Manifestantes que protestaban contra un proyecto de enmienda de la Constitución de Paraguay para instituir la reelección aprobado por senadores partidarios del presidente Horacio Cartes iniciaron anoche un incendio en las oficinas de guardia del edificio del Congreso en Asunción, en medio de enfrentamientos con la policía.  

El conflicto se desató porque el jueves, el presidente del Congreso, el liberal Rodolfo Acevedo, denunció ante la Corte Suprema de Justicia a los senadores oficialistas y a sus aliados, a los que acusó de usurpación de funciones y atentado al orden constitucional. El oficialismo, apoyado por el Frente Guasú y otros partidarios del ex presidente Fernando Lugo, presentó una enmienda constitucional para permitir la reelección de Cartes. Los luguistas la apoyaron porque la Constitución paraguaya no permite que ningún presidente se presente a la reelección, y necesitan reformarla para que Lugo pueda presentarse. Ante la oposición de Acevedo, plantearon una reforma al funcionamiento de la Cámara y sesionaron sin la presencia de los opositores a la enmienda. 

El fuego empezó en un rincón y rápidamente tomó altura, afectando gran parte de la estructura. Los guardias del Parlamento procedieron a evacuar el edificio. Inmediatamente un nutrido contingente de efectivos de la Policía Montada llegó hasta el Congreso. Los manifestantes se dispersaron por las plazas adyacentes, algunos de ellos con heridas.

Con estribillos tales como “Dictadura nunca más”, centenares de opositores ingresaron al edificio legislativo luego de destruir portones, vallas y ventanales. Los opositores irrumpieron en las oficinas de congresistas favorables a la enmienda y saquearon sus pertenencias, transmitió la televisión.

“Garantizamos que la policía no va a volver a reprimir. Les pedimos que no derrumben las vallas, que no intenten entrar al edificio del Congreso. Pedimos calma, tranquilidad”, dijo en tono desesperado el comandante de la policía, comisario principal Críspulo Sotelo. “Les pedimos que no nos provoquen. Nosotros tenemos que resguardar la seguridad del edificio”, expresó a la televisión.

Un par de horas antes, mientras que el propio presidente del Senado, el opositor Roberto Acevedo, el presidente del partido Liberal Efraín Alegre y el diputado también liberal Edgar Acosta forcejeaban en la zona del Congreso Nacional con varios agentes de Antimotines de la Policía Nacional, uno de los uniformados tomó su escopeta y la alzó por sobre los demás. La distancia que guardaban Efraín y Acosta del agente era poco menos de un metro y medio. Hubo una confusión en el cruce entre los liberales, en un momento dado se escuchó un disparo y sólo alcanzaron a advertir que el diputado se encontraba en el suelo y ensangrentado. El tiro le provocó serios daños, por lo que tuvo que ser trasladado al Hospital de Trauma de urgencia. Luego de su arribo fue llevado al quirófano para una intervención inmediata. Muchos de los presentes en las cercanías del Congreso Nacional manifestaron que los disparos que realizaban los agentes antimotines ni siquiera eran intimidatorios o dirigidos al piso, sino que apuntaban de forma directa a los manifestantes.

Mientras el ministro de Interior, Tadeo Rojas, decía: “Garantizamos que la policía no va a volver a reprimir”, los uniformados reanudaban la represión con balines de goma y gases lacrimógenos. En una conferencia de prensa desde la Comandancia de la Policía, Rojas responsabilizó a los manifestantes de “buscar” la represión. “Los manifestantes arrancaban parte de la vereda, tenemos policías accidentados, tenemos patrulleras totalmente dañadas que pueden ver en frente”, dijo Rojas. “Personal de seguridad de algunos parlamentarios fueron los que iniciaron la provocación. Ha habido parlamentarios que fueron a provocar. Después de la represión se acercaron con mensajes pacíficos, pero al principio fueron ellos quienes iniciaron”, dijo el ministro.

En todo momento, defendió a los responsables del operativo policial. “No hubo ninguna orden, están los materiales audiovisuales. Los agentes tuvieron que reaccionar ante la provocación”, dijo. “Estamos pidiendo a quienes están convocando la manifestación que vengan a manifestarse pacíficamente. No necesitamos otro marzo paraguayo, no necesitamos que vengan autores políticos a incidentar”, afirmó Rojas.

El vicepresidente del Congreso Nacional, Eduardo Petta, emitió un discurso en el que rechazó los actos de violencia. Además, criticó la represión de la Policía Nacional e instó a la ciudadanía a tranquilizarse y evitar acciones que podrían propiciar más conflictos. Responsabilizó directamente a Horacio Cartes por ser cómplice y propiciador del conflicto que se está viviendo en el país. Asímismo, repudió también “a los que cometieron el vergonzoso hecho de violentar a los ciudadanos que se autoconvocaron a ejercer su derecho a manifestarse”.

Por su parte, el arzobispo metropolitano, Edmundo Valenzuela, pidió a Cartes que dé la cara e intervenga urgentemente en esta situación de violencia.

El presidente de Diputados, Hugo Velázquez, admitió que ya recibió el proyecto y que convocó para el sábado a una sesión plenaria. En esta Cámara Cartes cuenta con una cómoda mayoría sobre un total de 80 legisladores.

El senador Carlos Filizzola, partidario del ex presidente Lugo, dijo que la oposición liderada por Acevedo no permitió que la mayoría presentara el proyecto de enmienda y que eso los obligó a reunirse en otra sala.

“La sesión de hoy de los 25 senadores se hizo todo como está establecido en el reglamento y también en la Constitución Nacional”, dijo el legislador.

Senadores que no responden ni a Cartes ni a Lugo calificaron de “golpe parlamentario” lo acontecido. “Es el proyecto dictatorial de Horacio Cartes con la complicidad de Fernando Lugo, cómplice de este proyecto autoritario”, sostuvo el senador opositor Carlos Amarilla.