Ahora dicen que desde que cayó en manos de Disney, la franquicia Star Wars perdió credibilidad (por no decir fuerza, ya que la Fuerza siempre es fuerte en esa familia). Ahora dicen que quien mucho abarca, poco aprieta, y que con tantas películas, dibujitos animados, libros, comics, videojuegos, spin-offs y frazadas, ya no queda claro dónde termina la Star Wars línea fundadora, la de los jedis, los desiertos y la mugre, y dónde empieza el acaso fofo, gaseoso, difuso, multicultural y no tan nítido “universo expandido” de la saga. Lo cierto es que el inicio de la segunda temporada de la webserie The Mandalorian es prometedor, con un primer episodio de 52 minutos de duración que es prácticamente una película para TV. Y que resulta un inmediato generador de ilusión, fascinación y mística.

En la cuenta regresiva para el desembarco oficial de la plataforma de streaming Disney+ en América Latina (el próximo 17 de noviembre), The Mandalorian es uno de sus contenidos originales estrella. Y confirma que el universo de Star Wars tiene aún ricos territorios por explorar, en especial cuando mantiene la esencia de aventura agridulce y misteriosa que lo volvió nave insignia de la industria cultural.

Bajo el doble comando de Jon Favreau y Dave Filoni, las aventuras del cazarrecompenas mandaloriano de buen corazón vuelve a colocar en el centro del universo de Star Wars a ese planeta presuntamente periférico, olvidado y pedorro en el que, sin embargo, siempre está la acción: el arenoso y norafricano Tatooine donde todo empezó, con George Lucas, en 1977. Este regreso a las fuentes dunícolas aporta la calidez de un escenario conocido y genera un (re)iniciático clima de reencuentro: el fan podrá abrazar sin distanciamiento social a las especies locales, como los bóvidos bantha, los jawas, los errantes moradores de las arenas y hasta el enorme dragón Krayt. Sí, aquel inmenso monstruo cuya osamenta dinosauriforme se viera descansar en paz como decorado casual en Una nueva esperanza y que ahora, que está vivito y cavando, lejos de meter un posible guiño a Jurassic World, termina tributando a otros clásicos de la ciencia ficción como la –a punto de ser reciclada– Dune o hasta la querible Tremors, de Kevin Bacon.

Y si la vuelta a caras (y médanos) conocidos hace amigable a The Mandalorian, su ritmo y su sabor de western la hacen especial y no necesariamente espacial. El protagonista es un bandolero enmascarado casi sin cara –el actor chileno Pedro Pascal apenas si mostró su rostro, en algún pasaje de la primera temporada– cuya voz cascada y gris revela a un viajante cansado pero enérgico, que mezquina palabras y siempre juega de visitante. Este primer episodio del reestreno, elocuentemente titulado The Marshal, está lleno de insights del western; la cabalgata, la cantina, las emboscadas, el duelo entre forastero y sheriff, los salvajes que malonean pero que en realidad no son para nada salvajes...

Para el debut de Disney + en las pantallas argentinas, ya estarán disponibles los dos primeros episodios de esta segunda temporada, que volverá a contar con ocho episodios que se estrenarán cada viernes (ya hay una tercera en producción). Y sí, sí, tranquilos, está el adorable bebote verde a quien todos llaman The Child, cuyo verdadero nombre aún no se sabe pero que el mundo ya bautizó Baby Yoda. Esa poderosa e infantil criatura alienígena, que copa memes y merchandising desde hace once meses, es el motor narrativo que redime al cazarrecompensas protagónico y que impulsa su peripecia universal. 

Pero atención. Si The Mandalorian logra su mejor tono cuando tantea y explora nuevos registros sin dejar de pivotear en lugares conocidos, la llegada sorpresiva de uno de los personajes más icónicos de la saga original, que se creía muerto, augura un arco narrativo potente, con un antihéroe, sino enemigo, que empoderará aún más al mandaloriano errante. Esta reaparición es acaso la “noticia” más fuerte que ha dado la serie para el canon de la franquicia. Será cuestión de revisar la línea de tiempo y descubrir que la saga de Star Wars, que además de The Mandalorian tiene otras dos webseries en camino, siempre tendrá viejos conocidos para recuperar. Y esa herramienta no es para nada boba.