Argentina, 1939. Mesas de ajedrez a la espera del maestro. Él contra todos y a ciegas. El cortometraje se titula 40 Tableros, el actor es Juan Nemirovsky y el ajedrecista podría ser el polaco Miguel Najdorf. Pero no, se le parece. El hecho es más o menos cierto, la anécdota irresistible: asumir el desafío como una manera de enviar noticias al exterior, para que familia y afectos sepan dónde quedó varado tras el comienzo de la Segunda Guerra.

40 Tableros podrá verse online hasta mañana por octubretv.com, en el marco de la Competencia Oficial de Cortometrajes del Festival Internacional de Cine de Puerto Madryn. Para la película es el primero de una serie de pasos: seguirán el Festival Tucumán Cine durante octubre (que estará disponible en Cont.ar) y el BCN Sports Film Festival (España) el año próximo. Su realizador, el rosarino Alfonso Gastiaburo, dice que uno de sus hermanos es ajedrecista y que “siempre cuenta muy buenas anécdotas de simultáneas a ciegas”. “Yo estaba con la idea de contar una historia en donde alguien intenta llevar adelante una proeza muy difícil, donde pone en riesgo su salud mental, lo consigue, y sin embargo el esfuerzo se vuelve completamente inútil”, explica el director a Rosario/12.

El nudo es real, en Argentina quedaron varados varios ajedrecistas tras la invasión de Alemania a Polonia, durante la realización de la VIII Olimpíada de Ajedrez en el país. “Es un hecho extrañísimo. Dejó a un montón de grandes maestros viviendo acá. En el corto hay referencias puntuales sobre la procedencia de estas historias. El que conoce sobre el tema, las agarra rápidamente”, agrega Gastiaburo.

40 Tableros debía haberse estrenado hace un tiempo, pero la pandemia obligó a la suspensión de muchas de las pantallas. Ahora, el contacto con el público será forzosamente virtual. “Pero tampoco hay tantas diferencias. En general, uno hace un estreno, hay contacto con cierta gente, pero después a las cosas se les va perdiendo el rastro. Igualmente, es lindo ir a los festivales, y que la gente pueda ver el trabajo en el cine. En este caso y a diferencia de otras veces, hasta el color está corregido para que se viera en cine y no en una computadora. De todos modos, nos pone contentos que se empiece a ver. Teníamos mucha ansiedad acumulada durante todo el tiempo ya transcurrido”, continúa.

La ambientación, el clima de época, el vestuario, destacan de manera inevitable. Un trabajo impecable. En el caso de Nemirovsky, Gastiaburo dice que “lo que hizo fue dificilísimo. Lo trabajamos bastante, porque si no le encontrábamos un tono adecuado, habría estado al borde del ridículo”. Y sobre la producción y dirección de arte, destaca el “trabajo increíble de Ana Julia Manaker y la gente de arte y vestuario. Además, lo lograron con un presupuesto bajísimo”. Vale agregar que 40 Tableros ganó un subsidio del Incaa en el Programa de Producción de Cortometrajes (2017) y también en el programa Entre Todos (2018) de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario.

La acción del film transcurre en una habitación amplia, que aloja a los contrincantes, y otra contigua, desde la cual el maestro dicta sus movimientos. “Lo hicimos en la Sede de la Gobernación. Estuvimos buscando mucho un espacio que nos permitiera un juego geométrico. Es algo que yo tenía en la cabeza, porque el espacio tenía que imitar una foto famosa de un campo de concentración, en donde confluyen dos vías sobre la puerta de entrada. Quería jugar con eso. Por eso, al final del corto corremos las mesas de una manera arbitraria, para imitar esa foto. Esa era un poco la idea: tener las dos líneas y la puerta final”, señala.

La recreación de las partidas simultáneas también respondió al interés de la puesta en escena. Según Gastiaburo, “en la mayoría de las referencias que existen, las simultáneas no se arman de esta manera. Por ejemplo, en la película La nieve blanca de Rusia (1980) se muestran simultáneas a ciegas con Alexander Alekhine, y no están armadas de este modo. Se dispone de un mismo espacio, pero el ajedrecista está de espaldas a los tableros, y no en un lugar aparte como en nuestro caso”.

-¿Cuánto hay de cierto sobre la anécdota y su protagonista?

-Quien logra establecer un récord de partidas así es Miguel Najdorf, pero en la historia nos alejamos en muchos momentos de la parte histórica, por eso no está citado de una manera explícita. Todo es parte del mito, que él hacía esto para comunicarse con el exterior. Creo que es algo que podría haber sido posible, pero en los primeros intentos, ya que lo hizo varias veces, como en el ’43 y en el ’47. Seguramente no tuvo siempre la misma esperanza o motivación, pero todo es parte del mito que hay a su alrededor.

-A la vez, el ajedrez es un elemento sumamente atractivo para pensar y organizar historias.

-Es precioso, visual y simbólicamente. Lo complejo fue ir construyendo, al mismo tiempo, una progresión en torno a las partidas que va jugando y la lucha interna con sus miedos. Trabajamos flashbacks sonoros, al comienzo, que a medida que él se deteriora psicológicamente por el esfuerzo comienzan a ser delirios. Son cosas que ya no puede recordar y pasa a imaginar o inventar.

40 Tableros da cuenta de una intensidad que, sin embargo, no deja de responder a “un laburo cortito, y que casi había olvidado un poco. Es raro cuando terminás algo, lo soltás y al tiempo reaparece”, dice su director. Lo que sucede es que los proyectos siguen. En lo inmediato, Gastiaburo y su productora Ana Taleb están a la espera de proseguir con “dos documentales de coproducción internacional; uno es Hijas del maíz, con el que ganamos en el Concurso Incubadora de Documentales Incaa. Es una película que estamos filmando en Chiapas, a partir de la historia de una argentina que se fue a vivir allí y tiene un proyecto con mujeres indígenas de las comunidades, que bajan a la ciudad y sufrieron violencia. Estamos esperando a viajar para terminar el rodaje. La otra película, con la que ganamos el Concurso Raymundo Gleyzer, es El viaje de Delil, e intenta contar la historia de la revolución kurda en Rojaba a partir de la mirada de un kurdo exiliado en Argentina, prestando atención a cómo lo atraviesa un proceso político que para mí es único e increíble”.