La inflación de diciembre pasado fue del 4 por ciento, informó este jueves el Indec, con lo cual el acumulado del 2020 arrojó un alza de precios del 36,1 por ciento. Con respecto al 53,8 por ciento de inflación que se registró en 2019, la dinámica de los precios tuvo una reducción de 17,7 puntos porcentuales. La menor inflación estuvo asociada al control sobre el tipo de cambio, el congelamiento de las tarifas de servicios públicos, retraso relativo de varios precios regulados y el control de precios de bienes de consumo masivo a través de los programas de Precios Máximos y Cuidados.

Horas antes de la publicación del informe del Indec, el ministro de Economía, Martín Guzmán, participó de un acto en Paraná, Entre Ríos, y allí anticipó el número oficial de diciembre. Además, se puso como estrategia reducir la suba de precios "de a un cinco por ciento por año y de una forma consistente". "A la inflación se la ataca con una estrategia macroeconómica integral, que incluye políticas cambiaria, fiscal, monetaria, tarifaria y la política de precios e ingresos", agregó Guzmán.

El mayor impulso a la inflación de diciembre provino del rubo de alimentos y bebidas. En especial, las carnes tuvieron un aumento del 13,9 por ciento en el Gran Buenos Aires. El desagregado por productos muestra que el kilo de asado subió un 28,5 por ciento mensual; la nalga, un 20 por ciento; el cuadril, 19,3 por ciento y la paleta, 15,3. La suba en el precio de la carne motivó la negociación de acuerdos entre el gobierno y los empresarios del rubro para ofrecer cortes baratos pero además fue una de las razones que explica la posterior intervención oficial en el mercado del maíz --insumo de los feedlots-- para intentar limitar las exportaciones y que aumente la oferta interna. En una línea similar, el gobierno también está tejiendo acuerdos con los privados en el caso del aceite y del trigo.

Otro sector de la alimentación que tuvo impacto en la inflación del mes pasado fue frutas y verduras. El limón, por ejemplo, subió un 14,8 por ciento mensual, mientras que la naranja lo hizo en un 22,1 por ciento y la banana, un 10,8 por ciento. El producto con mayor suba fue el zapallo anco, con un 64,7 por ciento. En cambio, el tomate bajó 61,1 por ciento y la cebolla, un 9,2 por ciento.

El capítulo de salud subió un 5,2 por ciento, a raíz del incremento del 10 por ciento en las cuotas de la medicina prepaga autorizado por el gobierno. A diferencia de aquel visto bueno, días atrás el gobierno dio marcha atrás con el incremento del 7 por ciento que había sido en un primer momento aprobado para febrero. También los medicamentos impactaron en la inflación de diciembre, con una suba del 4,5 por ciento. Se calcula que en todo el año, el incremento de los remedios fue del 45 por ciento.

El capítulo de transporte registró en diciembre un aumento del 4,9 por ciento. En este caso, el impulso provino de la suba de los combustibles, de la tarifa de los ómnibus de larga distancia y de los precios de los automóviles. Por su parte, prendas de vestir y calzado subió un 4 por ciento y recreación y cultura, un 5,2.

Vivienda, agua y electricidad subió un 4,1 por ciento por la suba de los alquileres, mientras que equipamiento y mantenimiento del hogar, un 1,9 por ciento.

La inflación de 2020

El 36,1 por ciento de inflación del año pasado se puede desagregar en una suba del 39,4 por ciento del llamado IPC Núcleo, que excluye a los bienes y servicios que sufren movimientos de precios de carácter estacional y también a los que tienen regulación estatal. Por su parte, los estacionales tuvieron un incremento del 64,4 por ciento. En cambio, los regulados lo hicieron en un 14,8 por ciento, muy por debajo de la inflación general del período, lo cual se explica por la política del gobierno nacional de incrementar subsidios para no subir tarifas, en los casos de luz, agua, gas y transporte público, y no autorizar aumentos de precios en telefonía y prepagas, entre otros.

A pesar de la política de Precios Máximos, que moderó fuertemente los aumentos de precios en los bienes y consumo masivo, el rubro de alimentos y bebidas creció en el año un 42,1 por ciento, por encima de la inflación general. También equipamiento y mantenimiento del hogar (37,7), recreación y cultura (48,0) y restaurant y hoteles (36,3) quedaron por encima del promedio. El mayor incremento se verificó en prendas de vestir y calzado, con un 60 por ciento. En cambio, vivienda, agua, electricidad y gas (17,6 por ciento), salud (28,7), transporte (34,2), comunicación (7,6) y educación (20,1) quedaron por debajo del promedio de inflación. De cara a 2021, éstos últimos sectores serán los primeros en reclamar la recomposición de precios.