La Copa Maradona quedó para Boca, con el suspenso de los penales. Un premio consuelo que se celebró con un mesurado entusiasmo porque ya se sabe que el objetivo mayor era la final de la Copa Libertadores. El título sirve para sumar una nueva marca en las estadísticas de torneos nacionales y evitar males mayores, pero no hace olvidar que el día 30 en el Maracaná, van a jugar Palmeiras vs Santos y Boca lo mirará por tv.

¿Y ahora, qué? ¿Cómo sigue la historia? Todo indica que será cuestión de barajar y dar de nuevo. Que Miguel Angel Russo, los integrantes del consejo de fútbol y los dirigentes clásicos deberán revisar todo lo actuado y encontrar caminos menos sinuosos que los recorridos en el último año. La categórica e inesperada derrota contra el Santos dejó marcas muy profundas, porque desnudó la falta de reacción del entrenador y de varios jugadores, opacó todo lo bueno que se había hecho hasta ahí, revivió viejos fantasmas y actualizó las críticas por actuaciones más basadas en inspiraciones individuales que en funcionamiento colectivo.

La comparación entre River y Boca es siempre inevitable. Los dos perdieron las semifinales de la Copa Libertadores, pero la imagen que dejaron los de Núñez agrandó el peso de la derrota en Villa Belmiro. No importa que en las planillas de balance figure que River defeccionó en el torneo local anterior (ese que terminó ganando precisamente Boca) y que en la Copa Maradona los boquenses llegaron a la final y ganaron el título porque los de la banda no pudieron con Independiente un partido que se suponía fácil. Está claro que lo de Gallardo saben a qué juegan, más allá de eventuales resultados, y que Boca, con un plantel muy rico y potencialmente superior, juega a lo que le sale. Y ocurre que cuando no le sale una su endeble estructura de juego queda muy expuesta.

El mundo Boca tiene muchas preguntas para responder. Como siempre ocurre en estos casos hay más interrogantes que respuestas fáciles.

¿Tiene que seguir Tevez?

¿Es lógico que para que juegue bien Tevez tenga que entrar Soldano, un delantero que no hace goles?

¿Qué sentido tiene sostener en el plantel un enganche como Cardona si no se lo usa en los partidos importantes, más allá del golazo ante Banfield?

Si Cardona no es el considerado el enganche ideal ¿no habrá que pensar en otro que lo reemplace?

¿No es imprescindible tener un 9 goleador considerando que Wanchope Ábila no está físicamente bien, como él mismo contó después del partido contra Argentinos Juniors?

¿ Se apostará a darle continuidad a los pibes como Varela, Obando, Ávila y Zeballos para encarar una verdadera reestructuración?

¿Qué va a pasar con algunos futbolistas que sienten que su ciclo en el club está cumplido o con aquellos en los que el DT dejó claro que no confía para los partidos importantes?

¿ Tiene Russo verdadera autonomía para decidor por sí mismo o está muy condicionado por Riquelme y compañía?

En los próximos días empezará a abrirse el abanico de respuestas para las múltiples incógnitas.