En el ministerio de Trabajo está ocurriendo en estos días un conflicto que pinta el clima de la época. Los trabajadores de limpieza –tercerizados de la empresa Inmantec SRL– vienen sufriendo atrasos en el pago de sus sueldos. Al día de ayer, por ejemplo, les debían todavía parte de los salarios de febrero. En reclamo por los incumplimientos, que se vienen repitiendo hace meses e incluyen el no pago de aportes jubilatorios y de la obra social, realizan desde hace tres semanas retenciones de tareas: concretamente, dejaron de limpiar las tres sedes de la cartera en la ciudad de Buenos Aires. Esto incluye sus baños y cocinas, con las consecuencias de acumulación de basura y mal olor imaginables. El conflicto se ha alargado en el tiempo sin ser solucionado por el ministerio, a pesar de que ocurre puertas adentro de sus propias sedes. Según denuncia ATE, el argumento que dan los funcionarios de Trabajo es que “no” tienen “herramientas” para hacer que la empresa pague a término los sueldos. 

“Nadie nos da una solución. La venimos pasando mal hace meses, sin saber cuándo ni cuánto nos van a pagar”, señaló a PáginaI12 Leo Benítez, delegado de los trabajadores.  

El conflicto abarca a 120 trabajadores que hacen las tareas de maestranza en la sede central del ministerio, sobre la avenida Alem –ahí hay tres edificios–, en la sede de la avenida Callao al 100 y en una tercera, sobre la calle Alsina. 

“La empresa argumenta que el ministerio le adeuda pagos. El ministerio quiere que abandone el servicio; la empresa plantea que primero tienen que pagarle. En el medio quedan los laburantes, sin cobrar, y con una situación de incertidumbre porque además, nadie les garantiza si van a tener continuidad”, advirtió Hernán Izurieta, delegado general de ATE en la cartera de Trabajo. 

“Nosotros vemos que el empresario tendría que hacerse cargo de los salarios, pero lo más preocupante es que el ministro Jorge Triaca no les garantice a los trabajadores el cumplimiento de sus derechos. Si no pone en caja a una empresa de limpieza, de quinta categoría, en un conflicto que está ocurriendo dentro de su propio organismo, ¿qué es lo que va a resolver en los conflictos de muchísima mayor magnitud de los que, por definición, debe ocuparse el ministerio de Trabajo?” 

El gremio denunció también que, cuando la basura acumulada hace crisis y el mal olor empieza a invadir las oficinas, el ministerio hace entrar en horarios nocturnos (o los días sábados), a trabajadores de la provincia de Buenos Aires que, rompiendo la retención de tareas, realizan limpiezas de emergencia.

“Así fueron pasando todo el mes de marzo y ganando tiempo; en lugar de ocuparse de enfrentar el problema, dedican sus esfuerzos y recursos y esfuerzos en romper la medidas de fuerza”, apuntó Izurieta.

Para los trabajadores, sostener el reclamo les ha implicado sufrir descuentos de hasta 2900 pesos mensuales, ya que durante los meses del verano les restaron de los sueldos los días que pararon, aunque la medida de fuerza haya sido originada por los incumplimientos de la empresa. Luego, en un reconocimiento de que los descuentos fueron ilegales, les reintegraron lo descontado. Desde enero, los trabajadores han hecho asambleas en el hall de la sede central, mateadas, ruidazos, y el viernes pasado una clausura simbólica del ministerio. Mientras denunciaban en el ingreso al ministerio los retrasos en los pagos, el incumpliento de las cargas sociales y en general, su situación de precaridad, el ministro Triaca asumía como nuevo presidente -durante los próximos cuatro años- de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social. “Es mi compromiso priorizar las acciones y políticas que favorezcan la promoción del trabajo digno y decente”, sostuvo en el acto de asunción. 

Como reclamo de fondo, los trabajadores de maestranza están pidiendo ser pasados a la planta permanente. Entre las 120 personas afectadas, algunos tienen hasta ocho años de antigüedad. Al estar tercerizados, cada vez que vence el contrato de la empresa de turno quedan en el aire. “En 2011 pasamos de la firma anterior a Inmantec”, detalló Benítez. El contrato Inmantec venció el año pasado, por lo que ya debería haberse llamado a un nuevo concurso.