La reacción de la Iglesia Católica frente a la aprobación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) no se hizo esperar. A las pocas horas de sancionada la ley, el Papa Francisco ratificó su defensa del “don de la vida”. En tanto, los obispos argentinos cuestionaron “la lejanía de parte de la dirigencia argentina del sentir del pueblo” y advirtieron que la nueva ley “ahondará aún más las divisiones en nuestro país”.

El mensaje de Jorge Bergoglio fue elíptico respecto de lo que ocurrió en la Argentina. De hecho, no hizo referencia al caso. Pero durante la última audiencia del año en la Biblioteca del Vaticano, ratificó la invariable postura de la iglesia.

“Todos nacemos porque alguien ha deseado para nosotros la vida”, dijo frente a un escueto grupo de obispos y cardenales. “Los cristianos, como todos los creyentes, bendicen a Dios por el don de la vida. Vivir es ante todo haber recibido la vida”, dijo en su discurso.

No fue la única alusión que el pontífice argentino le dedicó al tema. Ayer, mientras en el Congreso argentino se debatía el proyecto enviado por el gobierno de Alberto Fernández, el Papa tuiteó unas sugerentes líneas con el clásico lenguaje parabólico de los obispos.

“El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios. Vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura”, dijo el texto de @Pontifex.


El duro mensaje de la Conferencia Episcopal Argentina

Distinto fue el tono que utilizaron los obispos argentinos. A través de comunicado de la Conferencia Episcopal (CEA) emitido apenas pasadas unas horas de que el Senado sancionara la nueva norma, lanzaron una advertencia: “Esta ley que ha sido votada ahondará aún más las divisiones en nuestro país”.

Lamentamos profundamente la lejanía de parte de la dirigencia del sentir del pueblo, el cual se ha expresado de diversas maneras a favor de la vida a lo largo y a lo ancho de nuestra Patria”, cuestionaron los obispos.

Y luego de apuntar contra los funcionarios y legisladores que, en el marco de la democracia, expresaron su postura a favor del aborto (así como lo hicieron quienes estuvieron en contra), ratificaron que la Iglesia Católica "seguirá eligiendo siempre todas las vidas".

Es más, dijeron tener “la certeza de que nuestro pueblo seguirá eligiendo siempre toda la vida” y añadieron un párrafo que es una crítica por elevación al gobierno nacional.

“Junto a él (por el pueblo) seguiremos trabajando por las auténticas prioridades que requieren urgente atención en nuestro país: los niños y niñas que viven en la pobreza en cantidad cada vez más alarmante, el abandono de la escolaridad por parte de muchos de ellos, la apremiante pandemia del hambre y la desocupación que afecta a numerosas familias, así como la dramática situación de los jubilados, que se ven vulnerados en sus derechos una vez más.”

De paso saludaron a los diputados y senadores que valientemente se han manifestado a favor del cuidado de toda la vida” y pidieron defenderla “sin claudicaciones”. Eso “nos hará capaces de construir una Nación justa y solidaria, donde nadie sea descartado y en la que se pueda vivir una verdadera cultura del encuentro”, cerró el texto firmado por el director de la Oficina de Comunicación y Prensa de la CEA, Máximo Jurcinovic.

Las críticas de las iglesias evangélicas

También se expresó sobre la sanción de la IVE la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), una de las entidades que, junto con las escuelas católicas, prestaron la infraestructura para la movilización y las concentraciones del movimiento “celeste” a favor “de las dos vidas”.

Aciera dijo que "la mayoría celeste no fue escuchada" en el Congreso y que la votación “ha mostrado una vez más el inmenso egoísmo del ser humano frente a otro ser humano desvalido, inocente y vulnerable".

A través de un documento titulado "Hoy es un día triste", consideraron que “la Argentina retrocedió siglos de civilización y respeto al derecho supremo de la vida" y lamentaron “enormemente" la decisión de los diputados y senadores que aprobaron la ley.

"Vivimos la sensación contundente de que la Mayoría Celeste no fue escuchada, mucho menos tenida en cuenta. Sin embargo, esa inmensa masa de personas que van por las dos vidas no claudica", advirtieron.

No obstante, aseguraron que "respetaremos las leyes, como siempre lo hacemos” y añadieron: “Quizás hoy tengamos un sabor amargo en nuestras bocas, pero las mismas bocas no callarán jamás cuando deban defender, cobijar, cuidar, amar, restituir, acompañar y sanar a quienes se arrepientan o no, de sus malas decisiones".