ellas Jujuy, en la que hubo una escalada de contagios por covid que en tan solo 84 días ya alcanzó los 10.480 positivos y un total de 298 decesos, convirtiéndose en la tercera provincia con la mayor tasa de letalidad, con el 2,9%.

Desde la primera quincena de junio, cuando solo había 7 casos importados, la provincia pasó a tener más de 10 mil contagios por transmisión comunitaria. La propagación fue virulenta golpeando a pueblos alejados como los de la Puna, en los campamentos mineros, o en la zona del ramal jujeño, como en Ledesma, que no cuenta con una estructura hospitalaria para casos respiratorios severos.

El Estado provincial tuvo más de 100 días para preparar el tejido sanitario, recibió de Nación más de $9 mil millones para atender la pandemia. Sin embargo, la curva ascendentes de contagios la encontró ante una "insuficiencia de personal profesional y especializado, en desproporción con necesidades básicas del sistema provincial de salud, por el notable incremento de pacientes afectados por coronavirus", según reconoció el propio gobierno jujeño en instrumentos legales. Pasaron siete meses y recién ahora ha convocado a las obras sociales para lograr acuerdos en la atención sanitaria. En estos días también se reunirá con las ART. 

En agosto pasado realizó acuerdos con sanatorios y clínicas privadas para atender a los enfermos de covid-19 con altos costos. Así lo refleja el decreto 1424-S-2020, por los que el gobierno aprobó dos contratos de prestación de servicio con establecimientos del sector privado por un monto total de $168.237.000 millones por la provisión de 96 camas durante 60 días.

Uno de ellos, con la firma MATER NOA SRL , es por un monto total de $57.888.000, con el objeto de poner a disposición del Ministerio de Salud 32 camas "con soporte de Oxígeno para COVID-19, ubicadas en las instalaciones de la Clínica Fátima de la ciudad de Palpalá". El segundo, con la Cámara Jujeña de Empresas de Salud, por $110.349.000, para propiciar camas en el Sanatorio Nuestra Señora del Rosario y la Clínica Lavalle.

El gobernador ya transitó la enfermedad como asintomático, hoy continúa su tarea en el territorio entregando bolsones alimentarios. Pero hay cientos de personas que denuncian que no logran ser asistidos por el servicio sanitario. Las llamadas rebotan en el COE y en el SAME. "Llamé al COE una semana, nunca me atendieron y la pasé aislada en mi casa" en la ciudad de Perico, contó Selva Castro

Roberto Medina, vecino de Palpalá, expresó: "No sé como me contagié, yo solo me aislé, mi familia llamo al COE, al 0800 que sale en la página y no me contestaron. No tuve mucha fiebre, pero sí mucho miedo por mi familia, trabajo independiente. Me dolía mi familia", relató. 

Los datos epidemiológicos son alarmantes el promedio diario es de 350 positivos, solo ayer se registraron 355 nuevos casos en la provincia. Los lugares de mayor contagio son San Salvador de Jujuy, donde hubo 184 nuevos positivos; San Pedro, 63; Palpalá, 25, y Perico, con 23

Ayer se notificaron 10 muertes y se registra un total de 298 fallecidos en la provincia, aunque los COE de los municipios declaran otros números que acrecentarían la cantidad de personas muertas a causa de la pandemia.

Los infectólogos de la provincia vienen aconsejando volver a Fase 1 para frenar la velocidad de contagio, principalmente en San Salvador de Jujuy y San Pedro. “Disminuir la circulación de personas por al menos dos semanas para que baje el nivel de ocupación de camas de terapia intensiva”, insistió Omar Sued, titular de la Asociación Argentina de Infectólogos.

Los trabajadores de la salud siguen firmes en su servicio, pero no dan abasto. Encima han sido castigados con descuentos salariales, además de que también deben pasar por aislamientos, contagios y amenazas.

El ejemplo de esto fue el decreto 1444/20, repudiado por diferentes instituciones médicas y que duró apenas 48 horas. La medida establecía multar a trabajadores de la salud con sumas desde $40 mil hasta un millón, la detención e inhabilitación a aquellos que no respondan a las decisiones del Ministerio de Salud de la provincia. Fue derogado ayer y fue el mismo Morales quien dio marcha atrás argumentando que un grupo de 150 profesionales habían solicitado licencias para no ser afectados a atender pacientes con covid.

Organizaciones gremiales vienen advirtiendo sobre el cansancio de los trabajadores de la salud, así como el permanente pedido de entrega de elementos de bioseguridad de calidad. Los reclamos se realizaron a través de ruidazos y bocinazos en defensa de la salud pública. Así también la gente, a través de rifas, reúne dinero para comprar insumos para los hospitales.

Desprotejidos

Cerca de 200 trabajadores de la salud infectados o aislados transitan la enfermedad en sus domicilios, unos quince médicos están en terapia intensiva y cinco fueron conectados a respiradores. Fallecieron cinco médicos y dos enfermeros, aunque es probable que sean más. También murieron efectivos de las fuerzas de seguridad.

Laura, enfermera recuperada de covid, contó: “Desde marzo reclamamos elementos de bioseguridad para nuestra protección, es esencial para nuestra salud y poder cumplir con nuestra tarea”.

En este tiempo, el Estado está contratando agentes sanitarios para realizar rastrillajes en diferentes zonas para tener un mapeo de la situación y detección de casos. Estos jóvenes que se suman a trabajar sin experiencia, están con contratos de palabra porque muchos no firmaron nada. Y se les pagará $15 mil.

"Tomamos la temperatura a varios, les pedimos que se aíslen que llamen al COE para que un médico por teléfono los asista. Es triste transmitirle eso a la gente. La desesperación para que les hagamos un test y no hay. Trabajamos excedidos en nuestros turnos, porque hay compañeros contagiados, caminamos sobre el fuego”, contó la enfermera Graciela Martínez. 

Camas calientes

Hay una gran demanda de terapistas, médicos, enfermeros para cubrir la necesidad de atención a pacientes víctimas del virus. Arribaron a la provincia los equipos de salud de Nación que se suman al sistema sanitario de la provincia temporalmente.

El viernes llegó un avión Hércules con cinco enfermeros, tres kinesiólogos y un médico. Esta acción se enmarca en un trabajo conjunto y articulado entre las jurisdicciones más afectadas y el Ministerio de Salud de la Nación. Otros equipos similares se sumaron a Santa Cruz, Mendoza, y Salta.

Los profesionales son de diferentes provincias que han respondido a la convocatoria en esta crisis sanitaria.

Marcelo Molina, médico terapista de Córdoba destacó en una entrevista: "La situación que vive la provincia (Jujuy) es complicada, estuve en el Hospital San Roque donde de ser un hospital general paso a ser un hospital íntegro de terapia intensiva. Seis terapias intensivas llenas de pacientes covid con respirador”, relato antes de emprender su regreso.

Florencia, kinesióloga, integraba los equipos de salud, pasó por esta crisis sanitaria jujeña y relató que “es triste la cantidad de pacientes con cuadros respiratorios severos, y es muy cruel ver al personal médico fundido que no da tregua a la enfermedad”.

Sin embargo, los casos aumentan exponencialmente y los intensivistas deben decidir a quien poner un respirador. En ese marco, Miguel Salva, médico intensivista referente de la Sociedad Argentina de Médicos Intensivistas de Jujuy, hizo público un mensaje a la población tratando de generar conciencia. “La comunidad debe saber, hoy tenemos que elegir a quien ponerle y a quien no un respirador porque no damos abasto, el sistema está saturado”, lamentó. 

Además, Salva dio a conocer que el 50% de los intensivistas atraviesan por el síndrome de Burnout que es agotamiento físico y emocional causado por el cansancio psíquico o estrés que surge de la relación con otras personas en un dificultoso clima laboral.

Números en rojo

En la Puna jujeña varios de los pueblos con altos números de contagios son poblaciones chicas que no cuentan con terapias intensivas, y donde faltan recursos humanos e insumos. Se levantaron hospitales de campaña pero no cuentan con equipamientos, los pacientes graves tienen entre dos o tres horas de viaje para llegar a la capital, pero no hay camas.

Días atrás el Hospital Jorge Uro, de La Quiaca, recibió dos respiradores volúmetricos para casos de emergencia pero no tienen terapista para que los opere.

Los datos epidemiológicos son duros: La Quiaca tiene 170 casos; Abra Pampa, 90; Humahuaca,  140; Tilcara, 60; Maimara, 60 y Susques, 30 contagios.

La Puna tuvo un rebrote ya que al iniciarse la propagación de contagios fue muy golpeada, hoy son más de 200 los casos de la minera Pirquitas, un establecimiento que por el aglomeramiento de trabajadores propagó el virus y donde hay circulación comunitaria. Una situación similar sucedió en el ingenio Ledesma, en el otro extremo de la provincia.

Si bien Libertador General San Martín, en el departamento de Ledesma es una de las ciudades que hoy esta aplanando la curva, sufrió un gran golpe por la cantidad de contagios y muertes que registra, una de las tasas más altas del país. Los trabajadores del Ingenio Ledesma denuncian que la firma no cumplió con los protocolos sanitarios y ante el aumento de casos la producción de la planta fabril no se redujo.

Hoy es San Pedro de Jujuy, la localidad que más contagios tiene y una letalidad de 4,9% con la que superó la de Libertador. El Hospital Paterson, en San Pedro, tiene 6 camas de terapia intensiva, y requieren más, así también recursos humanos e insumos.

El nefrólogo Antonio Espeche dijo que es prioritario que se envíe un infectólogo a esa ciudad: “Teníamos una infectóloga, pero se la llevaron a capital. Ese fue el principio del fin”, afirmo. 

En medio de esta crisis, renunció el director del Hospital sampedreño, Marcelo Villa, tras recuperarse de Covid. En su reemplazo asumió la médica Evangelina Vechetti, quien recibió el acompañamiento de los otros médicos. Presentaron un informe con la grave situación sanitaria y propuestas para esta emergencia.

Espeche dijo que el infectólogo Carlos Remondegui "los aconseja". Destacó que este profesional "conoce el contexto epidemiológico, ya estuvo en otras como el cólera, dengue. Tiene un criterio científico riguroso y es muy humano”.

El epidemiólogo Jorge Alcantara se desempeña en este Hospital pero requiere de un infectólogo para complementar la tarea diaria, ya que con el aumento de temperatura empieza la época del dengue, que causó una epidemia histórica a comienzo de año. Se suma ahora la pandemia de la covid.