Familiares denuncian que policías de Villa Costanera y de la Comisaría 5 ingresaron a un domicilio particular el domingo último, entre las 7 y 8 de la mañana, llevándose a seis jóvenes detenidos, a quienes hirieron con golpes y balas de goma. Uno de ellos permanece internado en el Hospital San Bernardo y podría perder la pierna por un disparo recibido. Otros cinco están detenidos en la Alcaidía y las familias piden que reciban atención médica porque están lesionados. 

El Ministerio Público Fiscal informó que los seis jóvenes permanecen detenidos acusados de atentado y resistencia a la autoridad, daños e infracción a las normativas vigentes para evitar propagación de la covid-19. Uno de ellos será imputado por lesiones graves a un policía.

Claudia Sandoval es la madre de dos de los muchachos detenidos, Juan Nieva, de 25 años, y René Sandoval, de 29 años. La mujer dijo a Salta/12 que pide justicia para sus hijos. El mayor está internado en el San Bernardo, recibió balazos en la pierna izquierda, ya lo sometieron a una cirugía pero su situación sigue siendo delicada. La madre solicitó atención médica para el menor de los hermanos, que tiene politraumatismos en el cráneo pero fue llevado a la Alcaidía, donde según la mujer, no recibe asistencia sanitaria. "A Juan lo fui a ver el martes, el día de visita, le duele la cabeza, no le dieron medicación, se desmaya", sostuvo. 

El domingo a la mañana "sentíamos ruido en el fondo y que alguien quería abrir la puerta. Yo vi que eran policías los que querían entrar y les pregunté por qué querían entrar. Les dije que no tenían orden judicial. Mi hijo René les dijo no podían venir a entrar así a la casa", relató Sandoval. Dijo que los policías rompieron la puerta, que estaba atada con alambre, e ingresaron haciendo disparos, "las paredes, las plantas están con balas de goma", detalló.

Dijo que con su hijo René intentaron evitar que los policías ingresaran a la vivienda pero rompieron la puerta de la cocina y pasaron. La mujer contó que sus hijos René y Juan "se metieron a una pieza" y que los policías los siguieron hasta allí y "les tiraban a quemarropa como si quisieran matarlos". Indicó que ellos se cubrían con el acolchado que quedó ensangrentado. "Me rompieron la tele y la playstation. Me destrozaron todo", detalló.

"Los amigos de mi hijo estaban durmiendo en otro cuarto. Se despertaron y atinaron a cerrar la puerta cuando sentían los disparos. Después los policías rompieron la puerta, se ensañaron con ellos, les pegaron con la cachiporra", sostuvo la mujer.

"Mi sobrino Gonzalo, de 20 años, cubría con su cuerpo a mi otro hijo de 15 años, le pegaron los policías", agregó.

Sandoval contó que escuchaba como sus hijos gritaban sin poder hacer nada, solo alcanzó a grabar algunos videos con celular en los que se escuchan disparos, golpes y gritos. La mujer dijo que tuvo que sacar a su hijo adolescente de las manos de los policías, advirtiéndoles que era menor de edad para que lo dejaran. "Yo, como pude lo saqué a mi hijo afuera, estaba tildado, a él le echaron gas pimienta en el ojo. Un policía me pegaba con el escudo para que no lo saque", manifestó.

La mujer precisó que una vez que salió de la casa con el hijo más chico, después la policía no le permitió volver a ingresar para ver a los otros. 

"Cuando lo sacaron a mi hijo René, tenía la boca ensangrentada y la pierna destruida. Lo ramearon (arrastraron) como 30 metros de los pelos. La gente del barrio vio todo y pedía que no le peguen pero los policías seguían pegándole", sostuvo.

Los seis jóvenes fueron trasladados a la comisaría de Lola Mora donde habrían demorado horas hasta llevarlos al hospital. Sandoval dijo que fue dos veces a esa comisaría y no le tomaron la denuncia. Llegó a desmayarse porque es diabética e hipertensa y tuvieron que llevarla a una salita sanitaria. También fue a la comisaría 5 y tampoco le tomaron la denuncia. Recién este jueves pudo radicar una demanda en la Fiscalía de Derechos Humanos.

"Mi sobrina vio que a Juan lo llevaron de la comisaría al hospital desmayado, salió en camilla", indicó la mujer. Precisó que estuvo desde las 11 de la mañana hasta la noche en el hospital para ver a sus hijos. "Pude ver a Juan con toda la cabeza vendada, con cuello ortopédico, a las 21 me llamó la enfermera, me explicó que lo iban a llevar detenido".

"Mi hijo René estaba con la pierna ensangrentada, no lo habían vendado porque lo iban a llevar a cirugía. Después de que salió del quirófano, el médico me dijo que le pusieron un drenaje, que le limpiaron la herida. Había un policía de custodia que me dijo que no podía hablar con mi hijo. Yo le dije que me retiraba, que era una autoridad y no le iba faltar el respeto", afirmó Sandoval.

René es militante de la Corriente Clasista y Combativa, es padre de dos hijos. En la casa de su madre funciona un merendero

El Ministerio Público Fiscal informó a Salta/12 que en la causa interviene la fiscala penal Gabriela Buabse y que la intervención policial se inició por una denuncia de reunión y consumo de bebidas alcohólicas. Sandoval desmintió esa versión, dijo que sus hijos no estaban alcoholizados y planteó que podían haberles realizado una prueba de alcoholemia para verificarlo.

El Ministerio Público Fiscal detalló que "según consta en las actuaciones, la policía habría tocado la puerta y uno de los actuales detenidos salió con cuchillo en mano e hirió a uno de los efectivos en el ojo. Le causó lesiones graves. Se sumó el resto de las personas que estaban en el domicilio y se enfrentaron todos. Además, uno de los policías hizo un disparo con bala de goma, que impactó en la pantorilla de (René) Sandoval, sería quien hirió en un ojo al policía y no declaró, por estar lesionado en la pierna. (...) Sandoval será imputado por lesiones graves. Se secuestró una barreta y cuatro cuchillos".

La Policía de Salta por otro lado dio un informe distinto ante la consulta de Salta/12. La fuerza sostuvo que los policías estaban patrullando por la zona. "Vieron a un grupo ingiriendo bebidas alcoholicas y procedieron al despeje". Estas personas "se dieron a la fuga", ingresando en uno de los pasillos de Villa Costanera. La policía inició una persecucion. "Desde uno de los domicilios salió una persona con una barreta de hierro y lesionó a un efectivo policial, (después) fue a cirugía", indicó."La persona que lesionó al efectivo ingresó al domicilio, los policías trataron de detenerlo. Hubo una gresca contra efectivos policiales, que pidieron apoyo porque los tenían acorralados en un pasillo. Se procedió a la detención de todos los que estaban en el interior. También dañaron el móvil policial y lo apedrearon. Otros dos efectivos fueron lesionados", se detalló desde la institución.

Sandoval sostuvo que en su casa solo usan "cuchillos sierrita" de cocina y que no tenía cuchillos grandes. Negó que su hijo haya agredido al policía. En cambio, afirmó que todos los jóvenes están heridos y consideró que no correspondía la violencia ejercida por parte de la policía. Añadió que "hacían dar vueltas a los familiares" entre las comisarías, el hospital y la Alcaidía sin que pudieron encontrar a los detenidos.

"Todos estaban doloridos, no tienen ninguna atención medica. Fui a ver a la defensora, para que lleven a mi hijo Juan al médico, me atendió un secretario. Por eso hice la denuncia en la Fiscalía de Derechos Humanos", afirmó la mujer. 

Los seis jóvenes solo tienen hasta el momento a la abogada del Estado, Marina Bouhid, de la Defensoría General de la Provincia.

"Exigimos justicia y verdad. Lo sucedido es una enorme violación a los derechos humanos y un típico caso de violencia policial por portación de rostro y por ser un barrio humilde. La policía buscó producir los disturbios, ingresaron ilegalmente al domicilio y sin motivo alguno, se llevaron a los jóvenes. Hoy tenemos a los pibes de nuestro barrio encarcelados de manera injusta y arbitraria. Nuestro barrio es una zona liberada para que sigan con su impunidad, nuestras familias tienen miedo. Libertad  para los pibes de la Costanera ya", sostiene un comunicado de las familias.

Nicolás Alvarez, hermano de Claudio Alvarez, también detenido, dijo que la policía le ocultaba el paradero de su hermano, al que no pudo ver hasta el momento. Conto que cuando iba a consultar, le dieron distintas versiones sobre cómo habían sucedido los hechos y de las supuestas agresiones del grupo de jóvenes a los policías.

"Los vecinos contaron que a mi hermano los policías lo patearon en la cara, que lo llevaron desmayado al San Bernardo. Los muchachos estaban en un domicilio. El procedimiento policial y la forma en que actuaron estuvo mal", sostuvo Alvarez. Añadió que las familias están siendo amenazadas por la policía para no hablar y que tienen miedo de que "les inventen una causa" a los jóvenes.