Aníbal Troilo tiene un merecidísimo reconocimiento en pleno centro de Buenos Aires. Se trata de una escultura en su honor que fue emplazada el miércoles en Diagonal Norte al 900 y que será formalmente inaugurada este viernes por la mañana, cuando se celebre el Día Nacional del Tango y se declare esa vereda entre Pellegrini y Suipacha como “Paseo Aníbal Troilo”. La escultura es obra de Daniel Brandimarte, cuyo proyecto se seleccionó entre las propuestas que se presentaron en 2014, para el centenario del gran bandoneonista argentino. La obra final, en tanto, fue donada por la ONG The Argentine Tango Society (con sede en Nueva York, Estados Unidos) a la Ciudad de Buenos Aires.

“La escultura son como láminas en abanico, son de acero y es como una estroboscopía”, explicó a Página/12 Brandimarte. Según señaló el artista, cada ángulo de visión de la obra ofrece una imagen distinta: un metrónomo, la silueta de Pichuco “con su gesto característico de subir y bajar la cabeza, como si se durmiese”, y el instrumento que caracterizó a Troilo y que lo erigió como una de las figuras indispensables del tango contemporáneo, al punto que –señalan los especialistas- su estilo es la base para “tocar a la parrilla”. Entre otras obras conocidas en la Argentina y otros países, de Brandimarte suelen mencionarse el Monumento al Hincha, en el club Boca Juniors, y el conjunto escultórico Los infernales de Güemes, en Salta.

La inauguración del viernes, en tanto, contará con la conducción del locutor Osmar Spanu, Gabriel Soria –presidente de la Academia Nacional del Tango y director del Festival Tango BA-, Francisco Torné –nieto de Zita Troilo-, el artista, el constructor Juan Lepes, además de funcionarios del gobierno de la Ciudad y legisladores (la donación se concretó por un proyecto de ley impulsado por Omar Abboud junto a María Luisa González Estevarena (Juntos por el Cambio), Roy Cortina (Partido Socialista) y María Rosa Muiños (Bloque Peronista). La ceremonia tendrá un momento de auténtico lujo, con la participación del bandoneonista Julio Pane y del pianista José Colángelo, quien tuvo ese puesto en la orquesta de Troilo.

Como para tantos otros argentinos, el vínculo de Brandimarte con Pichuco –y con el tango en general- es parte de su educación afectiva, con vínculos familiares. “Mi tío Alfredo me hizo escuchar a Troilo, y desde entonces me gusta, él y Goyeneche”, cuenta. “Siempre me conmovió y cuando convocaron a este concurso, me entusiasmé”. Ahora su obra “Fueye” homenajeará a quien se conoce como “el bandoneón mayor de Buenos Aires”.