El Chelsea tiene una figura estelar que no grita sus goles ni festeja sus victorias acaloradamente. Es más: es posible que ninguno de sus hinchas le conozca la voz. No tiene redes sociales ni muestra su día a día. No ha dejado ni la más mínima rendija por donde espiar su costado humano y ordinario, sus debilidades, los altibajos propios de cualquier vida. Es que ni siquiera da entrevistas. Es el modus operandi de la rusa Marina Granovskaia, directora del Chelsea y mano derecha de su dueño Román Abramovich, la mujer detrás de las transferencias que en los últimos diez años han llevado a Stamford Bridge a las grandes joyas del fútbol mundial y, al mismo tiempo, le han permitido al club engrosar sus arcas. Nadie conoce las tácticas ni las técnicas de la mujer que cierra los mejores acuerdos del fútbol.

Dicen que nada importante sucede en Stamford Bridge sin el visto bueno de la llamada “Dama de Hierro”. Es lógico: es una de sus directoras y la máxima responsable de cuidar el patrimonio del magnate ruso que hace 17 años compró la institución. Tampoco debiera sorprender que el club de uno de los hombres más ricos del mundo navegue exitoso en las aguas profundas de las negociaciones por las estrellas del fútbol. Y, sin embargo, parece que allí, en ese territorio de las grandes pujas económicas, Marina Granovskaia se mueve como pez en el agua.

De la mujer que cierra los acuerdos del sexto club mejor valuado del mundo, egresada de la Universidad Estatal de Moscú apenas seis años después del fin de la Guerra Fría, sólo se conoce una información que compartió el portal oficial de los blues hace dos años. Unas escuetas 146 palabras, sólo cuatro párrafos, es todo lo que se sabe sobre la encargada de negociar las transferencias del Chelsea durante su racha más ganadora de la historia. Desde su ingreso a la junta ejecutiva, el club ganó la Premier League en 2010, 2015 y 2017, la FA Cup en 2010, 2012 y 2018, la Champions en 2012 y la Europa League en 2013 y 2019 (ambos títulos continentales por primera vez) y, con su equipo de mujeres, la liga inglesa en 2015, 2018 y 2020 y la Women's FA Cup en 2015 y 2018.

Allí, en esa breve exposición sobre su directora, el Chelsea es quien hace el rastreo inmediato hasta quien parece su mentor, Abramovich. Apenas en la segunda oración, se explica que la empresa Sibneft -la compañía petrolera que fundó el ruso- fue el destino de Granovskaia apenas egresó, con honores, de la Universidad. “Ha trabajado en estrecha colaboración con el Sr. Abramovich como asesora principal durante los últimos 18 años, cuidando sus diversos activos e intereses”, se lee apenas después.

Durante la última década, Granovskaia fue posicionándose cada vez más decisivamente en los espacios de negociación del club inglés. En 2003, apenas el billonario lo compró, se mudó de Moscú a Londres. Apenas siete años después, en 2010, empezó a moverse como la representante de Abramovich en Stamford Bridge. Y tan sólo diez años después de su llegada a la capital inglesa, fue anunciada públicamente como integrante de la junta ejecutiva, a cargo, principalmente, de las transacciones de jugadores.

El perfil en el portal del Chelsea, única información oficial sobre Granovskaia (Imagen: Web oficial del Chelsea)

Si en Internet las únicas fotos suyas que aparecen la muestran sonriendo delante de los flashes que capturan la firma del contrato de sus estrellas -y alguna que otra mirando un partido desde las tribunas-, lo que sí son públicos son los resultados de sus negociaciones. Diversos medios ingleses dijeron que fue la figura clave de la vuelta de José Mourinho al club, allá por 2013, y de sostenerlo la última temporada, cuando Abramovich ya pretendía dejarlo ir.

En una nota publicada por The Sun, en 2015, se cita a una fuente anónima del club: “Marina es brillante y encantadora; un activo real. Roman toma las decisiones en el Chelsea, de eso no hay duda, pero no es una dictadura. Es una estructura de directorio muy pequeña y ajustada; de hecho, todos informan a Marina, quien a su vez informa a Roman. Ella conoce sus puntos de presión. Sabe cómo golpearlos y cómo evitarlos. Necesitas saber cómo comunicarte con Roman. Hace preguntas directas y espera respuestas directas y concisas. Y no le gusta despedir a la gente, por sorprendente que parezca. Es ferozmente leal a quienes han trabajado con él durante mucho tiempo, como Marina”.

Granovskaia, a quien pareciera no gustarle llamar la atención, ya tiene sus fanáticos por todo el mundo. La rusa viene siendo celebrada en las redes por sus seis adquisiciones para la Premier League que arranca este sábado, y en la que los de Londres debutan el lunes ante Brighton. Según cotiza el portal Transfermarkt: el delantero Hakim Ziyech llegó desde el Ajax por 40 millones de euros, Timo Werner aterrizó desde el Leipzig por 53 y el ex Leicester Ben Chilwell fue adquirido por 50, mientras que los defensores Thiago Silva y Malang Sarr no le costaron ni un euro al Chelsea, que los captó libres de sus pases. La última estrella en sumarse al plantel que dirige Frank Lampard (por ahora, es que hay varios nombres en agenda todavía) es Kai Havertz, el niño prodigio del fútbol alemán: con el Real Madrid al acecho, Granovskaia cerró su pase en 80 millones de euros, cuando todo indicaba inicialmente que iba a tener que desembolsar bastante más.


La directora del Chelsea tiene en su haber otras dos negociaciones aplaudidas en Stamford Bridge: en 2017 selló un acuerdo comercial con Nike por 900 millones de libras para asegurar su patrocinio por 15 años, en un acuerdo que rompió los récords de la Premier; el año pasado, se desprendió del belga Eden Hazard y lo vendió al Madrid por la altísima cifra de 115 millones de euros, el pase más caro de la historia del club blanco. Con el plantel femenino, también ha quebrado el mercado: un día después de jugar la final de la Champions League con el Wolfsburgo, la atacante danesa Pernille Harder cerró con Granovskaia la transferencia más cara en los registros del fútbol femenino. Otros números, claro: pagaron por ella alrededor de 300 mil euros.

Poco se sabe, como se ha dicho, de los acuerdos que la rusa cierra en la institución de West London. Algunos detalles, sin embargo, han trascendido. El más concreto lo aportó Thibaut Courtois, compatriota de Hazard, sobre su salida de hace dos años del Chelsea. El periodista Kristof Terreur del diario belga HLN reprodujo el testimonio del arquero que publicó su medio: “En marzo tuve una reunión con Marina (Granovskaia) en la que le dije que me gustaría irme. Vivir en Londres sumado a la apretada agenda, me impedía ver a mis hijos, que vivían en Madrid. ‘Te dejaremos ir y encontraremos un reemplazo’, me respondió ella. Pero, de repente, después de la Copa del Mundo, mi salida ya no era tan clara. Eso no era lo que habíamos acordado”. En una escena similar a la acontecida hace pocas semanas con Messi, el futbolista optó por negarse a entrenar con sus compañeros y terminó forzando su partida al Real Madrid.

Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool campeón inglés, deslizó su crítica hacia la ofensiva salvaje del Chelsea, que gastó más de 200 millones de euros en sus transferencias este verano. “Los clubes están en diferentes situaciones y vivimos en la incertidumbre del mundo. Para algunos clubes parece menos importante cuán incierto es el futuro porque son propiedad de países, propiedad de oligarcas, y esa es la verdad”, analizó el alemán. Y agregó: “Nosotros somos un club diferente. Llegamos a la final de la Champions hace dos años, la ganamos al año siguiente y ganamos la Premier League siendo el club que somos. No podemos cambiar eso de la noche a la mañana y decir ‘ahora queremos comportarnos como el Chelsea’. Siempre queremos mejorar la plantilla, pero hay diferentes formas: una es fichar a nuevos jugadores y la otra es trabajar juntos, mejorar las cosas en las que eras bueno y tratar de anular las cosas en las que no lo eres”.

El Liverpool, aunque sólo sumó una incorporación en esta ventana de transferencias, también es propiedad de empresarios millonarios: pertenece a Fenway Sports Group, la compañía que también compró a los Red Sox de Boston y, a los dos años, le dieron el título en la MLB. Claro que, en la comparación entre dueños, el Chelsea lleva la ventaja: según Forbes, John Henry, el principal propietario del Liverpool, ocupa el puesto 804 del ránking de los billonarios más ricos del mundo (con 2.6 billones), mientras que el ruso Abramovich rankea 113 (con 11.3).

En medio de la discusión sobre los millones y el fútbol que inaugura esta nueva edición de la Premier, una cosa es segura: a Klopp le convendría sentarse si espera que la silenciosa Marina Granovskaia, la hábil negociadora detrás de este poderoso Chelsea ultrareforzado, le dé su opinión al respecto.