“A mí me parece una canción muy linda, muy linda ¿ustedes están conformes?”, se le oye preguntar a Raúl Porchetto. El contexto, relajado y cálido, es el de la hechura en estudio de una canción que hará historia. Se llama “Abuela”, y es algo así como el brazo musical de un documental Abuelas, sobre las Abuelas de Plaza de Mayo que espera su estreno online para los días 5, 6 y 7 de noviembre (ver abajo). “Yo estoy emocionado”, se ve y escucha responder a Ignacio Montoya Carlotto, productor y director musical del tema. La cosa emotiva, claro, impregna la canción. Le pasa a León Gieco, al lanzar un muy sentido “No me olvides / “No te olvides, de mí”, que hace las veces de estribillo, mientras Cristian Arriaga -autor de la canción y director de la película, llamada sencillamente Abuelas- ensaya una sucesión de arpegios en su guitarra criolla, y cada uno de los demás músicos que aceptaron ser parte de la patriada, hace lo suyo. Oscar Giunta toca la batería; Ricardo Mollo, la guitarra eléctrica; Nahuel Antuña, el bajo, y el mismo Montoya Carlotto, el teclado. Es, lo que se dice, un verdadero seleccionado musical argentino.

“Lo convoqué a Ignacio, ser maravilloso y excelente músico, para que sea director musical de la canción, y así empezamos. Se prendió al toque y después, por razones que se van a ver en la película, decidimos convocar a Gieco, y a Porchetto. Obvio que tampoco podían faltar otros dos monstruos que admiramos como Santaolalla, Mollo y Giunta, que es el mejor baterista de jazz de la Argentina”, introduce Arriaga. “La canción fue grabada como se pudo, de a pedacitos y en distintos lugares… Por suerte quedó un tema hermoso, de excelencia internacional. Armar una selección así, con estos músicos, es algo que sin dudas está a la altura de Abuelas. Además, claro, los músicos le han puesto el mayor amor del planeta a este tema y es lo mínimo que ellas merecen”.

No puede faltar, si de música y abuelas se trata, el testimonio de Gieco. “En estos momentos oscuros que estamos viviendo, las Abuelas siguen siendo luz y esperanza. Por supuesto que siempre estaré con ellas, no solo para respaldar su lucha sino también para aprender de su fuerza y su bondad”, dice el rosquinense, que tampoco ahorra palabras al referirse al documental al que remite la canción. “La película rescata cosas que pocos conocen… más intimas o graciosas algunas, tremendas otras. Y está bien, porque ellas son eso: una mezcla de lucha, dolor, salvación, y memoria con tiempo para reír, al punto que sus historias deberían enseñarse en los colegios primarios para que la lucha sea sostenida por las nuevas generaciones, como hizo Cristian con la película y la canción. Una vez más, las Abuelas nos muestran el lado bueno y útil de la vida”, señala Gieco a Página/12.

Otro lujo que se dio Arriaga, absolutamente impactado con la convocatoria, es sin duda Ricardo Mollo. En verdad, el primer convite se lo hizo Montoya Carlotto, a quien el nieto de Estela conocía por haber colaborado en una canción suya, y la respuesta no tardó dos segundos en producirse. “Por supuesto le dije que sí”, asegura el guitarrista, compositor y cantante de Divididos a Página/12. “Después vino Cristian a la sala, me entregó la canción y yo lo que hice fue tocar mi parte. Fue como un aporte a estas cosas que tienen que ver con la memoria. Está buenísimo que haya un documental sobre Abuelas, porque genera mucha conciencia y ayuda a muchas personas que todavía están en esa situación. Es uno de esos aportes lindos, en donde uno siente que colaboró con un pequeño granito de arena", profundiza Mollo.

La canción, grabada por Ari Lavigna y mezclada por Aníbal Kerpel, ya rueda en redes a través de los dos sitios en los que también se podrá ver la película cuando llegue su estreno online. Uno es el propio del film (http://www.Abuelaslapelicula.com) y el otro el del canal de youtube: http://www.youtube.com/c/Grandmothersthemovie. “A mí me tocó hacer un poco la producción artística y salir desde una maqueta que había hecho Cristian hacia lo que se escucha hoy”, cuenta Montoya Carlotto. “Lo que estuvo bueno fue apreciar cómo se vivió el hecho de ver cómo se fue enriqueciendo la canción, a través de los diferentes aportes de todos los que participaron. Fue para mí muy placentero poder trabajar con estos admirados músicos y, además, poder ver cómo ellos trabajaron con tanta dedicación. Me llenó de satisfacción”

La letra del tema es corta pero conmovedora. Se nota que fluyó de una pluma que no solo ama la lucha de las Abuelas, sino que también tuvo una a la que amó. “Abuela / qué ganas de encontrarte, Abuela / No creas / que no estoy, por más que no me veas / no me olvides / no te olvides de mí / No veas / lo que otros quieren que veas / pelea / que el brillo de tus ojos me lleva / Y no me olvides / No te olvides de mí, abuela”. En rigor, Arriaga escribió estos versos cruzado por esas conexiones mágicas y emocionales que suelen cargar la tinta de un autor. “La verdad es que la compuse en el sillón de la casa de mi abuela Elvira, en Guaminí, pueblo en que nací y traté de darle, desde la letra, una mirada desde ese nieto o nieta a ser recuperado”, sostiene el compositor y cineasta.

Ricardo Mollo junto al cineasta.

“Ellos me han contado, incluso y más o menos con las mismas palabras, que antes de presentarse en Abuelas para hacerse análisis y preguntar sobre algunas dudas acerca de si son o no hijos o hijas de desaparecidos, sienten en su cuerpo algo raro durante un tiempo… Muchos me han dicho que sienten como mariposas en la panza. Me pareció re loco porque eso en general se produce cuando uno está enamorado, ¿no? Bueno, creo que eso tiene que ver con el amor desde el que buscan las abuelas. Entonces, la letra está abordada desde la persona que está sintiendo eso, pero no está segura, tiene dudas por el paso difícil que hay que dar. Necesitan, quiero decir, que le tiendan una mano. Y es precisamente lo que hacen las Abuelas, porque ese nieto a ser recuperado necesita ese empujoncito, que le extiendan la mano. Desde este punto de vista está encarada la canción”.

-No se puede perder de vista que la compusiste sentado en el sillón de tu propia abuela. ¿Cuánto gravitó esa figura, junto a la de las abuelas de los pañuelos?

-Mucho. Mi abuela fue el ser más importante para mí y durante nuestra vida juntos, pudimos ir ejercitando y profundizando un amor mutuo muy fuerte. Eso fue los que me llevó a pensar qué habrá sido de estas mujeres, las Abuelas de Plaza de Mayo, que no tuvieron la oportunidad de tener una experiencia tan maravillosa como la mía con mi abuela, o la de mi abuela conmigo, porque era algo híper recíproco.

De vuelta a lo musical: la canción no hubiese sonado igual sin el power y la versatilidad de un tremendo batero como es Oscar Giunta. El, claro, también dice lo suyo. “Ser partícipe de un acontecimiento histórico como la canción y la película sobre Abuelas es para mi motivo de gran orgullo”, señala el experimentado músico mendocino. “Al placer inmenso de compartir la canción insignia de la película junto a León, Raul, Ricardo, Ignacio, Nahuel y Cristian, se le suma el inocultable sentimiento de sentirme parte de una iniciativa noble que engloba dos caras: una es la de revisitar el capítulo más oscuro de nuestra historia reciente, y la otra, la de celebrar y ponderar la ponderación a la vida y la esperanza que las Abuelas de Plaza de Mayo han cristalizado desde aquel entonces. Haber sido convocado para participar de este proyecto desde lo musical, también representa para mí un movimiento inmensamente fuerte de sentimientos internos, a niveles indescriptibles desde la reflexión profunda, el "Nunca Más", la indignación y la tristeza, pero también la esperanza, y la emoción de ser testigo de una lucha inclaudicable de las Abuelas, cuya brújula y ángel, guían”, apuntala Giunta, sobrevolando el espíritu de una canción, como se dijo, destinada a seguir escribiendo con belleza el libro de la vida, que ellas, las Abuelas de los pañuelos, propulsaron.

Cristian Arriaga, el director del documental

Para alejar los prejuicios

"Una película sobre (y con) Abuelas de Plaza de Mayo”. Así es la presentación de Abuelas. Y así empieza, con Liliana Herrero relatando amores y odiseas de ellas. A la intro de la cantora, cuyo texto fue escrito por Osvaldo Bayer, le sigue una serie de testimonios de boca de diez abuelas, incluidas tres que ya no están. Cuentan de sus lugares de nacimiento. De sus padres y madres. De sus propias abuelas. De la vez que dieron el primer beso. Y, obvio, de lo que tuvieron que sufrir durante la larga y oscura noche de la dictadura cívico-militar. Es este apenas un leve raid de lo que se podrá ver cuando el documental se estrene 5, 6 y 7 de noviembre.

Una de las intenciones del trabajo fue llegar a gente que tal vez tenga algún prejuicio sobre las Abuelas por diferentes cuestiones, y tal vez cuando las escuche hablar digan 'ah, pero esto era así' o 'esto no era así'. Desde ese lugar apunté. La idea fue tratar de abrir, con el mayor amor posible, la manera en que las Abuelas buscan a sus nietos desde el amor y la sonrisa, a pesar de la tragedia que vivieron”, introduce Cristian Arriaga, director, guionista e ideólogo del trabajo documental, además de autor de la canción.

“Otra de mis intenciones fue intentar contar la vida de una mujer, simbolizada en Abuelas por supuesto, que nace, crece y se desarrolla en un determinado contexto, le ocurre lo que le ocurre, y de repente se le transforma la vida”, desarrolla el cineasta. “Elegí contar sus vidas desde el principio hasta ser adultas mayores como si fuese, reitero, la vida de 'una mujer con diferentes caras', porque en cierta forma a todas les pasó lo mismo, pero todas crecieron de diferentes maneras. Quiero decir que, cambiando de personajes, esta historia podría ser la vida de una sola mujer, si bien cada una viene de lugares e historias diferentes”, remarca Arriaga.

Esas vidas, que son una, está(n) entonces claramente reflejadas mediante recursos fílmicos tan austeros como profundos: primeros planos, fondos sepia, gestos, miradas y palabras. Nunca falla. “Tuve que hacer un trabajo inmenso para despojarme la idea de 'estar yo'”, admite Arriaga, que pide no revelar el nombre de las partícipes hasta que el momento del estreno esté más cerca. “Digo esto porque, en general, al director o al artista le gusta que se vea que está su trabajo. En cine, por ejemplo, hay desafíos como el movimiento de la cámara, o el encuadre, o tal cosa o tal otra, y tuve que hacer un trabajo arduo para despojarme de eso, a tal punto que ni siquiera se note que había un director, para que todo se centre en las Abuelas, en la narración en primera persona de cada una de ellas”.

El tono del relato es, como la canción, muy afectivo y cálido. Se le nota un contundente origen de pasión y amor que impregna el relato estético. “Efectivamente, decidí contar la historia desde lo humano; que ellas mismas contaran qué había pasado con sus vidas y de qué manera. No sé, esa búsqueda que parece tan irracional... Tener que estar buscando un nieto que te secuestraron, que ni siquiera sabías que estabas esperando, y que a tu hijo o hija los terminen asesinando: una cosa que no resiste ni la máxima ficción. Habría que desafiar a los más grandes guionistas del mundo para ver si se les ocurre algo tan horripilante”, enfatiza el cineasta que, entre otras cosas, también forma parte del staff de editores de Peter Capussotto y sus videos.

-¿Y desde el costado más ideológico, cómo es el vínculo con ellas?

-Siempre me sentí identificado con la lucha de las Abuelas. Yo nací un poco antes de la dictadura, pero ya estaban pasando cosas, digamos. Cuando era chico, en mi pueblo desapareció una niña y no se supo más nada de ella. Supongo que esas cosas me deben haber marcado y sensibilizado mucho en este sentido.