Tras los allanamientos en su casa y su consultorio, Leopoldo Luque, el último médico personal que tuvo Diego Armando Maradona, calificó de "injusta" la imputación por homicidio culposo que le realizó en las últimas horas la Justicia bonaerense y aseguró que la muerte del astro futbolístico fue un "evento fortuito".

Según Luque, "no hubo error médico" en el fallecimiento de su "paciente preferido". "Diego tuvo un evento fortuito, un ataque cardíaco. Es lo más común del mundo que termine así un paciente. Es un hecho que le podía pasar, se hizo todo lo posible para disminuir ese hecho", afirmó en una conferencia de prensa en el patio de su casa.

Las declaraciones tuvieron lugar luego de los allanamientos que recibió en su  consultorio y su domicilio, en Nuñez y Adrogué, operativos decididos por el juez de garantías de San Isidro, Orlando Díaz, a partir del pedido de los fiscales actuantes Patricio Ferrari, Cosme Iribarren y Laura Capra, encabezados por el fiscal General de San Isidro, John Broyard. 

El objetivo, explicaron fuentes de la investigación, fue retirar documentación que pueda ayudar a entender cómo fueron los últimos días de Maradona respecto de su atención médica. "Todavía no estoy notificado, pero les dimos toda la información que quisieron. Lo que pidieron, lo tuvieron. Se llevaron la historia clínica, registros de lo que hice, profesionales que trabajaron, y después dispositivos electrónicos", contó Luque.

Sobre el último tiempo junto al futbolista, recordó: "Intenté acompañarlo, lo saqué a pelotear, lo quería traer a mi casa cuando lo vi solo. Era la vida de él, extrañaba mucho a los papás. Me siento raro porque le cambiamos la vida y se fue. Una vez me dijo '¿hasta dónde querés llegar?' Yo ya sufrí mucho, es muy injusto esto, porque mi familia y amigos vieron lo que hice por él. Volvería a hacerlo, no me reprocho nada".

Como neurocirujano de Maradona, fue el responsable de la operación por el hematoma subdural en la cabeza que se le practicó tres semanas antes de su muerte. "Fue dado de alta, se podría haber ido caminando. Debería haber seguido en rehabilitación, pero no quería. Yo soy responsable de extenderle la vida, de amarlo. Siempre me decía que no le dé bola a lo que decían, porque 'boludos son los que sobran'", indicó.

"Yo no soy el responsable de una internación domiciliaria. Todo lo que se hizo era un apoyo que aceptó Diego. Familia, Swiss Medical, el psicólogo y la psiquiatra, nos pusimos de acuerdo para armarle algo, para controlarle las pastillas y que no tome alcohol. Lo que buscamos fue armarle lo mejor posible para que eso mejore", aseguró.

Y agregó: "Se hizo lo que había que hacer y más también. Todos estuvimos reunidos para ver qué era lo mejor para Diego. Mi función era hacerle entender algo a Diego, lograr lo más difícil que era la voluntad de él. Nada podía hacerse sin eso, porque no había un aval médico ni un criterio clínico. Se intentó hacer de todo, pero Diego desarticulaba todo con un chasquido de dedos".

Operación

Diego Maradona fue operado en la Clínica Olivos de un hematoma subdural a comienzos de mes. Por la intervención, Leopoldo Luque recibió críticas de diversos profesionales, entre ellos el histórico médico de Maradona, Alfredo Cahe, quien consideró que se trataba de cuadro no quirúrgico. 

"El hematoma de 12 milímetros es quirúrgico, no lo podía dejar de hacer. El deceso nada tuvo que ver con eso", explicó Luque. La clínica de Olivos donde se llevó a cabo la operación, sostuvo, "actuó perfecto. Nos recibe, operamos, nos dice que tiene el alta, buscamos retenerlo (a Maradona) un poco más para mejorarlo. Pero ellos nos dijeron que no era un centro de rehabilitación, sino de patología aguda. Yo aproveché para hacer algo que no era la voluntad de Diego, yo logré extender la internación, cuando la cabeza ya estaba bien".

En todo momento, aseguró Luque, "me puse a disposición. Son procedimientos legales y yo voy a estar a disposición completamente. Sé lo que hice, cómo lo hice. La parte legal no la entiendo, pero lo que hice con Diego y por Diego, estoy absolutamente seguro: hice lo mejor que se podía con Diego", resumió.

Respecto a la repercusión del caso, manifestó no haber podido "ni leer las cosas que se dicen". "Estoy muy mal porque se murió un amigo, estuve en el entierro, en el velorio, vi mucha gente que no la había visto nunca. Diego odiaba a los médicos, pero yo era genuino. Era la relación de un padre rebelde con su hijo. Yo hacía sugerencias que él aceptaba o no. Lo acompañé hasta el dentista, porque si yo no estaba al lado, no se sacaba una muela", recordó.