La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, anunció este lunes que el país entrará de nuevo en un confinamiento total "similar al de marzo pasado" durante el mes de enero para controlar el aumento de contagios de coronavirus que está provocando en la zona la nueva variante detectada en Reino Unido.

A partir de la medianoche de este lunes, y durante todo el mes de enero, regirá en Escocia el "requisito legal de permanecer en casa, excepto para fines esenciales, similar al confinamiento del pasado marzo", dijo Sturgeon ante el Parlamento autónomo de Escocia.

El confinamiento incluirá el cierre de escuelas, por lo que la mayoría de alumnos tendrán dos semanas más de educación a distancia que lo previsto, ya que anteriormente el gobierno había anunciado que el feriado por las fiestas se extendía hasta el 11 de enero y que la educación a distancia terminaría el 18 del corriente mes.

Según informó Sturgeon, las escuelas sí abrirán para los hijos de trabajadores esenciales que no pueden desempañar sus tareas desde sus casas, así como para los jóvenes con algún tipo de vulnerabilidad.

"Era esencial dar este paso" 

La líder independentista y europeísta explicó este lunes que su Gobierno no adoptó esta decisión para aplicarla "a la ligera", sino que es "bien consciente" del impacto que tendrá sobre la gente y la economía. Para la mandataria, sin embargo, era "esencial" dar este paso para poder proteger la vida de los escoceses. 

De acuerdo con los registros oficiales, más de 100.000 personas ya recibieron la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer/BioNTech en Escocia. Desde este lunes, además, llegarán al país las dosis de AstraZeneca/Oxford.

El Gobierno escocés estima tener hacia fines de enero 900.000 dosis con la esperanza de que "ese número se incremente", señaló Sturgeon. En junio próximo, agregó, más de 2,5 millones de personas recibirán la vacuna de AstraZeneca o Pfizer.

Reino Unido atraviesa actualmente uno de los momentos más difíciles de la pandemia, luego de un importante aumento de casos que fueron atribuidos a la nueva variante del coronavirus detectada el mes pasado en Londres y el sureste de Inglaterra que tendría un mayor nivel de contagiosidad, por lo que ya se extendió al resto de Europa y otros países del mundo.