El presidente Mauricio Macri, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, funcionarios, legisladores y "voluntarios" salieron el sábado por la mañana a realizar el octavo timbreo nacional de Cambiemos y tenían un objetivo: “Las fotos tienen que demostrar que son del timbreo y estar relacionadas con el propósito de la acción: escuchar a los vecinos y dialogar”. Desde el presidente hasta el último "voluntario" tuvieron sus sonrisas, respuestas y abrazos guionados por una manual de estilo y buenas prácticas coordinado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña.  

El manual que estructura la “esencia del timbreo” ordena la postura de los funcionarios y "voluntarios" para alcanzar las imágenes que luego el equipo de prensa de Cambiemos viraliza en redes y spots de campaña. "Debemos lograr que la fotografía refleje una relación personal y un vínculo emocional con las personas", sensibiliza a los integrantes del PRO el manual hecho público por el diario Perfil y les explica: "La cercanía no implica contacto y tampoco se origina si son muchos voluntarios los que hablan con un solo vecino”. 

Al pie del manual, mientras Macri y Vidal obtuvieran sus capturas de "vínculo emocional" en la localidad bonaerense de Suipacha, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, sostuvo en diálogo con radio Continental: "Los timbreos son la posibilidad permanente de conocer de primera mano lo que piensa nuestra gente y repensar, en función de esas charlas, nuestras políticas públicas".  

El manual preparado por el equipo del jefe de Gabinete no deja lugar al error y para eso contaba con imágenes ilustrativas sobre lo que  “Lo que SI hay que hacer” y “Lo que NO hay que hacer” cuando el "vecino" responde el llamado del timbre. Entre las 18 páginas de recomendaciones, uno de los pecados señalados por el manual de estilo sería llegar a la puerta con una remera partidaria y hablar a través de una reja porque “la foto refleja un fin partidario y no la acción del timbreo”.  

Para lograr la imagen perfecta para difundir por los equipos de prensa, la orden es que todos se muestren descontracturados, con ropa casual e “interesados por lo que la vecina dice”, por eso las capturas deben ocurrir cuando el vecino habla para que los funcionarios, legisladores y "voluntarios" de Cambiemos parezcan estar "prestando atención a lo que dicen”.

Los manuales no son una novedad para las jornadas de "timbreo". En agosto, en pleno conflicto por el tarifazo con fallo de la Corte Suprema mediante, otro manual de estilo señalaba las respuestas que se debían dar a los vecinos preocupados, entre ellas,  se preveía la consulta "¿por qué no llamaron a audiencia pública?". "El aumento se produjo en el precio de la producción del gas, en lo que se paga por sacarlo de abajo de la tierra. Eso, según la ley que regula el gas, no es un servicio público y no requiere audiencia", era la respuesta que se debía dar. 

El guionado de las respuestas también estuvo en la reedición del manual del equipo de Peña para la octava edición del recorrido de campaña con el que Cambiemos confía que ganó la campaña. Esta vez lo que preocupó al equipo de comunicación fueron las promesas incumplidas del gobierno nacional a casi un año de asumir el poder.

Ante el reclamo ciudadano por la inflación, la pobreza, el ajuste económico o la inseguridad, todos debían responder a coro con la batería de medidas que el Poder Ejecutivo intenta instalar desde hace un mes con la nueva campaña publicitaria "Empezamos".  Acuerdo con los fondos buitre, fin del cepo cambiario, ampliación de asignación universal por hijo, pensión para adultos mayores y la divulgación de los datos del Indec "después de años de manipulación", fueron algunas de las respuestas recomendadas.    

La divulgación de este nuevo "manual de estilo" para actuar durante el encuentro con los vecinos se suma a las puestas en escena montadas por los equipos de comunicación del PRO tanto a nivel nacional como en la Ciudad de Buenos Aires en los últimos meses. La falsa recorrida en colectivo de Macri en Pilar, viralizada en las redes sociales con fotos de un colectivo frenado en medio de un camino de tierra y rodeado por la seguridad presidencial, fue la más grosera protagonizada por el presidente.    

Por su parte, el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta también tuvo las propias. A principios de octubre, reconoció que "fue todo una muestra" la presentación de la aún inexistente Policía de la Ciudad, recordada por la presentación de un helicóptero de la nueva fuerza, que no era más que uno del SAME ploteado.

La última puesta escena antes del timbreo del sábado también fue protagonizada por Larreta junto a la ministra de Educación, Soledad Acuña, quienes la semana pasada fueron denunciados por los docentes de la Escuela Comercial Nº6 de Villa Lugano por llevar estudiantes en micro para hacer el anuncio de la extensión de las clases del último año del nivel primaria en el día en que esa escuela se encontraba vacía. "Elegimos un día en el que sabíamos que iba a tener visibilidad en los medios", había justificado la ministra a los docentes. De manual.