"Todos los sectores tenemos que escuchar, en primer lugar el gobierno nacional y después todos los que formamos parte del sistema político argentino. Un paro de esta magnitud, por lo que han manifestado los gremios no va a haber ninguna actividad, llama a la reflexión", dijo la intendenta Mónica Fein en una lectura sencilla y certera de las razones que explican el paro nacional dispuesto por las centrales obreras. "Acompañamos a los trabajadores que viven con incertidumbre el tema laboral y también el costo de vida", remató Fein. A estas declaraciones de la intendenta hay que agregar la marcha a la que han convocado los gremios para este mediodía con un acto en el cruce de las peatonales, lo cual conlleva asumir un riesgo por la magnitud de convocatoria y a la vez legitimar la representatividad de los trabajadores.

En Rosario, además de paro habrá movilización. Y ese estado de efervescencia pacífica puede verse con mayor claridad desde el mes pasado en una serie de manifestaciones multitudinarias y pacíficas, como la del 8 de marzo, las asambleas docentes y su punto máximo el 24 de marzo. Sin perjuicio de los graves problemas que subsisten en ciudad, de los "errores no forzados" que comete la administración, el desgaste propio de mas de dos décadas de gestión del mismo signo político, hay un piso en la conciencia cívica de la ciudadanía que atraviesa a la mayor parte del arco político.

Aún sin haber arribado a un acuerdo, y con paros recurrentes, el gobierno de Santa Fe abrió la paritaria docente y no dudó en ningún momento acerca de la pertinencia del mecanismo para discutir salarios. Lo mismo ocurre a la hora de hora de apuntalar efectivamente procesos de recuperación y/o salvataje de empresas acorraladas por la apertura de las importación y la suba de tarifas. Eso no es suficiente para solucionar los problemas, pero es un punto de partida.

El descontento se expresará en el paro de hoy más allá de las descalificaciones que han intentado debilitar su impacto, de lo "fácil" que se lo hacen algunos encumbrados burócratas sindicales a los detractores. Será de una contundencia que si pudiera reflejarse en la primavera en una o más expresiones electorales, probablemente el gobierno revisaría su actitud. La provincia de Santa Fe, y sobre todo Rosario, no representan políticamente lo mismo que Buenos Aires, Córdoba y la CABA.