La música es una de las grandes pasiones del escritor japonés Haruki Murakami. Esa obsesión no sólo lo llevó a administrar en su juventud un club de jazz, sino también a impregnar de referencias musicales buena parte de sus obras literarias. Durante el mes de mayo, el autor de 1Q84 estuvo a cargo de Stay Home Special, un programa emitido por Radio Tokio donde oficiaba de DJ y presentador de los temas musicales que seleccionaba en su lista de interés. “Espero que el poder de la música sirva para que desaparezca esta tristeza acumulada por el coronavirus”, había escrito Murakami en la web desde la cual se promocionaba el especial.

En Música, sólo música (Tusquets), el escritor comparte con los lectores sus preferencias y sus opiniones sobre un arte que hermana a millones de seres humanos en el mundo. Para ello, durante dos años Murakami y su amigo Seiji Ozawa (antiguo director de la Boston Symphony Orchestra), mantuvieron conversaciones sobre conocidas piezas de Brahms y Beethoven, Bartók y Mahler, sobre directores de orquesta como Leonard Bernstein y solistas excepcionales como Glenn Gould, piezas de cámara, ópera, e incluso prestigiosos referentes argentinos como Martha Argerich, Daniel Barenboim o Alberto Ginastera.

Cuando una enfermedad frenó la agenda de Seiji Ozawa, Murakami –quien lo había conocido poco tiempo antes– le planteó la posibilidad de mantener con él estas conversaciones, para grabarlas y convertirlas en un libro. La hija de Ozawa es amiga de la esposa de Murakami y fue clave para que su padre accediera a mantener estos diálogos con el autor de After dark. Música, sólo música está concebida como un concierto en el que los distintos movimientos se convierten en conversaciones sobre un tema o una obra determinada, con diferentes secciones y matices. Mientras escuchan discos y comentan sus interpretaciones, los lectores asisten a jugosas confidencias, polémicas y curiosidades que contagian el placer de disfrutar la música con oídos nuevos.

Haruki Murakami (Kioto, 1949) es uno de los pocos autores japoneses que han dado el salto de escritor de prestigio a autor con grandes ventas en todo el mundo. Recibió numerosos premios como el Noma, el Tanizaki, el Yomiuri, el Franz Kafka, el Jerusalem Prize y el Hans Christian Andersen, y su nombre suena reiteradamente como candidato al Nobel de Literatura. Tokio blues. Norwegian Wood, 1Q84 y Los años de peregrinación del chico sin color son algunas de sus novelas más reconocidas.