El macrismo consideró que Yacimientos Carboníferos de Río Turbio (YCRT) era inviable. Por lo tanto, frenó la construcción de la usina y mandó mil telegramas de despido. Sin embargo, las autoridades de YCRT, puestas por el macrismo, gastaron 32 millones de pesos en publicidad y comunicación -actualizados serían unos 92 millones de pesos- según denunció este viernes en la justicia el actual interventor Aníbal Fernández. El gasto no tiene ninguna justificación porque el carbón no es una bebida o un producto que hay que publicitar para vender y, además, existe una norma que no permite que los organismos o empresas del estado publiciten al margen de la agencia Télam. Para redondear las sospechas, en YCRT no constan los certificados de servicios, es decir los comprobantes de que la publicidad y la comunicación se hizo.

La denuncia se formuló contra Omar Zeidán, anterior interventor de YCRT y contra Sergio Lumachi, ex coordinador de la empresa estatal, ambos designados durante la gestión del gobierno de Mauricio Macri. El delito es administración fraudulenta. Las 36 hojas del escrito de Aníbal Fernández motivaron el sorteo que se produjo el viernes mismo en Comodoro Py y el expediente quedó a cargo del juez Marcelo Martínez de Giorgi.

Las empresas beneficiarias con los 32.700.000 que el macrismo gastó en publicidad son casi todas de Santa Cruz y algunas de la zona de Río Turbio. La justicia tendrá que determinar si fueron publicidades reales o si existen sospechas de que el servicio no se prestó. En principio, parecen fondos destinados a empresas y empresarios amigos y, obviamente, el objetivo no era promocionar carbón sino promocionar a los directivos del macrismo en la zona. Zaidan es uno de los referentes de Eduardo Costa, el histórico y millonario líder del radicalismo y de Cambiemos en Santa Cruz, exmarido de la diputada Mariana Zuvic, coequiper de Elisa Carrió. En la denuncia se menciona también el delito de “negociaciones incompatibles con la función pública” que tiene que ver con esos contratos de publicidad y comunicación adjudicados a amigos.

Como lo hizo en muchísimos casos, el gobierno de Mauricio Macri usó YCRT como ariete político contra Cristina Fernández de Kirchner. Paró toda la inversión en la mina de carbón -de 1.500 millones invertidos en 2015 se pasó a 450 en 2016-, la denunció como nido de corrupción, armó causas judiciales y la economía de Río Turbió caminó hacia el derrumbe. En la zona se repite siempre una frase pronunciada por el ultramacrista exministro de Energía, Javier Iguacel: “esto nunca va a funcionar”, pese a que la usina y la mina ya habían demostrado su capacidad y YCRT estaba en condiciones de producir energía y aportarla al sistema interconectado. Pero se prefirieron los negocios con los amigos y, sobre todo, usar la usina y la mina para denunciar. Si Río Turbio producía energía se caía el argumento de que era un negociado.  Según los expertos, la mina tiene carbón para proveer al sistema por los próximos 400 años y es clave para el desarrollo de la zona. Además, los sistemas instalados durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner son muy modernos y ecológicamente sustentables.

Durante la gestión de Zeidan no sólo hubo 1.000 despidos, sino que además se fomentaron los retiros voluntarios, pero cuando Cambiemos perdió las PASO, de golpe, cambiaron el discurso y contrataron 417 nuevos empleados, de los cuales sólo 100 supuestamente trabajarían en la mina. Al llegar, Aníbal Fernández revocó esas contrataciones.

Mientras reducía y reducía YCRT, la conducción macrista de la empresa gastó los 32.700.000 pesos, no sólo sin sentido sino también -según la denuncia- de manera ilegal. Desde hace más de diez años existe un decreto que establece que “los organismos y empresas del estado deberán encomendar las campañas institucionales de publicidad y comunicación a la Secretaría de Comunicación de la Jefatura de Gabinete de Ministros”. El decreto señala también que debe intervenir Telam como agencia de coordinación publicitaria. Sin embargo, la conducción macrista de YCRT hizo contrataciones directas, saltándose lo reglado por el decreto vigente. A ese cuadro de situación se agrega en la denuncia la mención de que en YCRT no existe ninguna certificación de que los servicios contratados se hayan cumplido, algo que suele ser de rigor en el mundo de la publicidad y la comunicación.

De acuerdo al nuevo presupuesto, terminado de votar esta semana en el Congreso, la inversión en YCRT crecerá en 2021 un 1.069 por ciento. El propio macrismo había establecido que las obras en la usina están avanzadas en un 82 por ciento y la intención es ahora reactivar todo el proyecto. En el presupuesto votado en 2019, el macrismo previó inversiones en Río Turbio de apenas 150 millones de pesos, mientras que para 2021 el presupuesto será de 2.400 millones. Según consignó el diario La Opinión Austral, de Santa Cruz, el personal de la YCRT sostiene que la usina estaría en condiciones de volver a producir en cinco meses, aunque hay que tener en cuenta las condiciones de la pandemia.