El número de muertos por exposición a agentes nerviosos tras el supuesto bombardeo químico perpetrado ayer en la localidad siria de Khan Sheikhun, en la norteña provincia de Idleb, controlada por rebeldes y facciones islámicas, subió a 72 personas ayer con más de 200 heridos, en medio de acusaciones cruzadas entre el Ejército y los rebeldes por la responsabilidad en la masacre. También ayer, el Consejo de Seguridad de la ONU mantuvo una reunión de urgencia, a pedido de Francia y el Reino Unido, para tratar el hasta ahora confuso incidente. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, lo calificó de “crimen de guerra”. 

Organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) afirmaron que las víctimas presentaban síntomas parecidos a los de un agente neurotóxico como el gas sarín. La cifra de fallecidos, proporcionada por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG opositora con sede en Londres que basa su información en una red de informantes en el terreno, precisa que entre los fallecidos también hay 20 niños y 17 mujeres. Según la ONG, en las últimas horas se produjeron al menos cinco nuevos bombardeos en esta región, llevados a cabo por aviones de guerra no identificados, aunque sin que se registrasen víctimas por el momento. 

En medio de la ola de versiones sobre las responsabilidades del crimen, Rusia aseguró ayer que la aviación siria bombardeó el martes, durante una hora, un depósito de armas de los insurgentes que albergaba un taller para la producción de armas “tóxicas” destinadas a Irak. “Según los medios rusos de control del espacio aéreo, el martes, entre las 11.30 y las 12.30 hora local, la aviación siria bombardeó en la zona de Khan Sheikhun un gran depósito de armamento de los terroristas. En el territorio de ese depósito se encontraba un taller para la producción de minas con sustancias tóxicas”, informó el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, general Igor Konashenkov. El militar agregó que Moscú respaldará a Damasco y en un comunicado, el ministerio estableció que ningún avión de bandera rusa atacó el área de Khan Sheikhun. 

La información que llevó el representante ruso al Consejo, sin embargo, no coincide ni en la hora ni en el lugar con los informes de autoridades locales y organismos de derechos humanos que dieron cuenta de este ataque. 

Según uno de los testigos de los hechos, Osama al Siada, presidente del Consejo Local de Khan Sheikhun, el ataque se produjo hacia las 6.50 hora local, y los lugares afectados fueron tres sitios del norte de la localidad y otro del centro. 

Por su parte el portavoz presidencial ruso, Dmitry Peskov, indicó ayer que su país presentó todos esos datos en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU y descartó además como “consideración apocalíptica” la mera discusión de la actitud que tomaría Rusia ante un eventual ataque aéreo estadounidense, francés o británico contra fuerzas sirias.

El representante de Rusia ante la ONU. Vladimir Safronkov dijo que “no sería serio” que el Consejo de Seguridad aprobara una resolución sobre estos hechos sin haber hecho una investigación “objetiva” sobre el caso, del que dijo sólo existen “falsos reportes”. 

El proyecto de resolución, que finalmente no fue llevado a la sesión matutina del Consejo de Seguridad, estaba defendido por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, y exigía que se investigaran a fondo los hechos. 

A su llegada a la conferencia internacional sobre Siria que se celebra en la ciudad de Ginebra, en cambio, el canciller británico, Boris Johnson responsabilizó al presidente sirio, Bashar al Assad, por la matanza y aseguró que así lo sugieren “todas las pruebas” a las que tuvo acceso.

En la misma línea, y pese a la escasa información oficial sobre la masacre, el canciller francés, Jean-Marc Ayrault, consideró ayer que “no hay duda” de que el gobierno de Al Assad, es “responsable” del ataque. Turquía, en tanto, a través de su ministro de Salud, Recep Akdag, aseguró que cuenta con pruebas de que se usaron sustancias químicas en el ataque del martes. “Tenemos pruebas de que fue un ataque químico. Enviaremos estas pruebas a la Organización Mundial de la Salud (OMS). La humanidad no debe quedarse callada ante esto”, dijo Akdag en la ciudad de Erzurum. 

La OMS ya señaló ayer que “la aparente falta de heridas externas de un grupo de casos mostrando la aparición rápida de los mismos síntomas, incluyendo incapacidad de respirar como la principal causa de muerte” de las víctimas “refuerza la posibilidad de un ataque químico”.