Micaela Vázquez Paz (17) y Juana Cermelli (18). Las dos de Morón.

“Yo este triunfo me lo dedico a mí y a mis compañeras, por todos estos años de lucha”. Micaela tiene 17 años y dice que la euforia le recorre el cuerpo. Esta con su amiga Juana que ni duda en dedicarle la aprobación de esta ley a quienes vienen militando históricamente: Juana tiene 18, “Son personas que ya no están y que no tuvieron los mismos derechos que ahora tenemos nosostras, pero lucharon para que estemos acá”. Lo dicen mientras el glitter verde se evapora con el calor, que frente a la adrealina del cuerpo queda en segundo plano: “Se lo dedicamos a quienes no están y también a nosotras, me imagino festejando acompañada de todas. Con este contexto es más complicado pero hay un cambio desde la política, gracias a lo que venimos haciendo en las calles”.

Jasmín Perez (21). Rodrigo Bueno.

“Se lo dedico a todas las infancias y adolescencias que viven bajo el sistema de protección, que viven en hogares porque allí también tiene que ser un derecho garantizado y también tiene que ser una conquista para quienes están desprotegidas por el Estado”. Jasmín viajó de Argentina a Perú a los 12 años, trabaja con jóvenes sin cuidados parentales y que viven bajo el sistema de protección: “Es sabido que hoy salir de un hogar a los 18 años es un problema si es que no hay un acompañamiento económico y emocional por parte de las instituciones y por parte del Estado. Hoy quiero festejar por esta lucha que tiene muchos años. Siento que somos un montón de gente a pesar de la pandemia, es contradictorio, porque tendríamos que estar cuidándonos, pero también es algo que tiene que ver con la rebeldía porque estamos acá, bancando la parada para que sea ley”.

Brisa Esmeralda (17). Melchor Romero. 

“El triunfo de hoy se lo dedico a mis hermanas y a mi mamá” dice Brisa Romero. Después respira un poco y agrega: “también a lxs pibxs, estoy acá con mi familia, no queremos morirnos cuando queramos decidir no ser madres. Brisa vive en Melchor Romero, llegó a la zona del Congreso con sus hermanas y su mamá: “Estamos luchando por nuestro derecho, eso me pone contenta”.

Lua Waldman (22), Capital Fedral. 

Dice que vive en Capital Federal pero está a punto de irse, en sus espaldas tiene unas clavas para hacer malabares, le dedica le ley a su abuela y a sus amigas. “A mi abuela se lo dedico porque fue una de las mujeres que conozco que abortaron en condiciones precarias y a mis amigas porque son con quienes llevo adelante esta lucha. Sé que mi vieja abortó, mis tías abortaron y fui haciendo el árbol genealógico del aborto. Abortaron todas”. Durante la mañana del 29 se la pasaron llorando entre amigas, debatiendo si salir o no a la calle porque era una decisión que también tenía que ver con el cuerpo: “Estos años, también se trató de saber como cuidarnos conjuntamente, de que se trataba habitar nuestro cuerpo, nuestra sexualidad y de que se trataba ser libres”.

Abigail Rivadaneira (25), Avellaneda.

“Le dedico este triunfo a mi amiga Natalia”, dice Abigail Rivadaneira, que eligió vestir el verde de la camiseta de un equipo de la NBA para pasar la noche de vigilia. Los ojos se le llenan de lágrimas cuando recuerda a su amiga que murió por abortar de manera clandestina. “Tiene que ser ley por una cuestión de salud pública y porque es una deuda que tiene el estado hace muchísimo tiempo. Natalia era mi hermana, compartíamos todo. Obviamente lo quiso hacer sola, porque no es lo mismo decir me voy a hacer una cirugía que me voy a hacer un aborto. Decidió afrontarlo sola por miedo a que la juzguen y lamentablemente la perdimos ahí. Esto fue hace cinco años atrás, sin duda las cosas cambiaron pero no queremos que vuelva a pasar”. Abigail tiene 25 años, acompañó a su amiga en el 2015 y hoy le dedica este triunfo. “Se lo debemos a nuestras abuelas y a nuestras madres que en su momento lo militaron, a ellas las trataron de locas, hoy aparentemente las locas somos muchas”.


Brisa Gauna (16), Lomas de Zamora. 

Entre la emoción de la espera, Brisa cierra con fuerza los ojos que hay detrás de los lentes como calibrando la dedicatoria: “Yo le dedico este triunfo a todas las pibas, pero sobre todo a las que hoy no están presentes. Mis amigas que hoy no pueden verlo, a ellas se lo dedico”. Brisa está hablando de Anahí Benítez, se le corta la voz y piensa en la felicidad que estaría sintiendo su amiga en este momento. “Yo milito en el partido comunista, cuando la gente habla del aborto, dice cosas terribles, hay muchas razones que se mantienen ocultas, por ejemplo el no tener ganas de ser madres. Todes tenemos derecho a decidir. Yo creo que mucha gente que tuvo que pasar por la experiencia del aborto clandestino va a sentir un alivio”.


Aldana Novillo (23), Berazategui. 

“Se lo dedico a mi abuela y a mis hermanas, no puedo creer que todavía no sea ley. Mi abuela estaría emocionada, ella vivió la dictadura, siempre luchó, salió a pintar y ahora es lo que estamos haciendo, tomar la calle hasta que sea ley”. Aldana vive en Berazategui y tiene 23 años, se crió en una casa en donde siempre faltó el pan y en donde quienes sacaron adelante a la familia fueron las mujeres. “Siempre fue, ¿querés algo? Salí y tomalo. Y acá estamos, tomándolo". Aldana tiene los ojos llenos de lágrimas, todavía faltan varias horas para que la votación suceda, entre llanto y sonrisas dice que se quiere quedar hasta el final. : “Salí de laburar, soy empleada doméstica en Florencio Varela y me vine para acá sin importarme nada, estoy sin dormir. Me gustaría estar hasta el final, si tengo que laburar, voy a festejar desde donde esté”.

Leila Morales, (24), Morón Sur. 

“Yo le dedico esta ley a mi yo de los 18 años”, dice Leila, que viste la remera de Nuevo Encuentro y se hace a un lado para hablar con Las12 porque la música está fuerte. En ese instante fugaz, ella le habla a la Leila que abortó: “Pasé por un aborto, estuve acompañada de mis amigas feministas, aborté y me hice feminista. Hoy diría que lo más importante es el acompañamiento, el saber que no estamos solas, que hay una red que nos sostiene. Aferrarse mucho a las amigas es la que va, en su momento, eso fue lo que a mi me salvó. Cuando aborté yo estaba terminando el secundario, fue gracias a mi profesora Yanina que me dio la contención y además me dio la plata para decirme que no estaba sola y que era una oportunidad poder hacerlo. Con mis amigas encontré un vínculo que no tengo con mi familia, eso está piola”.