Los precios de los principales granos cerraron este lunes en baja en la bolsa de Chicago, en una jornada en la que la soja retrocedió un leve 0,09 por ciento y terminó por encima de los 505 dólares la tonelada. El maíz finalizó la rueda con una merma de 0,8 por ciento en su contrato más corto. Por su parte, los contratos de futuros de trigo cerraron la jornada con caídas luego que Egipto, el principal importador a nivel global, informara que dispone de reservas suficientes para cinco meses. Los valores de los commodities se encuentran en los niveles más altos de los últimos seis años, lo cual constituye una buena noticia para la economía argentina.

Los mayores precios a nivel internacional se explican por varios factores. "La abultada demanda de China acompañada de niveles históricos de procesamiento de soja en los Estados Unidos empujan hacia arriba los precios del poroto. A estos dos factores se le debe sumar el clima seco en muchas regiones productoras y posicionamientos de fondos que parecen especular con alzas de commodities, en un escenario de bajas tasas de interés internacionales”, explica un informe de la Bolsa de Cereales de Rosario.

En el caso argentino, se espera que la caída en la cosecha prevista de soja sea de unos 5 millones de toneladas como consecuencia del clima seco. Sin embargo, el resultado final en materia de divisas sería positivo, por un efecto precio que más contundente que la reducción de las cantidades.

Los altos precios internacionales generan una mejor previsión de saldo comercial pero también imprimen una mayor presión inflacionaria, debido a que la canasta de bienes exportables del país coincide en buena medida con los productos necesarios para atender a la alimentación popular. Esa tensión entre la búsqueda de la mayor rentabilidad posible por parte de los distintos actores del sector agropecuario y la necesidad del gobierno de contener la inflación se refleja en las recientes medidas en el caso del maíz.