Parece increíble que la primera estrofa de la canción "El chupachichi" del Grupo Felicidad sea lo más cercano a un resumen de la semana política salteña, inclusive en orden cronológico: “Viejo sinvergüenza, buscavida, mujeriego, mala vida, porquería, mentiroso, desgraciado, embustero, chupachichi ¿qué querés?”

La primera parte remite directamente al martes en el que Gustavo Sáenz explotó contra la oposición y los calificó en una entrevista como "mentirosos, oportunistas y miserables".

El miércoles en el recinto del Concejo Deliberante siguió el revoleo de calificativos de parte de varios de los ediles oficialistas también contra la oposición: “canallas, carroñeros, ratas, mala leche”, se escuchó.

Y el brutal remate del estribillo obviamente corre por cuenta del eyectado Juan Ameri que con su actuación en el Congreso adquirió la fama mundial que no tuvo cuando pasó la gorra entre los compañeros para formar una milicia de salteños que iban a entrar clandestinamente a Venezuela por la selva brasilera a defender al gobierno de Nicolás Maduro de los ataques norteamericanos. Cuenta la leyenda que con lo recaudado no pudo pasar de Salvador Mazza.

Pero retomando la cronología, el domingo pasado se hablaba casi exclusivamente del inminente colapso del sistema de salud y la vuelta a fase de aislamiento, precedida del malestar de comerciantes, gastronómicos y dueños de gimnasios, entre otros.

Las críticas por lo que se considera tiempo perdido a los seis meses que pasaron desde el arranque de la pandemia a esta vuelta al punto de partida, pero ahora con miles de contagiados, empezaron a golpear al gobierno.

Sáenz atinó a responder con promesas de asistencia a los sectores económicos directamente perjudicados con el encierro, una nueva colecta compulsiva con los sueldos de funcionarios y personal del apoyo (que más allá del fin altruista, no estaría teniendo una buen recepción entre los forzosos aportantes) y el volantazo en el COE y Ministerio de Salud, que ahora sí parece haberse puesto en marcha con acciones concretas, pero que al mismo tiempo deja más en evidencia esos seis meses anteriores de inacción.

Pero en el arranque de la semana, más allá de un cruce light entre legisladores provinciales opositores que reclamaban rendiciones de cuentas por el uso de los fondos enviados desde Nación y oficialistas que siempre clausuran cualquier intento de debate tirando sobre la mesa la falta de control a la gestión de Urtubey, el clima de discusión era el habitual, dentro de lo esperable.

Hasta que cayó una bomba con la posibilidad concreta de una designación en la Superintendencia de Salud de la Nación de la ministra de Salud de los seis meses perdidos, Josefina Medrano.

La bronca y el repudio generalizado fue tal, que en el medio pasaron de largo las declaraciones del ministro Juan Esteban reconociendo que las muertes por coronavirus en Salta no serían las 293 que hasta ayer se informaban de forma oficial, sino que estarían por arriba de las 400.

Fue entonces que el Frente de Todos lanzó ese comunicado en el que, además de apuntar duramente contra Medrano, acusaba a Sáenz de ser el promotor del nuevo laburo de la ex ministra y de no haber gestionado ayuda con Nación, algo de lo que el gobernador se jacta como su mayor virtud, sino que por el contrario, decía el documento, frenó los ofrecimientos que le hicieron desde la Casa Rosada por innecesarios.

La bomba explotó y Sáenz también, ahí se despachó con los calificativos antes mencionados. “El general en guerra”, tal como definió al gobernador la concejal Liliana Monserrat, sacó la ametralladora dialéctica y apoyado por sus altos mandos, embistió al Frente de Todos. En pleno aislamiento, con mucha gente con más tiempo libre, el campo de batalla se trasladó a las redes sociales y cuando el asunto estaba en franca escalada de violencia entre los saencistas y los anti Sáenz, parió Ameri.

El sistema político como Mister Scrooge

Lo que pasó con Ameri el jueves en el Congreso fue para la política tan brutalmente revelador como los fantasmas navideños que atormentaban en el cuento de Charles Dickens al avaro Mr. Scrooge con el pasado, presente y futuro.

El “no me importa nada” del ex barrabrava de River, puso una vez más al sistema político en tela de juicio y repudio, porque la teta la chupó Ameri, pero los dardos, insultos y señalamientos fueron para todo el Congreso y la clase política en pleno, dio lo mismo Cambiemos que peronismo, radicalismo que trotskismo, la ligaron todos.

No solamente la acción fue surrealista, sino que cuando tuvo la posibilidad de explicar lo sucedido (suponiendo que se podía explicar) Ameri terminó de estrellarse entre operaciones, prótesis y dudas sobre si debía renunciar. Solamente le faltó adjudicarle propiedades afrodisíacas a la explicación de la ley del Fondo de Garantía de Sustentabilidad que hacía Carlos Heller cuando ocurrió la perfomance porno.

Entre tanto escándalo hubo dos bocanadas de aire fresco, la primera fue la rápida y firme reacción del Cuerpo que en pocas horas suspendió y empujó a Ameri a renunciar, ante la inminente expulsión. La segunda fue que asumirá Alcira Figueroa, que representa absolutamente todo lo contrario que el desterrado diputado. 

Antes hubo un trasnochado intento de imponer a Justino Ustarez, el quinto en orden de reemplazo, por parte del mismo sector del Partido de la Victoria al que se le adjudica la banca de Ameri, pero que una inmediata reacción de, principalmente, los movimientos feministas deshilachó de cuajo.

Pero ahora se vienen tiempos de aprovechar como Scrooge las enseñanzas que dejaron los fantasmas. Un grupo de legisladores de Cambiemos plantea como solución la ley de la Ficha Limpia para que los candidatos lleguen legalmente impolutos. Habrá que ajustar bien la letra chica de la iniciativa porque en estos tiempos de campaña sucia, fake news, operetas, lawfare y golpes bajos, siempre habrá alguien predispuesto a eliminar a un competidor con una denuncia verosímil pero falsa.

También habrá que estudiar cual es el parámetro para frenar a un postulante, porque a Ameri judicialmente no le pesaba ninguna de las denuncias de acoso, que lamentablemente no llegaron a la Justicia, por lo que no habría sido alcanzado por ninguna inhabilitación. Además, la Ficha Limpia en realidad apunta principalmente a hechos de corrupción, en los cuales el ahora ex diputado salteño tampoco tenía registro penal.

Por lo que lejos de aportar una solución, planteado como lo hace Cambiemos suena más a una chicana política al kirchnerismo. Así lo demostró la diputada salteña Virginia Cornejo que con absoluta franqueza en Twitter, en pleno escándalo de Ameri, preguntó si “¿Habrá algún miembro del Frente de Todos sin antecedentes penales?", y que pasó desapercibido y sin repudio alguno solo por la escasa cantidad de seguidores de la diputada que apenas sumó cuatro RT con esa publicación.

Honestos sí, capaces también

Y aquí viene otra cuestión, ¿solo se necesita limpieza moral y judicial para acceder a un cargo?, de los 257 diputados nacionales es altamente probable que la gran mayoría pase los cuatro años de mandato en un insulso e improductivo anonimato. 

En Salta con el bajo nivel de la Legislatura y el Concejo Deliberante, los ocasionales espectadores imparciales de las sesiones entran en un brote de misticismo porque se la pasan repitiendo: “¡Dios mío, qué dicen!”, “Dios mío, qué hacen!”, “¡Dios mío, qué votan!". En tu cara Papa Francisco, así se evangeliza.

Una gran parte de la actual generación de políticos tiene como características su explícita anti política y la virtud de trabajar permanentemente para sumar votos, por lo que consideran la gestión como aquello que pasa entre elección y elección. La decadencia institucional también radica en esta eterna campaña donde la pose para las redes, los discursos tribuneros y la descalificación de los rivales están a flor de piel, pero la excelencia en la tarea para la que fueron elegidos aparece por cuentagotas.

Una última incógnita que dejó el #tetagate, que permitió olvidar por un instante que la pandemia sigue y que la cantidad de contagiados y muertos por el coronavirus no afloja, como tampoco la situación de colapso del sistema sanitario: ¿Por qué una persona que nunca juntó votos ni para ganar una interna de concejal, y tampoco tenía antecedentes personales que lo avalen como un estudioso de las leyes, terminó nada menos que como diputado nacional? Cuentan que la respuesta a esa pregunta la tendría el Gran Bonete, también señalado como el responsable de haber sugerido a Medrano para el cargo nacional.

Y para cerrar, volviendo a la canción del principio que inspiró a la política esta semana, interpretada por Sáenz y sus concejales quedaría algo así: “opositores miserables, mala leche, oportunistas, carroñeros, mentirosos, Juan Ameri, ¿Qué querés?”.