La suba de tasas de interés por parte del Banco Central profundizó todavía más las diferencias entre el sector especulativo, el más beneficiado por las políticas del gobierno, y el industrial, en particular el referido a la pequeña y mediana empresa. Las voces en contra de un endurecimiento de la política monetaria se conocieron al día siguiente de que el titular del Central, Federico Sturzenegger, dispusiera elevar la tasa de interés de referencia del sistema en 150 puntos básicos a un nivel de 26,25 por ciento anual. José Urtubey, uno de los vocales de la Unión Industrial Argentina (UIA), opinó que volver a aumentar la tasa “no es la decisión correcta para combatir la inflación y da lugar a una especulación financiera más que productiva”. Desde las cámaras pymes redoblaron las críticas, debido a que se trata de un segmento casi olvidado por las políticas oficiales. “Las grandes empresas al menos tienen resto financiero para especular, pero nosotros vivimos al día y nos están ahogando”, dijo a PáginaI12 el titular de la Asamblea de la Pequeña y Mediana Empresas (Apyme), Eduardo Fernández. 

Como ancla inflacionaria el gobierno viene aplicando desde su asunción una combinación de altos niveles de tasa de interés, apertura del comercio exterior y desde comienzos de año un tipo de cambio planchado. Esta receta aplicada también durante los 90 genera una bicicleta financiera en detrimento de la actividad real, debido a que la liquidez disponible se coloca en inversiones especulativas para aprovechar las altas tasas y no se presta con destino a la inversión productiva. “No nos ha ido bien por ese camino”, advirtió Urtubey. 

El dueño de Celulosa Argentina consideró que “si vemos lo que pasa con la inflación, las metas pautadas van a ser de difícil cumplimiento”. En una entrevista radial, insistió en la necesidad de que se aplique un plan integral para aumentar la oferta, que las empresas reaccionen positivamente y “se vuelva a un círculo virtuoso”. “Va a ser difícil que haya un repunte. Solo en el sector industrial tenemos un grave problema de competitividad producto de la presión tributaria y de la apertura indiscriminada a las importaciones”, agregó el empresario. 

El ex titular de la UIA y actual diputado y referente del massismo, José Ignacio de Mendiguren, también cuestionó el aumento en el costo del dinero. “Lo que estamos diciendo es que en el sector industrial seguimos viendo con preocupación que no se recupera la actividad pero también que no hay señales buenas hacia adelante. Cuando ves que baja el dólar y sube la tasa, esto de Cambiemos no tiene nada, esto ya lo vivimos”, disparó Mendiguren. Recordó que la misma receta la aplicaron ministros de Economía como José Martínez de Hoz y Domingo Cavallo. Coincidió con Urtubey en que esta tipo de políticas no son buenas para el mercado interno: “Necesitamos reactivación productiva. Es evidente que tocan la tasa porque no pueden controlar la inflación por otros medios”. 

La situación es aún más compleja para las pymes, que no tienen la espalda financiera suficiente para compensar la falta de liquidez en bancos. “Lo que vemos es que básicamente esta medida nos manda más para atrás con todo lo que tiene que ver con el mercado interno. A lo que se suma un aumento más en los costos de producción, ya impactados por los tarifazos”, aseguró a este diario Daniel Moreira, presidente de la Asociación Pyme y dirigente de la Cgera. El directivo pyme aseguró que este retoque en la tasa “hace más ventajoso meter la plata en la bicicleta financiera que en la actividad productiva”. “Con estas tasas, el poco crédito que hay desaparece para las pymes”, agregó. También apuntó al riesgo que genera para las pocas pymes que exportan mantener “un dólar planchado” y secar el mercado interno. “Las pymes necesitan del mercado interno, pero lo están destruyendo. Lo que necesitan las pymes es que cambien la política económica”, concluyó Moreira. 

Fernández, de Apyme, insistió en que las más afectadas son las pequeñas y medianas empresas, a las cuales ya los bancos les retacean fondos. “Todas las cifras indican que la demanda se retrajo por la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, y, con la suba de la tasa y su impacto en el crédito, se va a profundizar la caída”, aseguró el titular de la asamblea. “A lo que se suma la planchada del dólar”, se quejó. El directivo apuntó contra la tendencia de los bancos en prestarle a empresas de mayor envergadura en desmedro de las pequeñas: “Tenés que tener un plan de negocios, pera además scoring. No te miran sólo el balance. Casi todos están desviando los créditos de fomento a empresas que son más grandes dentro del universo pyme”. “No sólo el crédito queda vedado por el costo sino también por las condiciones”, afirmó Fernández.