Un paisaje apocalíptico, ominoso y familiar; una violencia desbocada y, a la vez, brutalmente administrada. Una mujer, un viejo, una niña, un hombre que nunca baja de su caballo. Nueve días en un territorio arrasado. El escritor Juan Ignacio Pisano ganó la primera edición del Premio Fundación Medifé Filba, que se otorga a una obra publicada, con su primera novela El último Falcon sobre la tierra (Baltasara editora, 2019), por decisión unánime de un jurado integrado por Beatriz Sarlo, Eugenia Almeida y Luis Chitarroni. “La literatura es una actividad colectiva”, dijo el ganador a través del canal de Youtube del Filba Internacional y aclaró que el escritor Leandro Ávalos Blacha fue “un interlocutor fundamental” para terminar de darle forma a la novela premiada con 300 mil pesos y una estatuilla, que se impuso entre las otras finalistas: ¡Felicidades!, de Juan José Becerra; Las malas, de Camila Sosa Villada; Quemar el cielo, de Mariana Dimópulos y La masacre de Kruguer, de Luciano Lamberti.

“La idea era narrar una historia donde los protagonistas tuvieran ciertos condicionamientos físicos y sociales”, explicó Pisano (Buenos Aires, 1981), doctor en Letras por la Universidad de Buenos Aires, docente en la Universidad Nacional General Sarmiento, en la Universidad Nacional de Hurlingham y en el Colegio Nacional de Buenos Aires, que forma parte del Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre Heavy Metal Argentino (GIHMA), con quienes ha publicado los libros Se nos ve de negro vestido (2016) y Parricidas (2018). Además de un abuelo que está postrado, en la novela aparece Ema, la sobrina de la narradora, una niña con retraso madurativo. “Ahí ingresa algo personal, una sobrina mía, Juana, que es muy importante para mí y me acompañó en la escritura de la novela con su espíritu mágico”, contó el autor visiblemente emocionado.

Como el Man Booker y el Pulitzer, entre otros galardones internacionales que reconocen obras editadas a través de instancias de selección, con “listas largas” y “listas cortas” de finalistas, hasta llegar al ganador, este nuevo Premio Fundación Medifé Filba surgió del trabajo colaborativo entre Daniela Gutiérrez, gerenta general de la Fundación Medifé, y el Festival Internacional de Literatura Filba, a cargo de Amalia Sanz. Beatriz Sarlo advirtió que el texto premiado responde a su título. “Narra la decadencia de ese auto deseado hace setenta años, cuando fue el objeto aspiracional de capas medias en ascenso. Pisano ha escrito una novela con los restos que encuentra en un rincón olvidado, entre humedales y arroyos, donde todavía se anda a caballo y los jinetes se pelean a patadas. La novela se extiende en nueve capítulos y nueve días, pero los lectores tienen la certeza de que así fue el pasado inmediato y será también el futuro de sus personajes -analizó la crítica literaria-. La sangre corre, y le da un color violento a los episodios cotidianos que tienen como protagonistas a un anciano semi paralítico, obsesionado por un real, ilusorio o magnificado tiempo pretérito, cuando se corrían carreras de auto por esos caminos lodosos. Fueron sus años de gloria, una gloria doméstica y probablemente olvidada por casi todos”.

La escritora cordobesa Eugenia Almeida precisó que El último Falcon sobre la tierra “es una novela política en el sentido de poner en escena modos posibles de actuar en el mundo y evidenciar que también en los gestos más íntimos hay construcción de un mundo”. “Hay una potencia singular en escribir un texto que puede leerse como denuncia de nuestros males sin hacer explícita esa denuncia, sólo poniendo ante los ojos los infiernos que estamos incubando”, agregó Almeida sobre la novela de Pisano, que previamente a este reconocimiento resultó ganadora de una convocatoria de novelas inéditas, cuyo premio era la publicación en el sello rosarino Baltasara editora. “Esta es la primera novela que logro publicar, pero son muchos años de estar escribiendo y dedicándome a la literatura de otras maneras, desde la docencia, en el Conicet, en talleres literarios de amigos que organizábamos y nos quedábamos hasta la madrugada leyéndonos y charlando; se me viene a la cabeza docentes de talleres que tuve: Paula Jiménez España, Pablo Ramos, Inés Garland, Leandro Ávalos Blacha”, enumeró el escritor a sus maestras y maestros.

“De chico quería ser corredor de turismo carretera”, confesó Pisano y admitió que le interesan los cruces entre literatura y rock. “Yo quería contar una historia distópica; la idea era situarme en un espacio identificable, un ámbito rural, y ahí entra la gauchesca”, comentó el autor de El último Falcon sobre la tierra, novela que escribió con la música de fondo de Los Antiguos, una banda de heavy metal argentino que le imprimó una cadencia a la narración, “un lenguaje escueto, casi seco”, como ponderó Almeida. Esa economía de recursos se convierte en uno de los méritos de esta novela en la que narradora dice: “La esperanza adquiere a veces unas formas muy extrañas”.