La Dirección General de Educación de la Provincia de Buenos Aires se diferenció de la Ciudad, que continúa presionando para reanudar las clases presenciales en el distrito y aseguró que aún no están dadas las condiciones epidemiológicas para que los chicos y chicas bonaerenses pueden volver a las aulas. Así lo dio a entender la directora general de Cultura y Educación bonaerense, Agustina Vila, quien sostuvo que, si bien "el retorno a las clases presenciales será progresivo y con estándares epidemiológicos que nos permitan transitar por un camino seguro", de momento "la situación no lo permite". 

"Es innegable el impacto educativo y afectivo que trajo consigo la pandemia. Todos anhelamos el regreso a las clases presenciales porque entendemos que el encuentro presencial en la escuela es insustituible y una de nuestras prioridades. Pero tenemos que pensar la vuelta a la escuela en forma progresiva y responsable, sin tomar medidas apresuradas que pongan en riesgo la salud y la continuidad pedagógica, dos cuestiones fundamentales que atendemos día a día", advirtió Vila, luego de mantener una reunión en la Casa de la Provincia (ubicada en Capital Federal) junto a la ministra de Gobierno, Teresa García, el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, y numerosos intendentes del conurbano, sobre las condiciones de posibilidad de volver a las clases presenciales. 

En este sentido, la responsable de la cartera educativa bonaerense se diferenció de la postura que adoptó el Ministerio de Educación porteño, que pretende reabrir espacios educativos para los 6500 alumnos y alumnas que perdieron la conectividad durante la pandemia. "Para los que no pudieron mantener el contacto con sus docentes o tuvieron problemas -de conectividad o de recursos- se hace un trabajo cotidiano y permanente de directivos, maestros y autoridades provinciales", comentó Vila al Diario Clarín, luego de dar a conocer que el índice de desvinculación con la escuela era de un 2 por ciento. Esto quiere decir que en la Provincia de Buenos Aires hay un total de 74 mil niños y niñas que perdieron contacto con su referencia educativa durante la pandemia.