"Colores muy de fábrica cerrada", "era una cosa como de otra dimensión", son algunas de las frases que usan los entrevistados del cortometraje documental Relatos, de Leticia El Halli Obeid, para describir la experiencia estética que les depara una obra de arte. Según estos testimonios autobiográficos, "visitar" un clásico del impresionismo sanó la soledad de la artista Delia Cancela en París, y el poeta cordobés Guillermo Daghero habla de las obras como "un interlocutor". En otro documental, el video de Gastón Miranda sobre Rapsodia Inconclusa, la voz en off de la autora, Nicola Costantino, va ritmando la edición de un registro que desnuda el trabajo de montaje y captura las miradas de los primeros espectadores de la obra.

Ambos videos abren una de las exposiciones más inteligentes que se hayan visto en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro, Boulevard Oroño y el río). Pública. Dos miradas sobre la colección contemporánea invita a recorrer los siete pisos del museo y a la reflexión sobre lo que significa un acervo artístico reunido y cuidado por una institución municipal: es un corpus de obras que pertenecen a todos sus espectadores. Los pisos 7 a 4 (en orden descendente) revisan piezas paradigmáticas de la colección Castagnino+Macro de arte contemporáneo. Cada una de las cuatro salas superiores fue curada por el equipo de alguna de las áreas del museo y presenta obras que plantean especiales desafíos para esas áreas en particular: la del piso 7, por las de Comunicación, Fotografía, Programas públicos y Educación; la del 6, por el área de Colección contemporánea; la del 5, por la de Conservación, y la del 4, por la de Documentación y Registro. Los tres primeros pisos, con curaduría del artista Marcos López, fueron reseñados en la edición del domingo 2 de abril.

La imposibilidad de juntar todos los premios adquisición del siglo se resolvió en el piso 7 con un set fotográfico dispuesto por turnos. Ya pasaron las obras de Diego Vergara y Erica Bohm; hasta el 16 de abril toca registro a 287 proyectos para hacer un poema de La Magdalena de hoy (Eliana Bianchi y Ernestina Fabbri) y a Politeísmo, de Irina Kirchuk, que desde el lunes 17 serán reemplazadas por obras de Lucas Di Pascuale y Aimé Pastorino. Del 24 al 30 se verán y se podrán fotografiar Lejos de todo lejos de ti, los dibujos de la isla, de Pauline Fondevila, y la instalación de Karina Granieri titulada En caso de duda, a favor del trabajador, que cita un principio jurídico del Derecho Laboral. (Y en mayo siguen las firmas).

 

Captura de pantalla del documental Relatos, de El Halli Obeid.

 

La muestra habilita un reencuentro necesario con obras como esta, cuyo sentido se diluye y desdibuja entre la multitud de obras del salón, pero puede comprenderse cabalmente al contemplarlas con el debido detenimiento. Tal es el caso de Entre el anochecer y la mañanita, instalación donde Verónica Gómez pone en escena la ficción de un hipotético Fader perdido, que cerraría el círculo de la serie La vida de un día y que ganó el Primer Premio Adquisición Gobierno de la Provincia de Santa Fe del LXIV Salón Nacional de Rosario 2010.

En el piso 6, con generosa guarnición de recortes de prensa y otros documentos, se exhiben obras que el Castagnino+Macro supo defender ante el escándalo. Pinche Empalme Justo, del colectivo Cateaters, fue una acción conceptualista que ingresó a la colección encarnada en un expediente judicial. La historia de amor más bella, más grande y más heroica de todos los tiempos, de Mauro Guzmán, integra una antología internacional consagratoria y sin embargo un rosarino de a pie pidió por carta que la retirasen de la sala.

Sexo y religión mezclan un cóctel explosivo en las artes, habilitando pujas de poder entre progresistas y reaccionarios; pero la anatomía femenina, revelada gozosamente en Amate de León Ferrari y metonímicamente en Sin título de Mónica Castagnotto, empalidece al lado del proyecto identidades, de Marisa Rubio, quien se esconde y multiplica en los libros de la analizante Clara Smart, los videos con las apariciones mediáticas de la opinóloga Naranja Milano Questa y los mandalas de la instructora Helena Lindelen. Expuesta en el piso 4 hasta el 25 de abril y ganadora del Primer premio Adquisición en el Salón de 2011, Identidades es un muy buen caso límite, que presenta el desafío de una obra en curso que no existiría sin su registro.