En el fútbol europeo se anunció la creación de otra Súper Liga de Clubes, en donde desde 2021 solamente participarán los más grandes económicamente que, casualmente o no, son los que suelen ganar casi siempre. 

En tanto, la Internacional Swimming League (ISL) proseguirá con sus competencias profesionales por equipos, con los mejores nadadores del mundo de diversas nacionalidades dentro de pocos días en Budapest.

La Súper Liga de fútbol se presenta ya como una virtual división de la actividad, y tiene en vista enormes contratos televisivos para que las diferencias con los menos competitivos sean cada vez mayores. Mientras, la ISL presidida por un multimillonario ucraniano desconocido hasta hace poco en el mundo de este deporte, dice centrarse en el bienestar económico de los deportistas mediante sus premios en efectivo.

Para el público poco informado, quizá una inmensa mayoría, todo parece cerrar bien. Poder ver varias veces en el año al Real Madrid, los dos Manchester, Bayern Múnich, Inter o el Barcelona suena atractivo. También lo parece ver a los mejores nadadores competir en finales directas, con un formato de torneo dinámico que prescinda de los no tan buenos.

Sin embargo, es claro que las ligas regionales de fútbol sufrirán rápidamente un gran deterioro, quizá en menos de diez años no encontraremos quien produzca la materia prima (jugadores) para que compitan los grandes clubes. Poco a poco la publicidad, la televisión, y el dinero se volcaran sólo a la gran competencia.

En natación puede pasar algo similar: 300 o 400 nadadores de todo el mundo harán algo de dinero en premios, con 15 o 20 estrellas que se llevarán la parte del león, y el Estado, los Clubes o las Universidades que invirtieron en la formación y desarrollo solamente estarán invitados a ver el espectáculo.

Los scouters contratados por las empresas buscarán súper talentos en todos lados, y aquellos que no puedan ingresar a ese dudoso Olimpo deportivo descubrirán quizás tarde, que para los nuevos formatos del negocio deportivo están de más. 

Desde aquellos primeros Juegos Olímpicos de la antigüedad pasaron 2.800 años. El Deporte, una de las creaciones más nobles del ser humano fue apropiado por Estados totalitarios, por Nobles y poderosos, y ahora por hombres de Negocios, para quienes es apenas una inversión más y no una formidable herramienta de salud, integridad y cohesión social.

En tanto, pareciera que la Sociedad Deportiva por ahora asiste con actitud bovina y pasmosa tranquilidad, a estas ceremonias de achicamiento y despojo disfrazadas y presentadas como "un cambio positivo para el deporte del futuro". Así nos irá.

* Ex Director Nacional de Deportes.