El Consejo Superior de la Universidad Nacional de Salta tratará este viernes el proyecto de presupuesto 2025 en una sesión extraordinaria convocada con premura, justo antes del receso invernal. El Sindicato de Docentes e Investigadores (ADIUNSa) advirtió que es un presupuesto de ajuste, en el marco de "la peor crisis del sistema universitario" y propone posponer la aprobación y que tenga un tratamiento participativo.

El proyecto, que estima un déficit de $3.085 millones para el año, fue aprobado en comisión el martes. “Entiendo que finalmente se va a tratar mañana, viernes, en el Consejo Superior de la Universidad. Va a ser una sesión extraordinaria por los plazos, porque esto se aprobó el despacho el martes”, dijo a Salta/12 Diego Maita, secretario general de ADIUNSa.

"Hacemos un llamamiento a todos los consejeros superiores, a que mañana se discuta lo que se quiera discutir, pero nos parece importante que esto se ponga en consideración de toda la comunidad. Nos pueden dar el tiempo del receso para que estudiemos todo y tengamos todas las dudas. Sería buenísimo, antes de aprobarlo, una reunión pública en una oficina donde el rector y su equipo económico nos expliquen qué implica el recorte", porque "Si se manda tanta plata, vos tenés que ver cómo la repartís. Pero no solamente repartir, sino también seguir reclamando lo que corresponde", sostuvo Maita.

ADIUNSa realizó algunas observaciones al proyecto, en primer lugar cuestionó si el monto asignado desde la Fuente de Financiamiento 11 —Aportes del Tesoro— es adecuado frente a la inflación acumulada desde 2023 y si los fondos alcanzan para sostener el funcionamiento universitario.

En segundo lugar, denunció que el déficit salarial previsto, de $942 millones en el primer cuatrimestre y más de $3.000 millones para el año, carece de explicación formal. Aunque el proyecto afirma que existe un informe de la Secretaría Administrativa sobre las causas de ese desfinanciamiento, dicho informe no fue incluido en el expediente disponible. 

En tercer lugar, ADIUNSa advirtió que "con excepción de las partidas destinadas a salarios, el presupuesto 2025 implicaría un recorte promedio de un 23% en el resto de los ítems". Consideró que "sería importante saber si esto es así (o no), y si ese porcentaje, o el que sea, es nominal frente al último presupuesto ejecutado o ya incluye el ajuste por inflación", para ese efecto señaló que deberían poder cotejarse las planillas con los montos ejecutados en 2024 y los proyectados en 2025, y "así medir la magnitud del ajuste".

Maita reprochó que no se especificó en qué se implementará el ajuste. "No nos queda claro cómo. Yo sé que es legal que lo apruebe el Consejo Superior y sus consejeros, pero son oportunidades donde vos tenés que generar consensos, mirada más amplia, apoyo, porque es una crisis que nos atraviesa a todos”, manifestó.

Dos despachos, dos posturas

Según señaló Maita, hay dos despachos de comisiones: uno que aprueba el presupuesto sin observaciones, y otro que incluye consideraciones políticas sobre el contexto de ajuste. Según el dirigente, algunos consejeros docentes coincidieron con la postura crítica del ADIUNSa.

ADIUNSa propuso que el CS postergue la aprobación del presupuesto y convoque a una reunión pública. Lo que está en juego es el modelo de universidad pública que se quiere sostener en tiempos de ajuste. "Yo lamento que se apruebe mañana como finalmente parece que va a ser, pero lamento más aún que haya un sector que quiera aprobarlo sin pronunciarse públicamente cuando ese presupuesto chico, más chico, va de la mano de sueldos más chicos, que a la vez hace que las obras sociales en crisis, que los sindicatos en crisis y fundamentalmente que nuestros estudiantes no puedan tener la universidad que se merece", sostuvo Maita.

También cuestionó la postura de quienes consideran al presupuesto como una herramienta meramente administrativa: “No comparto la visión de que un presupuesto sólo sea una herramienta administrativa neutra sin consideraciones políticas. Si el gobierno de Milei hubiera generado un éxito económico y duplicado el presupuesto, también habría que haber hecho una consideración política. Entonces, ¿por qué no hacerlo ahora, cuando se recorta?”, manifestó.

Impacto en salarios, obras sociales y estudiantes

“Se dice que lo que se busca es garantizar los sueldos como un horizonte. Hagamos recortes para poder pagar los sueldos. Yo entiendo que cuando se habla de sueldo se habla del personal estable y de planta. No sé si incluye a los trabajadores que no son estables, contratados o de planta”, advirtió Maita.

Además, el ajuste repercute en la obra social universitaria. “La obra social está golpeada, y depende de los ingresos de los trabajadores, que han perdido casi seis sueldos en un año y medio. Desde hace años en salud los costos suben por arriba de los indicadores salariales o inflacionarios”, explicó. La conducción de OSUNSa impulsó recientemente una reforma del estatuto que generó resistencia entre jubilados y docentes, y se frenó en asamblea, aunque Maita explicó que ahora discuten otra reforma.

¿Qué dice el proyecto?

El proyecto de Presupuesto 2025 de la UNSa, contempla una asignación total de $65.707.025.029.78. Este cálculo se presenta en el marco de la prórroga del Presupuesto Nacional 2023, en vigor por decreto presidencial ante la falta de una nueva ley.

El financiamiento proviene, en su mayoría, de los Aportes del Tesoro de la Nación. El 87% se destina al pago de sueldos y cargas sociales, mientras que apenas un 7% corresponde a gastos de funcionamiento. El resto se compone de remanentes del ejercicio anterior y recursos propios de la universidad. En este esquema, el funcionamiento institucional depende casi enteramente de las cuotas que envía el Gobierno nacional, sin previsiones específicas para nuevos programas ni adecuaciones por inflación.

El documento reconoce una situación crítica en el rubro salarial. La diferencia entre el costo de la planta docente y no docente, calculada sobre la liquidación de mayo de este año, y lo efectivamente cubierto por los fondos nacionales arroja un déficit de más de $3.000 millones. Para cubrirlo, se proyecta un fondo extraordinario denominado “Fondo de Emergencia Financiera”, pero se advierte que no se permitirán nuevas contrataciones ni horas extras salvo que haya respaldo presupuestario específico.

Entre los gastos operativos contemplados, se incluye el acompañamiento a estudiantes, que reúne partidas para becas de estudio y transporte, comedores, programas de salud mental, accesibilidad académica y subsidios para pueblos originarios. Esta sección totaliza más de $2.100 millones. También se asignan fondos para capacitación docente y nodocente, bibliografía, concursos, relaciones institucionales y contratos administrativos.

En el Anexo I del presupuesto oficial 2025 de la UNSa (Proyecto de Presupuesto: https://bit.ly/ppto25unsa) se detalla cómo se distriburán los fondos por unidad académica. Cada una de las facultades (Exactas, Ingeniería, Naturales, Económicas, Salud y Humanidades), recibirá $66.780.000 para gastos de funcionamiento, además de sus partidas específicas para sueldos. Las facultades regionales de Tartagal y Orán reciben ese mismo monto de funcionamiento. Mientras que la Sede Sur (Metán–Rosario de la Frontera) tiene asignados $23.373.333,33. Las delegaciones como Cafayate y ContraPunto suman $67.809.750, y la sede central de Medicina, aún sin estructura presupuestaria propia, figura con $4.519.687,50.

Por su parte, el Rectorado dispondrá de $113.526.000 para funcionamiento institucional, y la Administración Central concentra una de las partidas más altas del presupuesto: $9.771.851.687,00 en gastos de personal, sin contar los fondos adicionales para servicios básicos, amortizaciones y funcionamiento operativo.