Con la brecha cambiaria en tendencia a la baja, los mercados iniciaron una segunda pulseada con el Gobierno que explica, en parte, el componente político y de presión de la volatilidad aún imperante. Mientras el ministro de Economía, Martín Guzmán, sigue celosamente la evolución diaria del escenario cambiario y anuncia medidas que apuntan a tranquilizar el contexto, surgieron nuevos objetivos de parte de los especuladores. 

En las últimas horas y por diferentes vías, empezó a sonar "la necesidad urgente de recomponer reservas del Banco Central (BCRA)" como el próximo paso que desea el mercado. Sobre el punto, el Gobierno tiene claro que la tensión persigue un objetivo primario: que un mayor respaldo de divisas en la caja --un proceso sin dudas saludable y que está en la mente de Guzmán a largo plazo-- redunde en la liberalización de los controles para llegar a un mercado de apertura total y libre disponibilidad

En este escenario, el Ejecutivo que conduce Alberto Fernández se mueve con un idea clara. Que será complejo, al menos hasta el año próximo, que haya recomposición de reservas. Pero que, aún con este contexto, los dólares para garantizar la producción, el crecimiento y la estabilidad del peso, están disponibles. "Primero, querían que paremos la corrida y ahora quieren que engordemos las reservas sólo una semana después de que decían que se nos caía el mundo encima por el tema del dólar", se sinceró una alta fuente oficial ante Página/12. Y agregó que "no estamos en un proceso de aumento de reservas, sino de administración de la venta de dólares". 

Ese mismo informante explicó que, lo más probable, es que recién en marzo del 2021, sin pagos de deuda mediante, haya más incentivos para las exportaciones, y un volúmen mayor de divisas por la vía del ingreso de turistas del exterior. Allí podría empezar a pensarse, si la volatilidad sigue contenida, en un proceso de refuerzo de las reservas. "Hoy lo que queremos es estabilizar el peso", contaron fuentes cercanas a Guzmán, y admitieron que es probable que se sigan perdiendo reservas de manera esperada y controlada. En octubre, de hecho, 1000 millones de dólares se fueron en importaciones, cerca de 200 millones en dólar ahorro y otro tanto por compras con tarjeta en el exterior. 

Aún así, Guzmán está avanzando en variantes que vayan creando un escenario mejor para atenuar el goteo de reservas, aclarando que el respaldo de las arcas está y estará, incluso sin echarle mano a los 18 mil millones de dólares del swap con China, que es un flujo de libre disponibilidad al que Argentina podría apelar, de ser necesario, sin previo pedido de autorización entre ambos países. 

El primer dato fuerte es que en el inicio de noviembre el BCRA compró 88 millones de dólares como saldo de la intervenciones en el mercado oficial. Visto en retrospectiva, es un buen arranque de mes si se compara con septiembre y octubre, con primeros días de mes en posición vendedora. 

Por otra parte, el nivel de liquidación viene fuerte. La negociación más fluida de Guzmán sigue siendo con sectores exportadores. El más dinámico, el de la agroindustria. Mientras avanza con los empresarios en un proyecto de ley para fomentar la exportación de alimentos con valor agregado, mira el día a día de las liquidaciones de las cerealeras en los puertos, luego de las medidas de baja de retenciones anunciadas. 

Los últimos números muestran que la exportación del complejo sojero alcanzó en octubre las 3.827.715 toneladas, lo que significó un crecimiento del 71,4 por ciento en comparación con el mes anterior, de acuerdo a las cifras de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) del Ministerio de Agricultura.

Por su parte, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) anunciaron que durante octubre las empresas del sector liquidaron US$ 1.715.520.147, suma que resultó 4 por ciento inferior con respecto de septiembre. Visto en lo que va del año, el monto liquidado asciende a US$ 16.849.288.937. Esa baja del 4 es, de todos modos, algo parcial, si se tiene en cuenta que el sector previó que, sin las medidas, las liquidaciones serían de 1500 millones, muy inferiores a lo actual.