“El peor escenario es que Alberto no lo presente”, comentaba a Página/12 una diputada verde del oficialismo, con la incomodidad de no saber cuándo el Presidente finalmente enviará el proyecto de despenalización y legalización del aborto al Congreso.

Terminó octubre y la primera semana de noviembre sin ninguna certeza. “Este tema siempre va a ser urticante. O lo hacés o no lo hacés, pero nunca va a ser el momento oportuno”, comentaba a este diario otra legisladora verde de la oposición. “Si no cumple con su promesa las pibas jóvenes se lo van a facturar y va a afectar su capital político”, analizaba otra diputada del Frente de Todos. 

El enojo en la marea verde crece a medida que pasan los días y no se concreta la promesa electoral de promover este año la sanción de una ley que saque al aborto de la clandestinidad. Ante esta incertidumbre, resulta cada vez más difícil dentro de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito disuadir a quienes quieren volver con movilizaciones masivas a las calles para presionar al Gobierno. “No solo vamos a dialogar. También vamos a manifestarnos”, anuncia Marta Alanís, de Católicas por el Derecho a Decidir, histórica de la Campaña. El miércoles hubo un adelanto de lo que podría venir: se convocó a una caravana desde la Plaza de Mayo al Congreso y se replicaron acciones en diferentes ciudades del país. La Campaña en estos meses fue respetuosa de la cuarentena con acciones virtuales, sin convocatorias a marchar, para no romper el aislamiento social y evitar contagios de coronavirus. Pero ya perdió la paciencia.

“Noventa y nueve años de punitivismo nos condenaron a abortar en la clandestinidad y no resolvieron nada. Es inadmisible que esa herencia nefasta aún perviva en democracia. No hay justicia social sin aborto legal”, tuiteó el miércoles la referente del Movimiento Evita en Corrientes, Araceli Ferreyra, ex diputada y parte del grupo de las sororas --que sigue activado--, e integrante de la Campaña. El mensaje, sin nombrarlo, tenía destinatario directo: el presidente Alberto Fernández, a quien Ferreyra, como gran parte de la Campaña, votó. “Alberto Fernández tiene un compromiso con los feminismos y los movimientos que impulsamos la despenalización y legalización del aborto. Cuando prometió el proyecto selló la justeza de nuestro reclamo. Ahora tiene que ser consecuente y avanzar”, consideró la neuquina Ruth Zurbrigger, de la colectiva La Revuelta, otra histórica de la Campaña.

De la reunión del jueves con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se llevaron una tibia sensación de que el tratamiento legislativo podría ser, si no en 2020 --quedan pocas semanas y el Ejecutivo tendría en su lista de prioridades otros proyectos más urgentes además del Presupuesto, una reforma tributaria, un blanqueo de capitales para promover la construcción, entre otros--, en los primeros meses de 2021. En ese encuentro, Massa repitió más de una vez a las integrantes de la Campaña que confiaran en la palabra del Presidente. A algunas les quedó la sensación de que sabía más de lo que podía decir. De todas formas, se fueron con dos certezas: que el Congreso no se cierra durante el verano --porque seguirán las sesiones extraordinarias hasta fin de febrero-- y que se abrirá el debate cuando llegue el proyecto que envié el Gobierno. Pero Massa no dio fechas.

“Sentimos mucho malestar por tener que dar explicaciones al interior de la Campaña sobre cosas que se dicen a medias. Estamos incómodas”, señalaba una de las integrantes de la Campaña que estuvo en la audiencia con el presidente de la Cámara. No saben si para entretenerlas o porque el envío del proyecto del Ejecutivo estaría cerca, Massa dispuso que se conformara una comisión de trabajo, encabezada por Mónica Macha, del Frente de Todos, y Silvia Lospennato, de Juntos por el Cambio --presentes en la reunión-- para articular con la Campaña un cronograma de trabajo en la Cámara de Diputados. Lo que no le quedó claro a ninguna de las participantes de la audiencia es qué pueden articular si todavía no se conoce el proyecto del Gobierno ni cuándo se abrirá el debate. Por otra parte, diputadas verdes e integrantes de la comisión de Cabildeo de la Campaña ya tienen diálogo fluido.

En la Cámara de Diputados esperan el proyecto de IVE junto con el Plan de los 1000 días para acompañar a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad que deseen continuar con la gestación y que anunció el presidente en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso el 1° de marzo de este año, antes de la llegada de la pandemia.

“A esta altura, el Gobierno está en una encerrona. Si el debate se pasa para el 2021, ¿dónde va a conseguir votos en enero y febrero? Después de marzo ya será más difícil porque el próximo es año electoral y la oposición no le va a querer votar ningún proyecto al Presidente”, observaba otra oficialista y sorora. Hoy el pororeto es justo pero ventajoso para sancionar el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo en ambas Cámaras.

“Como dijo el ministro de Salud, Ginés González García, cuanto antes salga la legalidad, salvaremos más vidas”, dijo a Página/12 la activista feminista Ruth Zurbrigger, de la Campaña. Cada día, hay un promedio de 106 internaciones por abortos inseguros en el la Argentina, solo en el ámbito público, y siete niñas de entre 10 y 14 años son obligadas a parir, según cifras oficiales. Entre las mujeres muertas por aborto de 2018 --últimas estadísticas disponibles--, dos tenían menos de 20 años.