Saadat Hasan Manto es, probablemente, el escritor más importante de la India moderna, venerado, entre otros, por Salman Rushdie, uno de los que más activó para que se conociera su obra en Occidente. Algo de éxito tuvo en esa empresa divulgadora, porque el sello Nórdica publicó recientemente el libro Diez rupias. Historias de la India, una deliciosa colección de relatos traducidos del urdú (notable trabajo de Rocío Moriones Alonso), en los que Manto recorre, sin prejuicios morales ni corrección política, historias de personajes anónimos con predilección por las prostitutas, los mendigos y perdedores de toda índole. Pero la mirada del escritor no apela jamás al miserabilismo ni al regodeo con la marginalidad, sino que se limita a observar y contar con maestría no exenta de humor e ironía. 

En casi todos los casos, el contexto político es fundamental: las historias ocurren en tiempos de la flamante independencia del Reino Unido y de la guerra separatista entre India y Pakistán. Los conflictos religiosos entre hindúes y musulmanes atraviesan varios de los relatos, sin que Manto tome partido por uno u otro bando. Más bien su enfoque tiende a reflejar los matices, los grises que se filtran en todo conflicto ideológico y religioso. Manto fue juzgado además media docena de veces por la "obscenidad" de sus relatos, y el gobierno de Pakistán (en el reparto de la India el escritor pasó a ser pakistaní) recién lo reivindicó después de muerto, otorgándole el Premio Nishan-e-Imtiaz, el mayor reconocimiento civil de su país.