Brasil superó los 150 mil muertos por el coronavirus tras siete meses desde que se registró el primer caso positivo en el país. El sábado se sumaron otras 331 muertes con lo que el total llegó a 150.023, según datos recopilados por un consorcio de medios de prensa con las autoridades de salud. Sólo Estados Unidos tiene un número mayor de muertos por la covid-19: 219.148. De acuerdo a ese mismo consorcio creado por diversos medios de comunicación hace cuatro meses, el número de casos confirmados llegó a 5.073.483. Esta metodología se impuso ante la falta de confianza en los números que brinda el gobierno de Jair Bolsonaro. Los datos fueron divulgados en el inicio de un fin de semana largo en el que decenas de miles de brasileños aprovecharon para volcarse al turismo. Bolsonaro también aprovechó y viajó con su familia a la playa de Guarujá, en el litoral del estado de San Pablo.

Tras el primer caso el 26 de febrero y la primera muerte el 16 de marzo, el país vio subir los números hasta quedar estancado casi dos meses en un promedio de 1.000 muertes diarias. El número de fallecidos comenzó a ceder en agosto hasta llegar a 932 y en septiembre 752 en promedio. En lo que va de octubre, esa cifra cayó a 630 muertes. La media de infecciones diarias bajó de 40.659 en julio a 30.000 en septiembre y a 27.200 en lo que va de octubre.

La barrera de los 150 mil fallecidos fue superada en medio de una rápida desescalada en todas las regiones del país. Pero los especialistas sostienen que Brasil experimenta una meseta prolongada con números todavía en niveles altos. Esto lo diferencia de los países europeos y asiáticos que tras llegar a su pico vieron una caída más pronunciada de casos y muertes. Infectólogos y médicos brasileños alertaron que, si bien la virulencia de la pandemia se redujo, aún permanece alta en casi todo el territorio nacional. En San Pablo, el estado más afectado por el virus, las autoridades anunciaron este viernes otra relajación de las medidas de aislamiento social. A partir de este fin de semana fueron autorizadas las reaperturas de cines, teatros y museos. Lo mismo sucedió en Río de Janeiro, la segunda región del país más impactada por la covid-19. Allí prácticamente ya se retomaron todas las actividades económicas. También reabrieron las escuelas primarias y secundarias y se permitió la práctica de deportes al aire libre.

Aunque decidida por alcaldes y gobernadores, la rápida reapertura fue promovida por Bolsonaro. Como suele hacer cada fin de semana en Brasilia, el gobernante paseó en motocicleta por las calles de Guarujá, saludó a decenas de simpatizantes y se detuvo para tomarse fotografías con ellos. No usó mascarilla ni respetó las normas de distanciamiento social que aún rigen en San Pablo. El presidente contrajo la enfermedad en julio pasado. El gobierno también informó este sábado que el ministro de la Secretaría de Gobierno, Luiz Eduardo Ramos, dio positivo de la covid-19. De esta forma se convirtió en el décimo miembro del gabinete de Bolsonaro contagiado.