Las voces llegan inesperadas, como una fantasía que al cumplirse se revela un tanto oscura, tal vez demasiado secreta para ser cierta. Cuando ellxs hablan construyen un personaje. Ese ser fascinante e irresistible sos vos. Como en Amor de cuarentena, la propuesta de Audioguía para que vuelvas construye un destinatario que está totalmente involucrado con la trama, al extremo de provocarla, de ser quien moviliza esos audios de whatsapp desesperados.

Pasamos las vacaciones con una familia y se produjo el milagro de Teorema, la película de Pier Paolo Pasolini. Lxs cautivamos a todxs con un deseo que se desploma y se rinde cómo si ocupara por completo el cuerpo de lxs enamoradxs. En realidad, como en ese film poblado de imágenes frágiles y sensibles, cogimos con todxs y la experiencia fue algo así como una brujería muy eficaz porque nadie puede olvidarnos. Nos mandan mensajes que funcionan como la nueva versión de una carta de amor, más veloz pero también más cruel porque se supone y se sabe que escuchamos cada uno los audios pero jamás respondimos. 

En mi caso los hombres que me piden que vuelva son Jorge Marrale y Leonardo Sbaraglia en los roles de padre y de hijo. Hay que elegir solo dos entre las opciones interpretativas que incluyen a Cecilia Roth, Dolores Fonzi y Camila Sosa Villada. Después llegará esa hora del día donde las voces se suceden con esa angustia de quien se descubre abandonadx. Los textos de Fabián Díaz y Andrés Gallina son precisos y feroces, construyen una escritura que podría emanciparse de este soporte y ser poesía, un cuento porque lo que estas dos propuestas dirigidas y pensadas por Guillermo Cacace describen ( y tal vez allí esté el hallazgo de su estructura) es que esta forma de comunicación mediada por un dispositivo digital es irremediablemente solitaria. 

Allí nos disponemos a otra variante del diario íntimo, escribimos lo que antes, en el papel resultaba vergonzoso revelar, lo volvemos público sin que eso entrañe un conflicto lo suficientemente claro para detenernos. Si bien esta idea es más arriesgada que Amor de cuarentena hay algo del orden del verosímil que se aplaca. Y no porque esa condición sea necesaria al momento de diseñar una pieza estética. Tal vez a Audioguía para que vuelvas hay que ingresar desde la maravilla de la ficción y entender que las actuaciones juegan ese tono exaltado, esa forma de la pasión que parece, en un primer impulso, un tanto impostada.

Hay imágenes que se derraman, momentos de un dolor que trae una osadía hermosa, hay ganas de huir porque el amor, especialmente el no correspondido, puede ser una forma de fuga. En esos seres destrozados por la presencia de un extraño no hay justificaciones, porque el amor tampoco las tiene. De hecho Teorema es una película poética porque no se preocupapor desarrollar ni explicar nada. El joven llega, toma a esa familia como un semental y se va. Lo que ocurre es algo encantado que los transforma. Ningunx puede vivir como antes. Su amor alborotado logra hacer real la posibilidad misma de revolución cuando el padre burgués le regala su fábrica a los obreros.

Ese despojo que aquí no sucede tiene su forma en la confesión, en ese entregarnos el alma que estos mensajes exponen. Hay un dejarse ir en la palabra de estos hombres a los que el amor hace débiles. Nosotrxs somos una presencia que lo domina todo desde nuestra partida, una imagen a la que se vuelve para crear una dramaturgia desde la lejanía. El cuerpo tiene una escritura, una palabra que se apresura para que los hechos sucedan o para cambiar lo que se desparramó como un sufrimiento amorfo, irresoluble que no pueden curar ni el mar ni ese viento de la costa que nos desafía, como si pudiera llegar a ser más imbatible que un recuerdo.

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