La asamblea en Newell’s del pasado sábado mostró la estrategia del oficialismo que irá por la reelección. La receta es muy conocida en la ciudad y en el fútbol argentino. Se base en alianza estrecha con los barras, incluso cuando la misma hace años que en el parque Independencia es regenteada por la banda criminal Los Monos. La organización de la asamblea tuvo lugar el pasado jueves, en las instalaciones del Coloso del Parque, donde el actual vicepresidente Cristian D’Amico se reunió con los violentos, en lo que fue la primera participación activa como jefe de la barrabrava leprosa de “Gatito” Sosa. El nuevo líder del paraavancha leproso se consolidó como tal en plena pandemia y en forma interna recibió el reconocimiento de sus pares con la composición de canciones que anuncian su liderazgo. “Se habló del reparto de los carnet, de las cuotas que se iban a poner al día y de la necesidad de llevar gente”, confió a este diario un miembro de la barra.

Los lazos entre dirigentes y barras en los clubes de la ciudad son innegables. Eduardo López, por caso, se pudo mantener 14 años sin elecciones por sus influencias judiciales, políticas, mediáticas y los servicios de Roberto “Pimpi” Camino. Pero en aquel entonces se cuidaban las formas.

Ahora no hay pruritos en el parque Independencia para mostrar los “tratados” entre dirigentes y barras. El pasado jueves por la tarde, en las instalaciones del Coloso, D’Amico se reunió con el jefe de la barra, “Gatito” Sosa, quien es el que está a su lado en la foto que acompaña la nota, y otros miembros de la barra, algunos de ellos referentes de diferentes peñas del club. La orden del día del encuentro entre el directivo y los barra era una sola: la organización de la asamblea que tuvo lugar 48 horas después. “D’Amico se quiere quedar en el club a cualquier costa. El club está poniendo mucha plata acá (por la barra). Fue una locura lo que se hizo, una reunión así, pero es lo que se pidió. Acá manda ‘Gatito'’”, reconoció un barra a este diario. “Se habló del tema de los carnets, de cómo entrar, de que se iba a poder pasar sin DNI y de qué carnets se tenían que poner al día las cuotas. También de la necesidad de llevar gente, teníamos esa obligación”, detalló la fuente.

Desde hace cinco años, al menos, las barras de los clubes de la ciudad están regenteadas por la banda Los Monos. En Newell’s el ingreso fue en 2016, cuando la policía no dejó entrar a la anterior barra en un partido de Copa Santa Fe (liderada por entonces por Nelson “Chivo” Saravia). Al partido siguiente la banda criminal de la ciudad puso su gente y las tribunas del Coloso lucieron banderas con leyenda de la familia Cantero.

En Central es Andrés “Pillín” Bracamonte el que rinde cuenta a Los Monos y en su acuerdo de convivencia, tiempo atrás, aceptó poner a su lado a Martín “Pitito” Martínez, a quien le cedió la administración de gran parte de los recursos que generan. En Newell’s la relación es más directa. “Los que manejan la barra vienen a buscar la plata al club, hay bronca porque el que viene siempre es un Sina (forma despectiva de llamar a los hinchas de Central)”, acota la fuente.

D’Amico mostró sus modales de gestión en la famosa asamblea de 2017 donde los barras atacaron a golpes de puño a los dirigentes de la oposición. Muchos de ellos, después, recibieron amenazas anónimas.

Newell’s está a tres meses de las elecciones. Siempre que se está próximo a sacar las urnas es propicio para exponer la situación de los barras en el fútbol. Pero nunca fue un tema de agenda de los candidatos. De ninguno. Cuando solo se buscan votos es más fácil prometer la contratación de Lionel Messi.