El Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense elaboró una cartilla informativa para visibilizar la Sumisión Química (SQ), una estrategia para la comisión de delitos que se da al administrar a la víctima sustancias psicoestimulantes sin su consentimiento, con el objetivo de advertir a las y los jóvenes sobre los riesgos de esta práctica usual en ambientes de la nocturnidad.

"Pese a que en distintos países se avanzó en políticas públicas de abordaje y prevención, en la Argentina es todo incipiente. Es más, la SQ carece de una denominación y no es mencionada y discriminada en la estadística criminal nacional", dijo el Defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires, Walter Martello, responsable del Observatorio.

La Sumisión Química (SQ) es una estrategia para la comisión de delitos como robos, abusos sexuales o violaciones que ocurre cuando una o más personas administran sustancias psicoestimulantes sin el consentimiento de la víctima, para modificar su estado de conciencia, manipular su voluntad o colocarla en una situación de vulnerabilidad.

Según la Defensoría, en los últimos meses se registraron distintos casos en la Argentina, por eso, a modo de prevención, desde el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos se elaboró una cartilla informativa.

Uno de los casos de SQ se registró en octubre pasado e implicó el suministro de burundanga -por parte de dos hombres- a una joven que fue abusada en el barrio porteño de Flores; hubo otro caso de una joven en la provincia de Neuquén, que denunció haber sido alcoholizada y violada en un camping.

Asimismo, en el caso de la violación grupal de Chubut, cuyo juicio abreviado se realizó el año pasado, quedó acreditado que la víctima se encontraba indefensa bajo los efectos del alcohol o de alguna sustancia que le provocó un estado de inconsciencia, lo que le impidió poder defenderse del ataque sexual al que fue sometida.

Al respecto, Martello dijo que resulta "muy importante la visibilización y concientización social de este fenómeno, a los efectos de que se trabaje en su prevención y de la generación de la percepción de riesgo".

La principal sustancia que se utilizar para perpetrar este accionar es el alcohol, aunque no es la única ya que existen más de 50 drogas que pueden ser utilizadas con este fin.

Desde el Observatorio también se realizó un relevamiento que abarcó investigaciones científicas, marcos normativos y políticas públicas aplicadas en otros países, como España, Francia e Inglaterra.

Las recomendaciones de políticas públicas elaboradas por la Defensoría incluyen la perspectiva de género, teniendo en cuenta que, precisamente, son las mujeres quienes tienen mucho más riesgo de ser las víctimas de este accionar.

Algunas de las propuestas son: informar y capacitar adecuadamente al personal judicial, policial, médico y forense sobre las características de la sumisión química; diseñar e implementar un protocolo de actuación homogéneo y normalizado de tratamiento de posibles víctimas de sumisión química, que evite la revictimización, y permita una rápida recolección de muestras a efectos de constituir prueba legal.

Por último, se recomendó comprometer a los lugares de ocio y nocturnidad (discotecas, bares, paradores de playa, etc.) a detectar y salvaguardar a las potenciales víctimas de sumisión química, precisa la cartilla.