Todo sucedió durante la cuarentena de coronavirus: Micaela Verón se graduó de bioquímica en mayo en la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) y meses después se convirtió en la primera egresada de esa casa de estudios en ingresar como becaria al Hospital de Niños Garrahan, después de quedar primera en el orden de mérito para el área del Centro Regional de Hemoterapia sobre "Procedimientos de células progenitoras hematopoyéticas (CPH)”.

“Me enteré de casualidad de la convocatoria, porque me lo pasó una amiga. Uno de los requisitos era poseer el título y como yo me había recibido hacía poco, y en medio de la pandemia, no lo tenía, pero no pensé que me iban a seleccionar”, contó entusiasmada en diálogo con el Suplemento Universidad, luego de una larga jornada de guardia hospitalaria.

Este mes comenzó la beca que durará dos años y en la que se capacitará en CPH. “Se trata de los procedimientos que hay que realizar cuando llega un donante de médula ósea, de sangre de cordón umbilical o de sangre periférica de células progenitoras hematopoyéticas, para que después se produzca el trasplante”, detalló Verón.

Aunque ahora todo es alegría, llegar a la beca no fue fácil. Las dificultades para tramitar el título casi dejan a Micaela fuera del programa. El día de su fecha de ingreso, la directora de docencia del Garrahan le comunicó que no podía comenzar porque no tenía ese documento.

En el momento que recibió ese aviso por correo, estaba en la farmacia en la que trabajó los últimos 15 años despidiéndose de sus compañeros: “Yo ya había mandado el telegrama de renuncia, me quedaba sin el pan y sin la torta, encima en medio de un festejo por mi logro, que terminó en llanto”.

Sin embargo todo termina bien: "La directora de Política Educativa, Gabriela Peirano, se contactó conmigo para comenzar el trámite”, rememoró, ahora con humor, pero que en más de un momento amenazó con quitarle la posibilidad de la beca.

La joven resaltó que “ingresaron 300 becarios al Garrahan y la mayoría son de las universidades de Buenos Aires y de La Plata, por lo que es un orgullo" ser la primera de la UNAJ.

“Además del orgullo, siento como una especie de presión por dejar bien parada a la universidad porque somos poquitos los graduados. Yo comencé en 2013 y hubo materias en las que la única inscripta era yo. Se formó una relación especial con los profesores y con el resto de los estudiantes. Básicamente, nos conocemos todos”, resaltó.

Micaela Verón es oriunda de Ezpeleta y es una de las 20 graduadas de Bioquímica de la casa de estudios, creada en 2010, y ubicada en Florencio Varela. Sus últimos dos años no fueron fáciles. Algunos problemas familiares le hicieron pensar en abandonar la carrera, pero el apoyo y la comprensión de los docentes impidieron que tome la decisión.

“Yo estoy muy agradecida a la Universidad y más allá del esfuerzo que hice para estudiar, siento que en otro lugar no lo hubiese logrado”, destacó. “Estoy muy contenta y espero seguir capacitándome, porque no tengo mucha experiencia, pero es para lo que me formé y me gustaría hacer carrera dentro del hospital”, sostuvo.

Además, adelantó que piensa dedicarse a la difusión para incentivar la donación de médula ósea: “Es algo que hace mucha falta y que se conoce poco, la mayoría piensa que sólo se dona sangre, y este tipo de trasplantes sirve en pacientes con leucemia u otras enfermedades hematológicas”.