Con un récord de 300.000 nuevos casos diarios de coronavirus, las autoridades de Estados Unidos están analizando la posibilidad de reducir a la mitad la dosis de la vacuna de Moderna para acelerar la campaña de vacunación, según reveló Moncef Slaoui, responsable del programa de inmunización en el país norteamericano.

La decisión, informó Slaoui en una entrevista a la cadena de televisión CBS, está siendo consultada con la farmacéutica y con la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), dado que la vacuna fue desarrollada para ser aplicada en dos dosis separadas por un plazo de entre 21 y 28 días.

En un comienzo, explicó el especialista, se empezó a debatir la posibilidad de aplicar solo una dosis, ya que ello generaría una respuesta inmune que podría ser suficiente para enfrentar la pandemia, al menos en una etapa inicial. 

Sin embargo, Slaoui cuestionó que esa sea una buena solución dado que “no hay datos tras una dosis”. Además, alertó sobre el riesgo de “dejar a la gente un mes, dos meses, tres meses o quizá más con una inmunidad incompleta, disminuyendo la inmunidad o incluso con una respuesta inmune equivocada que es corregida con una segunda dosis”.

La alternativa que sí podría ser efectiva, a su criterio y el de otros investigadores que siguen de cerca la situación, es la aplicación de media dosis. "Sabemos que con la vacuna de Moderna, la mitad de una dosis a personas de entre 18 y 55 años, es decir, dos medias dosis, lograría el objetivo de inmunizar al doble de personas con las dosis que tenemos, genera una respuesta inmune idéntica a la dosis completa”, aseguró.

Creo que es una postura más responsable fundamentada en hechos y datos para inmunizar a más personas. Por supuesto, seguimos produciendo nuevas dosis de la vacuna”, agregó el especialista.

Vacunación

Durante los últimos tres días han sido administradas 1,5 millones de dosis, del total de 17,5 millones enviadas hasta la fecha. “Somos optimistas sobre un aumento de las cifras después de las vacaciones, y estamos preparados para hacer lo que se nos pide”, remarcó el especialista.

Al igual que Slaoui, el epidemiólogo jefe de Estados Unidos, Anthony Fauci, también reconoció este domingo que ha habido retrasos en el programa de vacunación, pero aseguró que se acelerará.

Uno de los problemas principales que se están registrando en la distribución de las vacunas, según Slaoui, es la falta de información y de comunicación por parte de los estados. En consonancia con los argumentos del presidente Donald Trump, que ha culpado a los estados de la lentitud de las inmunizaciones, Slaoui pidió que las autoridades regionales informen al Gobierno federal dónde se necesita un mayor número de dosis.

A su vez, aseguró que las nuevas variantes de coronavirus "estarán bajo control" con esta vacuna. “Afortunadamente, no son más mortales para la población. Son más infecciosos, por lo que aumentará el repunte de casos”, advirtió.

Estados Unidos confirmó el domingo 300.000 nuevos contagios de coronavirus, un nuevo récord diario desde el inicio de la pandemia, que dejó más de 350.000 muertos.

Según las últimas cifras del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), 4,2 millones de personas habían recibido la vacuna en EEUU hasta el sábado, pese a que las autoridades anunciaron que a finales de diciembre estarían inoculadas ya 20 millones de personas. Eso significa que sólo se ha vacunado a un 20 % de los 20 millones de ciudadanos que estaba previsto.

El caso de Reino Unido

Otra de las regiones que está planificando cambios en la administración de las dosis de la vacuna contra el coronavirus es Reino Unido. Con más de 50 mil nuevos contagios diarios desde hace casi una semana y la capacidad hospitalaria a tope, el gobierno ha reformulado las reglas de la inoculación para las dos vacunas aprobadas, la Pfizer y la Oxford AstraZeneca. 

A fin de año, el comité de asesores gubernamentales decidió que las dos dosis de las vacunas se dieran con un intervalo de 12 semanas, en vez de las tres semanas que se habían anunciado previamente por "razones de salud pública" para garantizar que la primera dosis, la de más impacto inmunológico, cubriera a la mayor cantidad de gente en el menor tiempo posible.

En otra clara señal de la urgencia por avanzar con el programa de vacunación y contrarrestar el efecto devastador de la nueva cepa “británica” del virus, el gobierno aprobó un nuevo protocolo que autoriza a que se combinen ambas vacunas en caso de que no se pueda administrar la segunda dosis del mismo producto por falta de producción de cualquiera de ellas.