Tras ingresar al edificio ubicado en el barrio de Villa Crespo (originalmente un taller mecánico devenido en centro artístico a fines de 2019) y toparse con el cartel que invita a recorrer “Diverses”, una figura en movimiento proyectada en una pared blanca, al centro y al fondo, llama poderosamente la atención. Se trata del cuerpo sensual y danzante de la activista y música trans, Karen Bennett, protagonista de Ánima/L, una filmación de nueve minutos sobre la idea de lo femenino. Esta pieza de videoarte realizada por la artista cordobesa Lucrecia Agulla es una de las obras que junto con las de Majo Mora, Jacqueline Bonacic-Doric, Nahuel Basco, Damián Rucci, Andrés Mallo, Pablo Merino, Pablo Tamez y los grupos Qué taradas y Pasiones y virtudes, forman parte de la exposición curada por Bianca Benítez y Maximiliano Florencio y que puede visitarse, con cita previa, hasta el 7 de diciembre en Camargo 1020. “Surgió a partir de una convocatoria abierta a artistas en todas las disciplinas que trabajaran en sus obras temáticas relacionadas con la diversidad sexual y la diversidad de género. El trabajo curatorial partió de esa premisa y se fue moldeando a partir de las obras que llegaban y con las cuales se fue construyendo el discurso museográfico y conceptual de la exposición”, explica Florencio, que también es el director de este espacio surgido por iniciativa del área cultural del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT), donde, además de “Diverses”, tiene lugar la exposición permanente “Teogonía Plástica” del artista Nix Ruo. Asimismo, la muestra aparece atravesada por una doble búsqueda de pluralidad: no sólo se propone dar cuenta de lo diverso en cuanto a identidades, sexos y orientaciones se refiere, sino también desde un punto de vista estético. “Que la exposición sea múltiple en cuanto al lenguaje plástico que les artistas eligen para expresarse es un mensaje en sí.”, observa Florencio sobre la propuesta en la cual conviven materialidades heterogéneas como fotografías, pinturas (las hay más figurativas y coloridas como las de Rucci, más abstractas como las de Mora, o las que se ubican a medio camino como las de Agulla) y hasta un documental que reúne historias de vidas de jóvenes bolivianos del colectivo LGBTQ+ migrantes en la Argentina.

Obras Inmerso y Despojo, de Nahue Basco

“No, eso es de putos”, “No seas marimacho”, “No llores, maricón” son algunas de las frases que pueden leerse en Mandatos, obra del colectivo Qué taradas, conformado por Laura Orgambide y Maxi Sanvitale, quienes se valen de un objeto extra-estético (en este caso, seis corbatas), que resignifican y convierten en obra para reflexionar sobre la violencia simbólica del machismo. En cuanto a Fuera de Bolivia, Andrés Mallo, artista oriundo de La Paz y co-director del documental junto con su compañero Pablo Merino, señala que “recoge siete voces de distintos espectros que se unen en puntos focales como la discrimación en términos de la orientación sexual y de género pero también por otras cuestiones, como la realidad económica y los factores raciales”.

Transcolumpio, de Damián Rucci, recrea la obra más reconocida de Jean-Honoré Fragonard, emblema del rococó, pero colocando en el centro de la escena a dos personajes trans envueltos en pelucas, guantes, portaligas y corsets. En el caso de Venus del resurgimiento, también apela al recurso de la cita paródica: inspirada en la famosísima pintura de Botticelli, ya no representa a la diosa romana del amor, sino que ésta es reemplazada por un hombre musculoso, de larga cabellera rubia. De manera similar, el fotógrafo Nahuel Basco explora en retratos como Inmerso y Despojo, situaciones de erotismo e intimidad a partir del trabajo con modelos hombres.