Axel Kicillof activó su parte del operativo unidad y, tras el Congreso del Partido Justicialista bonaerense realizado en Merlo, lanzó una convocatoria abierta a todo el campo popular para enfrentar lo que definió como una “urgencia que supera cualquier diferencia o disputa”: ponerle un freno político a Javier Milei.
“En cada caminata, en cada recorrido, en cada plenario, militantes, trabajadores y vecinos nos piden lo mismo a los dirigentes: vayan juntos”, afirmó en un extenso comunicado publicado tras el encuentro del PJ, que habilitó la construcción de un nuevo frente electoral con vistas a las elecciones legislativas del 7 de septiembre. La comisión encargada del armado quedó integrada por Máximo Kirchner, Verónica Magario, Mariel Fernández, Federico Otermín y Gabriel Katopodis.
Para Kicillof, el Gobierno nacional está llevando adelante un proceso de “crueldad y desintegración”. En su posteo en X, reiteró su apoyo a Cristina Fernández de Kirchner y habló de “persecución de militantes”, “salvaje represión en las protestas”, “demonización de periodistas” y “ataques desde el Estado a las mujeres y las disidencias”.
“El plan económico agudiza la desigualdad, multiplica las privaciones, aumenta el desempleo y castiga los pilares de nuestra Provincia: la producción y el trabajo”, escribió apuntando sobre el modelo que lleva adelante el elenco libertario a cargo de la Casa Rosada.
En ese marco, subrayó que desde la administración bonaerense “actuamos cotidianamente como escudo y red para atenuar el daño” con políticas alimentarias, educativas y sanitarias, y con obra pública activa. Pero advirtió que eso no alcanza, “si Milei ganara, tendrá menos inhibiciones y obstáculos para ir por más, por más desempleo, por más odio y por más motosierra”.
La estrategia que promueve el gobernador se apoya en una articulación entre el PJ orgánico y el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el espacio que él encabeza y que ya cuenta con el respaldo de más de 40 intendentes peronistas. La decisión política del Congreso fue leída como un aval a esa confluencia.
“La historia, y sobre todo el futuro, nos exigen una tarea: sumar fuerzas para frenar a Milei, sumar fuerzas para proteger al pueblo bonaerense”, insistió el gobernador, que también recordó la amenaza de intervención que sufrió la provincia por parte de la Casa Rosada. “Un presidente que no la conoce, que no la recorre y cuyos intereses ataca”, disparó.
Para Kicillof, el peronismo debe asumir un doble desafío: construir una barrera legislativa que limite el avance del oficialismo nacional, y a la vez recuperar una perspectiva de futuro. “No estamos condenados a la pesadilla libertaria. Hay otro camino y lo seguiremos construyendo”, sentenció.