La esquina ATP

Cuatro años atrás, antes de que Chacarita se convirtiera en el barrio gastronómico de moda que es hoy, inauguró por esas cuadras Almacén Comunal, en una tranquila esquina con amplia vereda y con una mirada inteligente sobre la cocina. Almacén Comunal es un lugar que recupera esa tradición apta todo público de la confitería porteña, abriendo todos los días, desde temprano a la mañana y cerrando tarde de noche, pero con una propuesta acorde a los tiempos y consumidores que corren. “Quisimos levantar la vara de cada momento de consumo. Si querés tomar un café, que sea uno de calidad, preparado con una buena máquina espresso o un filtrado cuidado. Si vas a comer un chacinado, que esté hecho por alguien que sabe. Si pedís un sándwich, que el pan sea de masamadre. Si vas a tomar un vino, una cerveza o un vermú, que sea de los más ricos que hay en el país”, cuenta Matías Roitman, socio junto a Matías Kosoy del lugar.

El nombre dice mucho: Almacén Comunal busca ser un punto de reunión comunitario de distintos productores del país que comparten una filosofía de producción. Desde el vermú La Fuerza (“fuimos el primer bar en ofrecerlo tirado en grifo en Buenos Aires”) al café de Modo Barista, las cervezas de Charlonne, Strange, Federal, Pardo o Filidoro, los quesos de Mozzari, las increíbles salchichas de Viena de José Juarroz, entre otros. La carta deambula por sabores simples y bien queridos: tostada con huevo y palta ($320), tortilla de papa rellena de mozzarella y cubierta de pickles de cebolla ($400), un muy buen sándwich en pan de molde de pollo frito (lo llaman el MC Pollo y sale $400), una fainá con palta ($380), pizzas de masa madre (burrata y pesto a $800), además de alfajores, cookies, chocotorta ($240) y más.

La esquina es luminosa, el local abunda en azulejos blancos y frascos con pickles, suelen festejar pop ups de cocineros amigos (como los que hace @maggierovella), el café es de especialidad y hay vinos de baja intervención. Almacén Comunal toma todos los tics modernos, pero lo hace sin pedantería. Un lugar para ir en cualquier momento del día.

Almacén Comunal queda en Guevara 405. WhatsApp: 11-2275-2916. Horario de atención: martes a domingos de 10:30 a medianoche; lunes de 18 a medianoche.

El humo al poder

El local es pequeño pero bien conocido: ahí mismo, en 2015, supo inaugurar On Tap (hoy con varios locales desperdigados en la ciudad), la icónica cervecería multimarca que marcó el camino que luego siguieron muchas otras imitaciones en todo Buenos Aires. “Acá fue el local original, el primero de todos. Hoy sentimos que Palermo ya tiene demasiadas cervecerías, precisábamos un cambio. Así que decidí darle una oportunidad a otra pasión personal, los ahumados de estilo estadounidense”, explica Marcelo Terrén, dando así cuenta de la apertura del flamante Chelos BBQ, sobre la calle Costa Rica. Por un par de años Marcelo se puso a estudiar de ahumados, investigando sobre cortes de carne, temperaturas, tiempos de cocción, salmueras, rubs, maderas y más, jugando primero en su propia casa y replicando luego todo lo aprendido en el local. 

Ahí, en medio de la modesta cocina, se impone la gran protagonista: una preciosa ahumadora clásica fabricada por Smoke King, la marca creada por Craig Jull, referente local a la hora de hablar de ahumados norteamericanos. Con un deck armado sobre la vereda, es posible sentarse a recibir la noche en una vereda que suele ser tranquila para disfrutar de una copa de vino o una cerveza junto con sándwiches emblemáticos del mundo texano. El pulled pork es la estrella de la casa: lo ofrecen en tres versiones (clásico, cheese y slaw) entre los $480 y $500 (siempre acompañando con papas fritas o ensalada cole slaw). Hay también dos hamburguesas (de carne o de cerdo), ambas con dos medallones sumando los 200 gramos ($550), un inmejorable brisquet (la tapa de asado) ahumada por largas horas y servido en pan de molde, también sabrosas alitas de pollo con salsa buffalo ($350) y un rack entero de costillitas de cerdo con barbacoa y pickles a $800. Dos chorizos ahumados (a $400) y un par de ensaladas completan la oferta. Para refrescar la boca, cervezas artesanales de Bierhaus, los estupendos vinos del Valle de Uco de Finca Suarez y un par de cócteles directos se encargan de preludiar un nuevo bocado. 

Un guiño al sur de los Estados Unidos en una calle de Palermo.

Chelos BBQ queda en Costa Rica 5527. WhatsApp: 11-3016-2863. Horario de atención: martes a sábados de 18 al cierre. Instagram: @chelosbbq

El lugar más impensado

En los últimos meses la pandemia y los protocolos exigidos cerraron muchos espacios de la ciudad, pero también surgieron algunos otros que vale la pena aprovechar. Un ejemplo circunstancial es el Campo de Polo de la ciudad porteña, ese gran paréntesis de lujo verde sobre la Av. Del Libertador, al que usualmente miramos solo desde afuera. Ahora, tras el 127° Campeonato de Polo disputado en diciembre pasado, y a tono con la coyuntura, los organizadores decidieron mantenerlo abierto hasta el 31 de marzo con varias propuestas gastronómicas dentro, algunas realmente ricas (y con precios que por suerte no escapan al promedio palermitano). 

Aprovechando la vista a la cancha secundaria, está el Espacio Navarro Correas, con sus mesas muy bien distanciadas y un menú completo que lleva la firma del gran cocinero -devenido patagónico- Pablo Buzzo. El día a día lo lleva a cabo el restaurante Novecento con platos que mantienen la lógica culinaria que es marca registrada de Pablo: sabores amigables y conocidos con los productos como protagonistas. Hay entradas como buñuelos de espinaca con mayonesa ahumada ($520), camembert tibio con frutos secos y miel de San Marcos ($610), langostinos crocantes con teriyaki ($680), mollejas asadas con papas y pickles de repollo ($720). Se puede seguir con bondiola asada ($780), un risotto de hongos ($820) o el ojo de bife con papas asadas y setas trufadas ($910). Se suman combinados de rolls de sushi ($680 las diez piezas). Y entre las opciones de postre convence mucho el queso brie con dulce de membrillo casero o una key lime pie (ambos, $420). Para beber, claro, están los vinos y espumantes del anfitrión Navarro Correas, que salen por botella o copa. Desde la línea Reserva (comenzando en los $990) hasta el ícono de la casa, el Juan de Dios 2013 ($2575). Recomendación: el renovado Alegoría Chardonnay es perfecto para una noche de verano. 

Lejos del mundo usual (al menos en lo simbólico) pero muy cerca en lo geográfico, esta puede ser la oportunidad para conocer desde adentro -y comiendo rico- el Campo de Polo porteño.

Espacio Navarro Correas está en el Campo Argentino de Polo (Av. Del Libertador 4096). Solo con reserva anticipada en www.enelpolo.com/reserva/espacios. Horario de atención: miércoles a sábados de 18 a 0:30.