El presidente estadounidense Donald Trump aseguró hoy que en abril del año próximo habrá vacunas contra el coronavirus para todos los norteamericanos. El anuncio contradice los pronósticos de los expertos y una de sus promesas de campaña con vistas a las elecciones de noviembre, en las que se juega su reelección.

"Habremos fabricado al menos cien millones de dosis de vacunas antes de fin de año. Y probablemente mucho más que eso. Cientos de millones de dosis estarán disponibles cada mes y esperamos tener suficientes vacunas para todos los estadounidenses (330 millones de personas) en abril", afirmó Trump en una conferencia en la Casa Blanca. 

Trump reiteró que la primera vacuna estará aprobada en octubre o noviembre y que solo 24 horas después de su lanzamiento comenzará a ser distribuida en el país. Dos farmacéuticas, Moderna y Pfizer, están en la fase 3 de sus ensayos clínicos para desarrollar vacunas contra el coronavirus en Estados Unidos. La primera empresa espera los resultados definitivos en noviembre y la segunda, en octubre. 

Los dos compañías firmaron contratos con el gobierno norteamericano para entregar cientos de millones de dosis, una vez que sean aprobadas por la FDA, el equivalente a la ANMAT argentina. Cada vacuna se contemplaría dos dosis, con tres o cuatro semanas de diferencia.

El optimismo presidencial contrasta con los dichos de esta semana del director de los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC), Robert Redfield, quien afirmó ante el Senado que la vacuna probablemente estará disponible para la gran mayoría de la población recién en el tercer trimestre de 2021.

En tanto, el jefe del equipo de la Casa Blanca para la producción de vacunas, Moncef Slaoui, dijo a la radio pública NPR que para fin de año solo estiman tener producidas entre 20 y 25 millones de dosis, una cifra mucho menor a los 100 millones que pronosticó hoy el magnate republicano.

De este modo, Trump parece atar su suerte a la vacuna, cuando faltan seis semanas y media para los comicios, marcados por la pandemia. 

Estados Unidos es el principal país afectado por la Covid-19, con 6,7 millones de contagiados y casi 200 mil víctimas fatales. A lo que se suma el descalabro económico provocado por la pandemia. En ese marco, se suman acusaciones de la oposición demócrata y de la comunidad científica de haber subestimado el impacto del virus surgido en China. 


El candidato presidencial opositor Joe Biden sostuvo que la gestión de Trump en relación a la pandemia "es imperdonable" y lo acusó de "mentir" y "no actuar" cuando los casos de coronavirus crecían. "Cuando necesitábamos que Donald Trump nos dijera la verdad sobre la Covid-19, nos mintió. Cuando necesitábamos que actuara para contener los contagios, se la pasó jugando al golf. Cuando más necesitábamos tener un presidente, no lo pudimos encontrar. Es imperdonable", afirmó el exvicepresidente de Barack Obama a través de Twitter. 

Muchos expertos han advertido que, a nivel nacional, el país entró en un nuevo amesetamiento, pero con un nuevo número de contagios diarios alto, lo que podría desembocar en una nueva curva ascendente, tal como sucedió a mediados de año, si los estados flexibilizan de manera prematura las restricciones que impusieron en los últimos meses, incluidas las medidas de precaución más básicas como el uso de tapabocas y el distanciamiento social.

En medio de este contexto, ya comenzó la votación presencial anticipada en cuatro estados: Minesota, Dakota del Sur, Wyoming y Virginia. Una encuesta realizada este semana por el diario The Washington Post aseguró que un 44 por ciento de la población de Wisconsin y un 39 por ciento de la de Minesota tienen intención de votar de forma anticipada, según la agencia de noticias Europa Press.

En paralelo, la cadena CNN informó hoy que en el condado de Fairfax, en Virginia, muy cercano a la capital Washington DC, se registraron largas colas de votantes, que las autoridades locales calificaron como "inéditas".

El voto presencial por adelantado como el voto por correo son dos maneras que la oposición demócrata y muchas organizaciones civiles impulsaron en los últimos meses para evitar el riesgo de un contagio masivo el 3 de noviembre, día de las elecciones generales.