El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, propuso como nuevo director de la CIA al diplomático William Burns, quien ocupó el cargo de embajador en Rusia y Jordania y trabajó al servicio de cinco gobiernos, tanto demócratas como republicanos. Biden lo describió como "un diplomático ejemplar con décadas de trayectoria en el escenario mundial". Burns buscará sumar su experiencia sobre el proceso de paz en Oriente Medio y el acuerdo nuclear con Irán firmado durante la administración de Barack Obama, que luego fuera rechazado por Donald Trump.

"El pueblo estadounidense dormirá tranquilo con él como nuestro próximo director de la CIA", apuntó Biden en un comunicado. William Burns, quien habla ruso, árabe y francés, fue uno de los artífices de las conversaciones con Teherán que el futuro mandatario demócrata pretende relanzar. En caso de ser confirmado por el Senado, Burns se convertirá en el primer diplomático de carrera al frente de la CIA, la poderosa agencia de inteligencia estadounidense que cuenta con 21 mil empleados. No es político ni militar ni miembro de la élite de la inteligencia, como la mayoría de sus predecesores.

Junto con Avril Haines, elegida como coordinadora de inteligencia nacional, este diplomático de 64 años tendrá la complicada tarea de pasar página al gobierno de Trump. El mandatario saliente despreció e incluso contradijo constantemente a sus agencias de inteligencia, negando o minimizando, por ejemplo, la injerencia rusa en las elecciones de 2016 con las que accedió a la Casa Blanca. También fue acusado de querer politizar esas instituciones poniendo a sus colaboradores más fieles a la cabeza, incluidos algunos con poca o ninguna experiencia en el campo.

"Comparte mi profunda creencia de que la inteligencia debe ser apolítica y que los dedicados profesionales de Inteligencia que sirven a nuestra nación merecen nuestra gratitud y respeto", enfatizó Biden, quien aseguró que "tanto si es un ciberataque procedente de Moscú, como los desafíos procedentes de China o la amenaza terrorista, él (por Burns) "tiene la experiencia y las habilidades para dirigir los esfuerzos en todo el mundo para garantizar que la CIA está bien posicionada para proteger al pueblo americano".

Burns, cuyo nombramiento debe ser ratificado por el Senado, llegará a la CIA procedente del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, un think tank que presidió. La principal agencia de Inteligencia de Estados Unidos tiene actualmente al frente a Gina Haspel, que se convirtió en mayo de 2018 en la primera mujer en ocupar dicho puesto de forma permanente y no en funciones. Haspel suplantó en el cargo a Mike Pompeo, actual secretario de Estado y uno de los funcionarios más cercanos a Donald Trump.

Diplómatico de amplia trayectoria

William Burns, graduado de la Universidad La Salle en Filadelfia, se incorporó al servicio diplomático en 1982 y antes de ser designado embajador en Rusia en el 2005, fue asesor para los secretarios de Estado William Christopher y Madeleine Albright, y director de la Oficina de Planificación del Departamento de Estado. Recibió tres condecoraciones presidenciales y las más altas condecoraciones para civiles del Pentágono y de las agencias de inteligencia. 

Es el segundo vicesecretario de Estado del expresidente demócrata Barack Obama que se integra al equipo de seguridad nacional de Biden después de Antony Blinken, quien se pondrá al frente de la diplomacia estadounidense. El nombre de Burns se barajaba como posible secretario de Estado de la nueva administración por su gran experiencia con Irán.

Durante la presidencia de Obama, Burns estuvo implicado en las negociaciones secretas realizadas en 2011 y 2012 en Omán con este país al que Estados Unidos tilda de enemigo. Esos acercamientos abrieron el camino para los diálogos establecidos después entre Teherán y las grandes potencias (Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido), que desembocaron en el acuerdo de 2015 con el que se pretendía evitar que Irán se dotara de un arma nuclear.

Trump abandonó el pacto en 2018 por juzgarlo insuficiente, y reestableció y endureció más tarde las sanciones estadounidenses contra Irán. Durante su campaña presidencial Biden se comprometió a regresar al acuerdo y levantar las sanciones, bajo la condición de que Teherán vuelva a aplicar restricciones a su programa nuclear, del que comenzó a alejarse en represalia a la sofocante presión ejercida por Washington.

"La estrategia de presión máxima de la administración Trump fue bastante insensata", aseguró Bill Burns durante una conferencia en octubre del año pasado, antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, saludando la posición "razonable" de quien entonces era candidato demócrata. Antes, sin embargo, sostuvo que un retorno al acuerdo era "mucho más fácil de decir que de hacer", debido a los "daños cometidos en los últimos años".

Burns es el último miembro de alto rango que se integrará a la administración de Biden a partir del 20 de enero, cuando el demócrata tome posesión y sea oficialmente el presidente de Estados Unidos. Los nombramientos del gabinete deben ser confirmados por el Senado. Como la semana pasada los demócratas le arrebataron el liderazgo en la Cámara Alta a los republicanos, no habrá trabas para que salga adelante el equipo del futuro presidente.