La defensa de Carlos Telleldín terminó su alegato pidiendo que el exarmador de autos truchos sea absuelto por el atentado contra la AMIA. Los magistrados anunciaron que Telleldín podrá decir sus últimas palabras el miércoles 23 y luego, ese mismo día, se leerá el veredicto, cuyos fundamentos serán leídos a principios del año próximo. La defensora oficial, Verónica Carzolio, fue monótona pero muy detallada fundamentando que de ninguna manera Telleldín vendió la camioneta Trafic sabiendo que se iba a usar para el atentado, que cobró 11.500 dólares por la venta y está probado que recibió el dinero, que nunca se le encontró ninguna vinculación con grupos terroristas o discriminatorios, que la venta de camionetas con partes robadas era su actividad habitual y que los grupos fanáticos que lanzan ataques como el de la AMIA sólo confían en su propia gente, en personas alineadas con su fanatismo.

Como ocurre desde la cuarentena, la última audiencia del juicio contra Telleldín --que se realizó ayer-- se concretó de manera remota, con todas las partes conectadas por computadora. Eso incluyó al propio Telleldín que hoy en día es un abogado con estudio en Río Gallegos, Santa Cruz.

La defensora Carzolio ocupó tres miércoles con su alegato, al que leyó en su totalidad. La acusación consistía en que El Enano, como le decían a Telleldín, entregó o vendió la camioneta sabiendo que se iba a usar para algo grave. Incluso fiscales y querellantes admitieron que Telleldín no fue parte del grupo terrorista, pero que “debió representarse” que una persona que se llevaba la Trafic casi sin documentos y habiendo presentado un DNI trucho iba a destinar el utilitario para una explosión o atentado.

Carzolio respondió a las imputaciones de manera variada:

* Para la defensora oficial no está probado el uso de la camioneta Trafic en el atentado, porque nadie vió el vehículo incrustarse en la mutual judía. Es un punto débil de Carzolio porque los fiscales, tras la muerte de Alberto Nisman, probaron con un microscopio de barrido electrónico que los restos encontrados en los cuerpos de las víctimas se correspondían con una Trafic.

* Aún así, la defensora dice que no está claro que en la explosión se haya usado la Trafic armada por Telleldín porque el motor fue encontrado por efectivos israelíes y el acta del hallazgo está viciado de nulidad. "Lo único que une a Telleldín con la camioneta encontrada en la calle Pasteur es el motor y ese número de motor. Pero el acta es nula", dijo Carzolio.

* En cualquier caso, la defensora aseguró que Telleldín vendió la camioneta y fue una venta real, con testigos, a cambio de 11.500 dólares que probadamente Telleldín recibió y usó para pagar, por ejemplo, los alquileres que debía.

* Está claro que Telleldín no pudo haberse involucrado en el ataque a cambio de dinero porque nadie probó que recibió más que esos 11.500 dólares, una cifra exigua. Además, era el valor de mercado de la camioneta.

* Telleldín se dedicaba a eso: armar vehículos con partes robadas. Carzolio aseguró que entregó numerosos utilitarios “flojos de papeles”, de manera que ese era su modus operandi habitual, no un indicio de que estuviera en combinación con terroristas.

* Telleldín estaba preocupado, pero porque pensó que tal vez la Trafic se utilizaría para trasladar droga. Era impensable un ataque con 85 muertes.

* Para acusar a Telleldín --dijo Carzolio-- debió acreditarse que lo hizo con voluntad de que se perpetre un atentado, que lo hizo de forma consciente. “Nada de eso se probó”, dijo la defensora.

* Finalmente, Carzolio insistió en que los ataques terroristas, antes y después de la AMIA, los perpetran grupos fanáticos que no confían en nadie que no comulgue con sus ideas. “No hay una sola evidencia de vínculos de Telleldín con grupos o personas de esas características”, redondeó la defensora oficial.

El Tribunal Oral Criminal Federal 3, integrado por Andrés Basso, Javier Ríos y Fernando Canero, deberá resolver sobre el fondo de la acusación pero también sobre distintas nulidades presentadas por la defensa oficial. Entre ellas, que Telleldín ya fue juzgado y absuelto en 2004, que transcurrió un tiempo razonable para su juzgamiento, que el atentado no puede considerarse un delito de lesa humanidad, que la actuación parcial del destituido juez Juan José Galeano nulificó toda la prueba y que es inconstitucional la pena de prisión perpetua. Los fiscales rechazaron esas nulidades y en eso estuvieron de acuerdo las querellas de AMIA-DAIA y la de Familiares de las Víctimas del Atentado.

Sin dudas, el mayor obstáculo para una condena a Telleldín es el fracaso del Estado argentino en la investigación del atentado. Al no saberse nada de la conexión local, no hubo una forma nítida de vincular al armador de la Trafic con el ataque en sí mismo. Como siempre se consigna en este diario, en 26 años no se pudo saber de dónde salieron los explosivos, dónde se armó la camioneta, quién la condujo, cómo entró al país ese individuo, quién apoyó el sanguinario operativo. Esa orfandad de evidencias condicionó este juicio y, a más de un cuarto de siglo, deja el terrible saldo de la impunidad para quienes asesinaron a 85 personas.